Cargado de metáforas culturales, el relato de La tirisia es conducido a través de la experiencia de Cheba y Serafina, dos mujeres que se enfrentan a la maternidad en una comunidad azotada por la pobreza, el machismo y los tabúes sociales en medio de los gigantes cactus de la Mixteca Poblana. Ambas padecen la "enfermedad del alma" a la que alude el título y deberán decidir si conservan a sus hijos o los abandonan para permanecer con sus hombres.

Este trabajo cinematográfico fue merecedor en 2014, del Premio Alejandro de Oro a la Mejor Película, Festival Internacional de Cine de Tesalónica. Grecia; del Premio Roger Ebert. Festival Internacional de Cine de Chicago, Estados Unidos, y del Premio al Mejor Actor (Gustavo Sánchez Parra) en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, México.

Jorge Pérez Solano, director del film afirmó que "La tirisia es una enfermedad que no tiene base científica ni sustento etimológico, por muchos años ha sido asociada a la ictericia, pero sus síntomas tocan más el alma y el espíritu que el páncreas y la bilis.

"La enfermedad ataca cuando el espíritu huye porque se reciben sustos o sorpresas desagradables, pero en la mayoría de los casos, la tirisia se presenta por la ausencia de un ser querido.

"En nuestro tiempo, la migración ha hecho que el abandono de mujeres con hijos sea cada vez más frecuente, estas mujeres buscan una nueva pareja e inclusive, a pesar del dolor que les ocasiona, dejan a sus hijos para poder lograrlo”, afirmó el director oaxaqueño.