La Puebla ¿qué todos queremos?

Por  Rocío Barragán de la Parra | Publicado el 17-10-2014

Hace unos días, mientras transitaba por una de las extensiones del Parque Lineal mi hijo fue asaltado por un sujeto que lo amenazó con un cuchillo casero a la orden de “dame todo lo que tengas de valor”;  el reloj aún no marcaba las 3 de la tarde, él venía de entrenar en el Parque del Arte y se dirigía a su clase en la Universidad.

Pasado el susto y luego del engorroso trámite de cancelación de credenciales y verificación de datos, la primera reflexión que vino a mi cabeza fue el slogan de campaña de Eduardo Rivera, nuestro anterior presidente municipal ¿Ésta es la Puebla que todos queremos?

Vale la pena recordar que desde hace un par de años la delincuencia en la llamada zona angelopolitana de la ciudad se ha incrementado exponencialmente, los amigos de lo ajeno han encontrado terreno fértil para sus fechorías al identificar la gran afluencia de transeúntes en el área, favorecida con el asentamiento de diversas plazas comerciales, el Hospital del Niño Poblano, restaurantes, antros, el Centro Integral de Servicios (CIS) el flujo diario de servicios demandados por las diferentes Escuelas y Universidades asentadas en este sector y la instalación de la ya famosa Estrella de Puebla con su cafetería y sus fuentes danzarinas.

Si bien los ciudadanos necesitamos espacios de esparcimiento y recreación, como lo han representado el parque del arte y el parque lineal; por donde se ven circular deportistas, parejas y familias en general. También es cierto que no existe una estrategia pública eficaz y atingente que brinde tranquilidad y bienestar social, lo que afirmo toda vez que el incidente de mi hijo no es un hecho aislado y para muestra algunas otras situaciones que lamentablemente se han vuelto cotidianas en la zona.

En la calle paralela al Hospital del Niño Poblano se encuentran alojados negocios que ofrecen alimento, hospedaje, fotocopiado, papelería y mercería, éstos y otros servicios demandados por la gente que asiste al Nosocomio, a las Instituciones Educativas, al Centro Integral de Servicios o justamente a los Parques. De este modo es muy común que cuando la gente regresa a su auto después de haber ingerido alimentos o realizado algún trámite se encuentre con el famoso cristalazo, la violación de la chapa de la puerta y/o la sustracción de las pertenencias de su unidad.

Los jóvenes sobre todo, son sorprendidos mientas transitan por la calle; muchas veces distraídos mientras escuchan música con los audífonos puestos o conversan en el teléfono sin atender el escenario por donde caminan. Los delincuentes saben que los chicos llevan consigo al menos un dispositivo móvil, y si tienen suerte pueden despojarlos de alguna tableta, computadora o algún dinero en efectivo, todo ello fácil de colocar en el mercado negro de la compra/venta de productos robados.

También hay historias similares para quienes visitando la Estrella de Puebla y mientras esperan turno para subirse o pasean alrededor de ella, son embestidos por uno o dos maleantes que despojan de sus bienes a parejas o familias.

Mención aparte merece el calvario al que se ven sometidos los automovilistas que, ante la presencia de ene mil baches en la ciudad y un mal sistema de administración vial, se ven expuestos en horas pico a grandes “estacionamientos” en las avenidas más transitadas donde los vendedores ambulantes, limosneros y ahora los (pseudo) inmigrantes centroamericanos inquieren un donativo mientras revisan el interior del auto ante la indefensión del conductor para ser abordado y potencialmente violentado.

“Si puede comprarse es barato”; le respondí a Juan cuando pudo comunicarse conmigo para notificarme lo que le ocurría. No hay don más preciado que la vida y  gozarla en  salud es una bendición. Las cosas materiales van y vienen, son sólo medios, herramientas temporales que están en el orden del tener y siempre de un modo u otro tienen solución. Sin embargo, lo que también es cierto, es que nada ni nadie tiene derecho a quitarnos la tranquilidad de caminar libremente, de disfrutar nuestra ciudad, de disfrutar las cosas que con esfuerzo y trabajo cada familia adquiere … Al menos para mí esa es la Puebla que todos queremos y que desafortunadamente hoy parece cada vez más lejana.. ¿qué nos queda entonces por hacer?; me parece que no desanimarnos ni ceder ante la dificultad de los tiempos; prepararnos para ser reales agentes de cambio, para transformar nuestro entorno y disponernos para ello cada día, como dijera San Ignacio de Loyola “Haz lo que te corresponde como si todo dependiera de ti..”

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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Dependiendo de la dosis recomendada, 1 sobre kamagra 100 mg es suficiente para 1-4 usos.

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