Agencias informan que miles de soldados franceses fueron desplegados ayer en esta ciudad, una de las más visitadas del mundo, y sus atractivos turísticos se mantuvieron cerrados, en una jornada marcada por escenas de pánico en diversos puntos, dos días después de que tres comandos islámicos perpetraron seis ataques sincronizados, en los cuales murieron al menos 132 personas.

Después de visitar un centro de crisis establecido para acompañar a los familiares de las víctimas en Quai d’Orsay, sede de la cancillería, el primer ministro de Francia, Manuel Valls, dijo que 103 fallecidos ya fueron identificados.

La tensión y el miedo entre la población fueron evidentes este domingo, cuando decenas de personas comenzaron a correr en la plaza de la República, informaron funcionarios de la policía. El pánico comenzó después de que se escuchó el estallido de petardos.

Un funcionario de seguridad indicó que alguien se acercó con mucho miedo a la policía. Cuando los agentes llegaron con armas desenfundadas, apuntó, la multitud se dispersó.

El funcionario habló de una escena de pánico colectivo, y señaló que no había información de amenaza en la zona.

Más tarde, cerca de un pequeño restaurante de comida camboyana y un bar que fueron atacados el viernes por la noche, se vio a varios agentes corriendo con sus armas desenfundadas.

Se ampliaría el estado de excepción

En este contexto, trascendió que el presidente francés, François Hollande, quiere prolongar tres meses el estado de excepción, reportaron medios.

El Ejecutivo lo decretó la noche del viernes. Implica limitar la libertad de movimiento e instalar zonas de seguridad especiales.