El Bronco ¿demagogia o neopopulismo?

Por  René Sánchez Juárez | Publicado el 06-10-2015

Por fin tomó protesta como gobernador constitucional del estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco”, primer gobernador independiente, es decir, sin militancia partidista, en ocupar dicho encargo en el país.

Después de una innovadora campaña política que se basó en gran parte en las redes sociales y una discursiva en contra de los políticos tradicionales y de los medios de comunicación en especial las televisoras así como la corrupción que afecta la vida social de los neoleoneses, el “Bronco” se convirtió en un “ciberpopulista”, al utilizar de manera exitosa el internet y sus diferentes medios de comunicación masiva como Facebook, Tuiter y otros.

Fiel a su estilo y cumpliendo con sus expectativas “el Bronco” no desaprovechó la oportunidad de tener todos los reflectores del país. Así fue como en presencia del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, que acudió al evento  en representación del presidente Peña Nieto,  de varios gobernadores y del jefe de gobierno del DF, el gobernador de Nuevo León, manifestó. “Hemos encontrado la casa sucia, las columnas derruidas, fugas por muchas partes, cayéndose en otras y para acabarla de amolar, hipotecada. Pero no es el tiempo el que castigó nuestra casa, sino la corrupción sin llevadera, y el delirio de muchos que se creyeron reyes, y no gobernantes” manifestó ante el exgobernador Rodrigo Medina que sin más opción, recibió una y otra vez las fuertes declaraciones del gobernador entrante.

Manifestó como inaceptable que en una entidad como Nuevo León existan más de 140 mil personas pobres, por lo que solicitó al Congreso Local que apruebe el presupuesto de egresos, ya que se comprometió a reducir la brecha entre ricos y pobres en el estado.

“Se les acabó la fiesta a los bandidos. Se acabaron los moches y las transas, los lujos a costillas de las gente” fue la postura que fijó ante la deuda de más de 90 mil millones de pesos que tiene el estado, por lo que no se emitirán pagos a proveedores a quienes se les adeudan más de 20 mil millones, que se estudiará de manera profunda esas deudas para esclarecer si hubo corrupción.

Los retos del “Bronco” son muchos, millones de personas confiaron en él para hacer un cambio de fondo en la entidad; sin embargo, él solo no podrá hacerlo, necesitará forzosamente establecer diálogos con los partidos políticos quienes manejan el Congreso Local, con el gobierno de la república que administra los programas y recursos federales, así como con los diputados federales y senadores del Congreso de la Unión, desde donde se aprueban los ingresos y presupuestos destinados a los estados. Pero su máxima oposición, al parecer, serán los “poderes fácticos” que representan las televisoras a las que no destinará dinero del erario público. También en este tema involucró a los gobiernos municipales, ya que desde su campaña así lo prometió “No vamos a gastar un solo peso en la televisión. No vamos invertir el dinero de la población para generar la idolatría y la soberbia de quien gobierna. Espero que los alcaldes sigan este ejemplo”.

El “Bronco” no lleva ni una semana de gobernador y ya se le menciona como un candidato natural a la presidencia de la república; sin embargo, su mayor reto esta en demostrar que es una alternativa de gobierno sin banderas partidistas e incluyente, un neopopulista, como lo plantea Roberto Follari en su libro La alternativa neopopulista que permita, “el retorno de la política respetando a los poderes establecidos”. Que logre “volver a poner la voluntad colectiva en un lugar de posibilidad de ejercicio del poder”, pues como dice Follari, “no se trata de dejar fuera al parlamento o a la oposición política”. Esto a pesar del desprestigio del que gozan en México. Se trata de evitar su “absolutización”, reflejada en la “partidocracia” y la “desciudadanización” de la política. Dependiendo de sus primeros resultados como gobernador independiente, Jaime Rodríguez Calderón, demostrará que no es un demagogo más y romperá  o no, el mito creado por los regímenes neoliberales de que, el neopopulismo, especialmente en América Latina, es un peligro para la democracia. Sólo así, “el Bronco” puede  soñar con la silla presidencial y convertirla en pieza de museo al igual que muchos otros símbolos del presidencialismo mexicano, algo que el PAN pudo pero no quiso hacer en dos sexenios. Lo cierto es que el “fantasma del neopopulismo” ronda por Los Pinos, como lo advirtió  el presidente Peña Nieto en la ONU. Tal vez en 2018, el pueblo de México le de la razón.

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