Todos somos culpables

Por  Laura Angélica Bárcenas Pozos | Publicado el 06-02-2015

Como ya es del dominio público, la semana pasada un adolescente de la Secundaria Federal No. 5 “Jesús Romero Flores” ubicada en la Colonia Ampliación San Felipe, atacó a un compañero con un arma blanca y le causó la muerte. En las primeras horas después del suceso se dio a conocer que ataque se dio por un “triángulo amoroso”, como lo señalan algunos medios y por otro lado también supimos que se separó de su cargo al director de la escuela  de manera definitiva para no entorpecer las investigaciones.

En este triste y muy lamentable hecho me llaman la atención varias cosas, sin embargo me quiero centrar en quién es responsable de que los adolescentes se estén agrediendo de este modo. Si analizamos con cuidado este hecho, seguramente caeremos en la cuenta que un tercero o tercera había alentado a los dos jóvenes involucrados en este suceso, pero que a esa edad que el amor es tan platónico, en donde un día se está muy enamorados de alguien y días después es otro el centro de su amor y que además  las personas se dejan guiar más por la apariencia física que por la persona misma, los adultos deberíamos orientar a los adolescentes sobre cómo vivir el amor a esta edad.

Si un adolescente deja llevar sus pasiones hasta el extremo de matar a otro es, muy probable porque ha visto demasiada televisión y tal vez demasiado cine, me hace pensar en lo que ya mucho se ha dicho que Televisa y Televisión Azteca (la televisión abierta para pronto) son las que educan a nuestro pueblo y que en la barra de telenovelas baratas que ofrecen se ven episodios como este, pues los personajes son de una exageración malos y de una exageración buenos. La chica, supongo, que fue la causa de este evento, ¿será tan valiosa e importante como para que uno de los galanes mate al otro?, ¿el amor entre ambos durará tanto, tendrá tanto valor?

Por otro lado, me pregunto dónde están los padres de estos tres jóvenes, para que hablen con ellos y los orienten, ¿sabían que sus hijos estaban en este triángulo amoroso, al grado que las pasiones se les estaban desbordando? ¿Los padres de la joven hablaron con ella para que no estuviera estableciendo relaciones con dos jóvenes a la vez?, ¿los padres de ellos hablaron con estos adolescentes para que pensaran que hay una larga vida por delante y que seguramente volverá a llegar el amor más adelante? O ¿acaso les comentaron que estar enamorado, a esa edad, de alguien que no te corresponde es lo más normal? Los compañeros y profesores de la escuela, ¿vieron acaso que ya había una pugna entre estos jóvenes?, ¿dijeron algo o prefirieron guardar silencio? Los orientaron acaso sobre cómo se puede vivir una relación de pareja saludablemente.

En verdad me pregunto quién es el responsable de esta situación y me parece que la sociedad es la responsable de la forma en que estamos educando a nuestros niños y adolescentes. Deberíamos reflexionar sobre ese proverbio africano que señala que toda la aldea es responsable de educar a los niños. Pues si una televisora nos muestra que asesinar es una forma de quitar a quien te estorba, si los criminales no están en la cárcel, si los políticos se roban dinero, si la corrupción está en todos los niveles de la sociedad presente. ¿Qué esperamos que hagan nuestros jóvenes?

Este joven, dominado por un lado por sus pasiones y por otro percibe que vivimos en el país de “no pasa nada”, considera que si quita de en medio a quien le estorba matándolo, podrá vivir el idilio amoroso que pretende, pues no irá a la cárcel por transgredir la ley y por transgredir su propia moral. Eso es lo que les estamos enseñando a los jóvenes, cuando todos en esta sociedad vemos que unos pasan sobre otros todo el tiempo, que los políticos roban a su pueblo sin misericordia alguna, que los padres los ignoran inmoralmente por atender sus propias vidas, por egoísmo. Sé que no debería generalizar esto pues muchos padres están ocupados trabajando, tratando de llevar de comer a sus casas y otra vez vuelve a salir la maldita miseria que nos ahoga porque no nos queda más que trabajar y trabajar para medio vivir. 

Y también salen a relucir los empresarios que pagan salarios de miseria a sus empleados y entonces estos, para dar mejores posibilidades de vida a sus hijos tienen dos o tres empleos y descuidan la formación emocional de sus hijos. Si reviso estas palabras, solo puedo ver que este México está podrido porque como sociedad no hemos sabido poner un alto a tanta impunidad, corrupción y miseria y ahora estamos en un círculo vicioso que nos lleva a más impunidad, corrupción y miseria. Entonces, ¿por qué solo ha sido separado de su cargo el director de la escuela, si muchos somos responsables?

Realmente me pregunto, cómo los muchachos, de esta institución, que no tuvieron nada que ver en este evento, van ahora a la escuela, me pregunto si tienen miedo, si prefieren ignorar y seguir, si requieren un apoyo para salir de esta podredumbre a la que ha llegado, tristemente, nuestra sociedad.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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