“La buena educación es la mitad
del camino en cualquier negocio”
Ignacio Manuel Altamirano
El viernes último se efectuó un evento para 43 alumnas y alumnos que resultaron triunfadores en “La Olimpiada del Conocimiento”, ésta, comprendió la selección de los alumnos mejor preparados durante cuatro fases: el examen en su escuela, en la zona escolar y en el nivel regional y el estatal.
Así que se premiaron a los mejor calificados, que fueron recibidos y reconocidos por el presidente, Enrique Peña Nieto.
Papá o mamá, hicieron el sacrificio de venir de diferentes partes del estado, para recibir aquí en Puebla, en un acto de reconocimiento, a su dedicación, la fotografía con el presidente.
Ahora, en Puebla, en el evento, el secretario de educación del estado anuncio la entrega de una computadora a cada uno de los niños que resultaron triunfadores.
El delegado les preguntó “quiénes de los asistentes tienen computadora”, y resultó que solo cinco o seis la poseen, de ahí la idea la idea de obsequiarles una a todos los ganadores, computadora que ya tienen.
Estas olimpiadas del conocimiento son una forma de incentivar a los alumnos de todas las zonas escolares de todo el país.
En el evento se expresaron felicitaciones a los padres de familia por el esfuerzo que hacen, y a las niñas y a los niños que ahora están en primero de secundaria.
Aparte de las congratulaciones se les dio un mensaje en el sentido de que estamos inmersos en la globalización, que exige preparación personal, calificación para producir bienes y servicios, proceso en el cual se esté en mejores posibilidades de éxito en la competencia; en otras palabras, se les dijo que a ellos les estará tocando, como a nosotros, un intenso proceso de éxito-eliminación en ese proceso competencial.
La vida de los seres humanos ha estado marcada siempre, desde los tiempos primitivos, por la producción-posesión de las fuerzas productivas: el fuego, el conocimiento y uso de los metales, otros instrumentos de trabajo y así pasar a la producción de mayores cantidades de bienes y servicios.
La primera gran etapa fue desde el invento de fuego, hasta la instauración de las sociedades esclavistas, pasando por las comunidades primitivas.
La competencia fue el sello del progreso de las sociedades, que se convirtió en medio para la acumulación de riqueza, dando origen a las clases sociales e instaurando después la sociedad feudal, en la cual se crearon nuevos instrumentos de trabajo, con esos fines de acumulación de riqueza
Luego de algunos siglos llegó la revolución industrial, que no es más que la creación de nuevos instrumentos de trabajo, logrando así mayor éxito por la vía de la competencia, la producción de mayor número de bienes y servicios. El que obtenía resultados a mejores precios y a mejor calidad se convertía en empresario.
Así, se afirmaba que las naciones avanzaban en el desarrollo económico, social y político. La modernidad creció como globo.
El descubrimiento y la conquista de América, antes de la revolución industrial, hizo que otra vez la competencia entre las potencias de ese tiempo se tradujera en triunfo de unas naciones sobre otras, con base en el cambio que se originó por el crecimiento de la fuerza de trabajo y la tecnología.
Hoy el mundo se mueve en una explosión competitiva que es la fuente del éxito o la tumba de los más.
Con ello aquella expresión de libertad, igualdad y fraternidad, en cierto modo fue una masacre. Pocos en esa línea, muchos en la exclusión.
En todos los siglos del desarrollo humano ha estado presente la explotación del hombre por el hombre, en esos contextos la competencia y la productividad fueron las fuerzas que le cambiaban la cara al ser humano, pero no sus sentimientos y sus valores.
La explotación sigue, los miserables ahí están, solo que ahora la competencia es profunda, irreconciliable, antagónica, exclusiva, en fin.
De cualquier modo estudiar es indispensable para el éxito porque en otro sentido, no podemos irnos a otro planeta donde no hubiera competencia ni competitividad.
Los estímulos y reconocimientos a las niñas y a los niños fue grata, y es un impulso para los galardonados, pero también para los que saben lo que hay que hacer, para que tengamos mejor calidad de la enseñanza y el aprendizaje.
Los nombres de los galardonados son: Gabriela Chacón Flores, Osmara Castro Anastacio, Alexis Méndez Dávila, Diego López Ariza, Naidy Carmona Aguilar, Ana Joselin Gutiérrez Hernández, Yasmin González Garcilazo, Cecilia Márquez Hernández, Verónica Alberto Pérez, Jahaziel Hernández Hernández, Yair Issac Ávila Gutiérres, Guadalupe Trejo Romero, Osbaldo Gerardo Vázquez García, José Manuel Hernández de la Luz, Abigail Bautista Donado, Raúl Uriel Carbente Tezoquipa, Diego Islas Andrade, Bruno Moreau García Sánchez, Alejandro Victoria García, José Javier Rodriguez Ortíz, Mario Alejandro Baza Díaz, José Martín Flores Temol, Xaris Keyla Juárez Moreno, Erick García San Martín, Issac Castro Torres, Rosío Angélica Santana Santiago, Concepción Abigail Medel Toxtle, Esperanza Carolina Tlatoa Trujillo, Jesús Orlando Cruz Bañuelos, Andrea Bazán Durán, Salma Saritzi Fuentes Galicia, Emmanuel Ortega Hernández, Rogelio Amayo Amador, Daniela Salgado González, Teresa Castillo Pérez, Marco Antonio Romualdo Morales, Wendy Zaragoza Vázquez, Wendy Nayeli Rodríguez Rodríguez, Maria Kemy Romero Bonilla, Oskar Adolfo Villa López, Kenya Bautista García, Roberto De la Rosa Cuateta, Daniel Sánchez Andrade.
“La buena educación es como el perfume de las rosas, se percibe desde lejos”.
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