Mexicana se refugia en iglesia de Denver para evitar deportación

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 15-02-2017

El martes por la noche, en el sótano de una iglesia de piedra de color blanco, Jeanette Vizguerra reunió a sus tres hijos más pequeños, les puso sus pijamas y se hizo la pregunta más difícil de su vida.

¿Debía reportarse el miércoles ante las autoridades de Inmigración como lo hacía habitualmente y arriesgarse a ser deportada?

¿O debería quedarse en la iglesia, que es uno de los pocos lugares en el que los agentes federales no entran, resignándose a pasar meses o años atrapada en ese lugar?

“Esta noche tengo que pensar”, dijo Vizguerra. “Les prometí a mis hijos que iba a ser muy difícil que me saquen del país, ya he luchado durante mucho tiempo para estar aquí, y no es momento para rendirme”, dijo a Los Ángeles Times.

Ha sido una semana difícil para Vizguerra, de 45 años, una de millones de inmigrantes indocumentados que enfrentan un futuro incierto en la administración Trump.

Después de haber sido acusada hace varios años de utilizar documentos falsos, a Vizguerra, quien ha pasado 20 años trabajando en Estados Unidos, le ordenaron salir del país.

Aunque en tres ocasiones han pospuesto su deportación y en diciembre su abogada Hans Meyer, solicitó una cuarta oportunidad, pero no le han contestado.

El miércoles tenía que presentarse a la oficina local de Inmigración y Aduanas y a medida que se acercaba ese día, estaba consciente que tenía que acudir sin protección legal, dejando abierta la posibilidad de ser subida a un avión y separada de sus tres hijos que nacieron en Estados Unidos: Zury, de 6 años; Roberto, de 10, y Luna, de 12 años.

Ellos se quedarían al cuidado de su esposo Salvador, de 45 años, quien trabaja largas horas como chofer de una empresa que vende tile y de su hija mayor, Tania Báez, de 26 años, quien es maestra de preescolar y tiene tres hijos.

La semana pasada llevó a cabo una reunión familiar a la hora de la cena para ponerse de acuerdo sobre el problema.

Si los oficiales llegaran a la casa días antes de presentarse en la oficina del ICE, nadie deberá abrir la puerta. Si logran entrar, Luna deberá grabar todo lo que suceda.

Roberto empezará a llamar a los amigos de la familia y activistas.

Zury, la más pequeña, deberá irse a la recámara de sus padres, cerrar la puerta y quedarse allí.

“Les dije que tienen que ser valientes”, dijo Vizguerra.

Cuando llegó el miércoles, decidió no presentarse. La abogada les solicitó a los oficiales del ICE un cuarto aplazamiento de la deportación, el cual fue rechazado porque no se presentó en las oficinas.

Los simpatizantes de Vizguerra realizaron una conferencia de prensa afuera de la oficina del ICE. Ella explicó su decisión a través de un megáfono: “Creo que tomé la decisión correcta, sabía que me negarían la estadía en este país”.

Se supone que los oficiales de Inmigración no entran a las iglesias y otros “lugares sensitivos” a menos que haya una circunstancia que requiera su acción inmediata.

Aún no se sabe qué ocurrirá después.

Fuente: http://diario.mx/Estados_Unidos/

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