El realizador italiano Paolo Sorrentino es de amores o de odios, pero nunca pasa inadvertido y cuando sucede lo primero, recibe aplausos y premios en festivales con un cine que se nutre de humor, irreverencia y una destacada manera de rodar secuencias llenas de exceso o belleza estética.
Lo hizo en 'La gran belleza', una crítica mordaz a la frivolidad social representada en la vida de un periodista del espectáculo que tiene que convivir con ese universo extraño y caricaturesco. Y repite un poco el esquema con su más reciente producción, 'Juventud' (Youth), que se estrena este jueves en las salas de cine del país.
En este filme, Sorrentino decide hablar del paso del tiempo y de una despedida inevitable de esa juventud, a partir del encuentro de dos amigos en un hotel.
Fred Ballinger (Michael Caine) es un director de orquesta que está alejado de ese medio; mientras que Mick Boyle (Harvey Keitel) es un director de cine que no ha podido dar el cierre a su más reciente producción cinematográfica.
Ambos son adultos mayores que reflexionan acerca de sus vidas, de lo que alcanzaron y lo que aún sueñan.
Se destacan las actuaciones de Caine y Keitel, que logran una química muy especial frente a las cámaras.
Su interacción le da un tono más amable a la decadencia física que padecen tanto en su cuerpo como en su trabajo, pues se lidia con un poco de humor e ironía, mientras el mundo les muestra la belleza de lo cotidiano.
La pelea de la crítica
'Juventud' no podía salvarse de ese choque entre expertos en el séptimo arte que se genera cada vez que Sorrentino se deja ver con una película.
Peter Travers, de la revista 'RollingStone', la consideró “una exquisita meditación sobre el arte y el paso del tiempo”.
Pero Jessicca Kiang, de 'Indiewire', la destrozó al decir que “no tiene matices, no hay ambigüedad y, aunque tiene reflexiones, su sabiduría es escasa”.
En contraste, Carlos Boyero, uno de los críticos más exigentes del diario español 'El País', se deshizo en elogios para el italiano. “Brillante y emotivo Paolo Sorrentino (...). Dos actores excelentes al servicio de un director que dona sensaciones hermosas”.
Frente a ese panorama, lo mejor es que el público asuma una posición y diga la última palabra.