Se es más transgresor cuando, al romper leyes retrogradas, el actuar se vuelve cotidiano y normal, pero sin llegar a ningún tipo de cinismo u ostentación provocadora, la clave esta en la naturalidad. Esto es justo lo que parecen transmitir los Loving, la pareja conformada por Mildred (Ruth Negga) y Richard (Joel Edgerton) en el más reciente largometraje del cineasta originario de Arkansas, Jeff Nichols, titulado en nuestro país: El matrimonio Loving.
La película, que formó parte de la Selección Oficial de la pasada edición del Festival de Cannes, presenta la historia de los Loving, una pareja interracial en la Virginia de los años 60 que se enfrentó a todo un sistema judicial para poder simplemente permanecer casados, lucha que los llevo hasta la Suprema Corte, dado que el matrimonio interracial estaba considerado como un delito federal.
A lo largo de su filmografía, Nichols se ha caracterizado por ser un ferozmente sutil exponente del imaginario y la mentalidad del sur y del medio oeste de Estados Unidos, desde las raíces e implicaciones bíblicas y alegóricas de su opera prima Shotgun Stories (2007) y de Take Shelter (2011), pasando por la muy personal ficción de El niño y el fugitivo (Mud, 2012), hasta el curioso colapso de géneros y estilos cinematográficos ochenteros desplegados en Midnight Special (2016), su película más ambiciosa a la fecha y que contrasta, en su grandilocuencia con la discreción de El matrimonio Loving.
En el que quizá sea su trabajo más artesanal y delicado, Nichols borda con minucioso cuidado un retrato alejado de todo sensacionalismo al que el tema podría prestarse, enfocándose principalmente en la construcción de carácter, enriquecida por el desempeño de la bella actriz Ruth Negga (nominada al Oscar por este papel) y del temple del australiano Joel Edgerton. Ambos se despojan de toda vanidad actoral o de falsa grandilocuencia e impostura para dotar un genuino realismo a la pareja que interpretan.
Ruth Negga, de origen etíope, expresa un sofisticado y terrenal candor que se adhiere, más que chocar, con la dura sensibilidad de Edgerton como Richard mientras que la cámara de Nichols prefiere mostrar los recovecos de su relación, más que centrarse en la polémica o el mismo caso legal, que se supedita a la dinámica de pareja y su integración en el marco familiar y social.
Cabe destacar la presencia del gran Michael Shannon, recurrente en las películas de Nichols, quien interpreta al fotógrafo y periodista Grey Villet, un silente observador de la relación de Richard y Mildred que parece fungir como un alter ego del cineasta. Al igual que el personaje de Villet, Nichols observa de cerca a la pareja sin ser invasivo, logrando capturar genuino afecto.
Fuente: CINE PREMIERE