Puebla de los Ángeles, desde la mirada sudamericana

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 12-08-2015
Foto: Agencia Enfoque

 

Con la apertura del vuelo Puebla-Panamá de Copa Airlines, el diario El Tiempo de Colombia envió a la periodista Carol Malaver a cubrir el inicio de la primera conexión aérea entre la angelópolis con Centro y Sudamerica. Pero, sobre todo, la enviada especial plasma en las páginas de este diario, así como en su edición electrónica, sus impresiones acerca de la ciudad que califica como “la mejor trazada” e inundada por “querubines”.

Aquí el reportaje completo:

Dicen que un obispo del estado mexicano de Tlaxcala soñó con un grupo de ángeles que bajaron del cielo a trazar las líneas de una nueva ciudad. Aunque suene a leyenda, los ángeles se ven por doquier, adornando catedrales, ilustrando paredes o encima de un techo, mirando de reojo.

Puebla (México), la metrópoli más planificada de ese país, está invadida de querubines, ángeles y arcángeles, figuras a las que les atribuyen haber sido capaces de cargar las pesadísimas campanas –de varias toneladas de peso– hasta las cumbres de los templos religiosos.

La ciudad vieja, ubicada en la zona centro, es fascinante. La mañana comienza con el llamado a misa y la plaza central se llena de parejas y niños que corren de un lado a otro para mojarse con los chorros de agua ubicados a ras de piso, y de turistas que salen de viejos hoteles colmados de historia.

En las calles hay vendedores de globos multicolores que se pierden entre las ramas de los árboles y, a un costado, la imponente Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción o Basílica de Puebla, una joya arquitectónica. Entrar es sublime, sus corredores están llenos de ese misticismo católico mexicano.

Es patrimonio de la humanidad y se consagró el 18 de abril de 1649. Pasaron 74 años para que la obra pudiera ser medianamente terminada.

Fue el obispo Juan de Palafox y Mendoza quien retomó las riendas del imponente templo, la iglesia más alta de las colonias españolas –sus torres alcanzan los 70 metros–, obra del arquitecto Juan de Vela, un hombre que nunca pisó tierra mexicana pero que la pensó para una ciudad erigida bajo el dominio español.

En Puebla, ciudad de 3,2 millones de habitantes, hay tantas iglesias como días del año. Son 365 en total y todas guardan la esencia de la colonia y de la liberación del yugo español. A algunos pasos de la catedral está el templo de Santo Domingo, terminado en 1686.

Allí, simplemente, hay que dejarse seducir por la capilla de El Rosario, una maravilla de la orden de los predicadores dominicos, sostenida por doce columnas que representan a cada uno de los apóstoles.

Es la máxima expresión del barroco churrigueresco. Cada espacio está exageradamente lleno de arte y figuras religiosas bañadas en oro de 24 quilates en honor a la santísima Virgen. Hay mucho más de turismo religioso, pero faltan días para recorrer todas las joyas de Puebla.

Vibrante y cultural

Puebla es abundante en museos y centros culturales. De los primeros hay más de 55 y cada uno tiene un atractivo especial, pero también es una ciudad que está viviendo los impactos de la renovación urbana. En el centro histórico, por ejemplo, se encuentra la biblioteca Palafuxiana. Parece como sacada de una de las películas de Harry Potter, pero en realidad es el recinto bibliográfico más importante de esta ciudad, también fundado por el obispo Juan de Palafox y Mendoza en 1646, quien donó su biblioteca personal.

Es tan importante que la Unesco la hizo parte del programa Memoria del Mundo por ser la primera biblioteca pública de América. En su estantería guarda más de 5.000 volúmenes y hoy, con más de 45.000, diez incunables, nadie puede sacar un solo ejemplar de allí.

Las consultas se permiten mientras dura la luz del día. “Antes, quien se llevara uno solo de los libros era excomulgado”, dijo el maestro Alfredo Torres, uno de los cronistas más respetados de Puebla y guía turístico.

Las mesas son de ónix, con trabajo en marquetería poblana, y solo usando un mueble de madera especial se podían leer los inmensos ejemplares imposibles de cargar por un brazo humano.

Es un lugar obligado para un turista, así como el Palacio Municipal de Puebla, El museo Casa de Alfeñique o el de La Música; este último un lugar único en el mundo, donde se puede conocer el origen de los sonidos y hasta hacer el papel del director de orquesta.

Pero también hay plan para bohemios en el barrio del Artista, en el centro histórico. Allí, pintores y escultores salen a la calle a consentir sus lienzos, vender antigüedades o ropa de diseñador.

El que va a Puebla tiene que ir a Cholula, ubicada a siete kilómetros de la ciudad. “Aquí encontrarán una de las zonas arqueológicas más visitadas de México, una colosal pirámide, y el templo católico Nuestra Señora de los Remedios. Está en la cima y atrae a miles de personas”, dijo Torres, también historiador.

Otra ciudad, totalmente diferente, se abre en el Sur de Puebla, la moderna, la renovada, la de edificios imponentes y calles monumentales. Se trata de Angelópolis, en donde está un inmenso centro comercial del mismo nombre con tiendas de marcas exclusivas.

Y para hablar de esta zona hay que decir que allí se levanta la Estrella de Puebla, una rueda de observación de más de 80 metros de altura, considerada la más alta de Latinoamérica. Son en total 54 góndolas, desde donde se puede apreciar una panorámica de la ciudad y avistar el volcán Cuexcomate, cuando el clima así lo permite. No recomendable para personas que sufran de vértigo.

Muy cerca también se encuentra el Parque Lineal, con puentes elevados. En ese sector queda la ciclopista, una apuesta del gobierno local para que la gente deje el carro y se desplace en bicicleta.

La renovación urbana también está en los fuertes de Loreto y Guadalupe, antiguas edificaciones militares que se encuentran en la ciudad de Puebla. Son escenarios colmados de historias porque fue allí donde se libraron varias batallas contra el ejército francés.

Los ciudadanos suelen recorrer los miradores cercanos al lugar porque allí, un camino renovando en maderos, ha servido para que los enamorados lleguen a sellar su relación con un candado prendido de las barandas.

La maestría de la talavera

Esta técnica de decoración de loza, de origen español, llegó a Puebla para mezclarse con la sangre indígena que colmaba de colores cada una de sus artesanías. En muchas calles y en las localidades de Atlixco, Tecali de Herrera y Cholula hay talavera al alcance del bolsillo, gracias a las ricas arcillas halladas en tierra mexicana en el siglo XVI. Todas las iglesias querían decorar sus azulejos con talavera.

Así surgieron familias enteras dedicadas a esta técnica que reúne la magia de culturas chinas, italianas y españolas, pero que fue potenciada con la creatividad indígena. Nueve talleres fueron certificados, entre ellos Uriarte.

A comer se dijo

El mole poblano es el plato por excelencia y el que está en las mesas de cada familia. El mejor lugar para degustar su sabor original es la Casita Poblana. Cuentan que las monjas del convento de Santa Rosa, que querían un platillo para agasajar al rey, se inspiraron en los indígenas que molían sobre piedras sus alimentos y especias.

Inicialmente esta salsa, elaborada con chiles y especias, se comía con guajolotes pero luego se comenzó a probar con toda clase de adiciones. Su preparación contiene chile ancho, chile pasilla, cacahuate, almendras, ajonjolí, azúcar, ajo, cebolla, clavos, chocolate y hasta consomé. No hay restaurante en donde no hablen de este platillo.

Si usted va…

Los colombianos no necesitan visa para viajar a México, solo el pasaporte.

Vuelos. A partir de este 4 de agosto, desde nueve destinos de Colombia -incluyendo Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena-, Copa Airlines operará un vuelo hacia Puebla, con escala en Panamá.

www.copaair.com

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/viajar/turismo-por-puebla-mexico/16168255

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