A lo largo de sus más de 120 años de existencia, el cine mexicano ha hecho de la historia un punto de partida para, desde la ficción o el documental, reconstruir visualmente momentos determinantes en la vida del país, ofrecer un acercamiento a los protagonistas que contribuyeron a la consolidación de una nación y la recreación de gestas heroicas donde hombres y mujeres dieron su vida por la patria.

Resulta pertinente que hoy que se conmemora la Batalla del 5 de mayo en Puebla, en la que el Ejército mexicano venció a las fuerzas francesas en 1862, revisar este pasaje épico a través del cine, en un ánimo de reflexión para entender nuestro pasado.

El cine mexicano ha tenido varios acercamientos a la Batalla de Puebla, como sucedió en 1943, cuando Álvaro Gálvez y Fuentes e Ismael Rodríguez realizaron la cinta Mexicanos al grito de guerra, protagonizada por Pedro Infante, un relato imaginario inspirado en personajes y acontecimientos reales.

Para 2013, Rafa Lara decide emprender una gran aventura cinematográfica y realizar Cinco de mayo: La batalla, que le valió dos estatuillas del Ariel por Mejores Efectos Especiales y Mejores Efectos Visuales, premios que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC).

Más que una lección de historia, Cinco de mayo: La batalla, es un filme que en palabras de su director trata sobre “el orgullo y de qué estamos hechos los mexicanos”, donde a través de la ficción se le da rostro a muchos de los héroes desconocidos que se enfrentaron a los franceses.

Destaca en la película la recreación de las batallas, el vestuario y la reconstrucción histórica y Rafa Lara decidió recurrir a la cámara en movimiento, para generar esa sensación de estar en el campo de guerra al igual que los soldados.

Fuente: El País