Daniel Radcliffe llevaba meses defendiendo el proyecto de “Swiss Army Man”, aún sin título en español. Explicando a quien quisiese escucharle que se trataba de lo mejor que había hecho. “Fue genial y original y emocionante y completamente loco y diferente a todo lo que he hecho o leído”, declaraba eufórico el protagonista de Harry Potter a The Hollywood Reporter. En una entrevista para la publicación Slate explicaba el origen de su entusiasmo: “Todos los días llegaba al set y pensaba: ‘¿Cómo diablos vamos a hacer esto? ¡Es imposible!’. Y todos los días terminábamos haciéndolo”.
A Paul Dano, su compañero en la película, también le había maravillado el guión: “Es una absoluta locura, pero desde la segunda página era inevitable que lo hiciese”. El primer largometraje de Daniel Kwan y Daniel Scheinert -conocidos como 'The Daniels'- llegaba al festival de Sundance impulsado por la expectación que sus actores habían generado. Los reputados cortometrajistas, autores del aplaudido Interesting Ball, habían invertido todo su esfuerzo y dedicación en conformar la perfecta ópera prima. Tal vez por eso, cuando gran parte de los asistentes abandonaron la sala en mitad de la proyección, el tortazo en su orgullo resonó en todo el estado de Utah.
Los motivos por los que alguien se levanta de su asiento durante una película suelen ser dos: o bien la ha sentenciado debido a su calidad o bien le parece de mal gusto. Cuando es la mitad de una audiencia formada por critica y público la que deja la sala, lo más probable es que además la considere ofensiva.
En cierta ocasión, aunque a mucha menor escala, me sucedió algo similar. Había sido invitado a participar en una conferencia sobre los límites del humor junto al cómico y guionista Rober Bodegas. Frente a un auditorio lleno, y después de una hora de perorata a dos voces, Rober decidió ejemplificar algunas de las situaciones analizadas echando mano de las escenas con las que arma su espectáculo, que precisamente tienen la intención de empujar los márgenes de tolerancia del espectador. Como resultado, parte de la concurrencia se levantó y se marchó escandalizada. El show de Rober se basa en el humor negro y en la lógica disparatada. “Swiss Army Man”, la película de los Daniels que se estrena en unas semanas y de la que por fin hemos podido ver el tráiler, también.
Su argumento es descabellado. La historia comienza con un náufrago que, tras varias semanas incomunicado en una isla desierta y habiendo perdido toda esperanza, decide ahorcarse (a partir de aquí, el artículo está minado de SPOILERS), pero en el preciso momento en el que va a colocarse la soga en el cuello, observa cómo las olas arrastran hacia la orilla un cadáver.
Fuente: http://www.elespanol.com/cultura/cine/20160520/126237382_0.html