México y Chile

Por  José Alarcón Hernández | Publicado el 17-08-2015

“Los hombres llegan a ser viejos,

pero nunca llegan a ser buenos”

Óscar Wilde

Las relaciones entre las naciones y sus respectivos estados no son asunto nuevo. Han abarcado siempre el comercio, esto es el intercambio de mercancías y servicios.

Desde hace muchos siglos las naciones europeas y también las del mundo oriental intercambiaban representantes, no sólo por razones políticas, sociales o religiosas. Se daban pero no como primigenias, insisto, era para asegurarse los mercados para la venta de mercancías.

Por eso desde la antigüedad, la edad media y los siglos más recientes conocieron del nombramiento de embajadores o nuncios que supieran de negocios para vender a la nación donde se acreditaban fundamentalmente mercancías y ciertamente pocos servicios.

Ahora, en el siglo XX y particularmente en lo que va del siglo XXI, por la globalización de las economías y por lo tanto por la necesidad de ampliación de sus mercados, las relaciones diplomáticas se han intensificado.

A los países con economías más desarrolladas les urge permanentemente asegurar el mercado que representan algunas otras naciones de menor desarrollo.

Vistas así las cosas, en general, los estados amigos, se hacen amigos no solo por tener un buen trato diplomático o político sino para asegurar que la nación con la que se construye una alianza se convierta en un cliente seguro e incluso amplíe la relación comercial.

“La amistad” esto es la relación económica comercial, es el fundamento de las buenas relaciones entre las naciones.

Todos los países buscan “amigos”. A unos se les da un trato diplomático normal, a otros, a los ricos, a los de mercado grande, se les da un trato preferencial para que vengan a invertir y bueno, también para venderles nuestras mercancías y tal vez algunos servicios.

Las relaciones diplomáticas entonces, hay que repetirlo, tienen que ver con la inversión, con los precios de los productos, con la tecnología de todo tipo, incluida la de orden bélico.

México tiene una buena relación con Estados Unidos, nosotros les compramos mucho más de lo que podemos venderles.

Además si fuéramos verdaderamente amigos, con relaciones diplomáticas extraordinarias, no tendríamos el problema de migrantes de nuestro país a Estados Unidos, a pesar de que nuestra mano de obra es extraordinariamente útil para la economía norteamericana.

Las relaciones entre las naciones son relaciones de compra-venta y de vez en cuando de orden militar.

Pero bueno, México y Chile ahora tienen una excelente relación, más de orden político que de orden económico.

Fuimos de los pocos países que frente al derrocamiento y muerte del presidente chileno, Salvador Allende, tendimos la mano a muchos chilenos a través de nuestro embajador Gonzalo Martínez Corbalá.

Eran los días del gobierno del presidente Luis Echeverría.

El embajador seguramente pidió permiso a Echeverría para traer a Chilenos, y no hubo mayor obstáculo porque uno y otro eran de la misma línea ideológica y ese era un momento para acreditar que Echeverría era realmente un presidente que estaba más cerca del tercer mundo que de Estados Unidos.

De esto ya pasaron veinticinco años y el estado de cosas sigue igual o peor entre México y Estados Unidos.

Hay que subrayar que ahora México y Chile tienen una excelente práctica diplomática. Veremos que ocurre con los negocios entre los dos países.

No sobra recordar que el conflicto en Chile y la acción de Martínez Corbalá, originaron el rompimiento de relaciones en noviembre de 1974.Años después se reanudaron durante el gobierno del presidente Carlos Salinas.

La visita de Michelle Bachelet, dio origen a la firma  de varios convenios de colaboración mutua entre los cuales resaltan:

•Intercambio de buenas prácticas en materia turística

•Financiamiento a Pymes

•Plan sobre programas de enfermedades crónicas, bioética o prevención

•Cooperación en prevención del delito

•Preservación de áreas naturales marinas y costeras

•Formación de recursos humanos en educación superior

•Reconocimiento de títulos y grados académicos

•Científicos de la UNAM realizarán investigaciones en la Antártida

•Cooperación entre estrategias militares

•Asesoría en misiones de paz

•Plan de protección al consumidor

•Capacitación de artesanos chilenos

•Intercambio de residencias de creadores, gestores y escultores

A manera de conclusión: las buenas relaciones entre Chile y México seguramente darán buenos resultados al paso del tiempo.

Chile es una nación con una población mucho menor a la de México pero con una alta calidad de  la educación.

Esta nación muestra indicadores que la califican como un país de América Latina con un alto grado de desarrollo.

Los chilenos son personas de educación y trato, que los caracteriza como una nación culta, que va por el camino de la  democracia y la perfección de esta.

Tiene universidades e instituciones de educación superior que por su calidad son seleccionadas para  llevar a cabo maestrías y doctorados.

Si no recuerdo mal Santiago de Chile es la sede del ILCE y también de una representación importante del organismo de la ONU sobre educación.

Los objetivos que señalamos arriba no se logran solos, tendremos que hacer un gran esfuerzo para poder cumplirlos.

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