/**/
Viernes, 23 Febrero 2018 19:41

El hilo fantasma y el zurcido fino de Daniel Day Lewis

Por  Staff Puebla On Line

Reynolds Woodcock, un sastre que trabaja en el Londres de los años cincuenta, tiene la costumbre de coser mensajes secretos en sus prendas. (“Sin maleficios” es lo que inscribe en hilo color lavanda en el doblez de un vestido de bodas solicitado por una princesa). Estos trazos invisibles de su mano —mensajes que, en sentido literal, están escondidos— muestran que sus vestimentas son más que un lujo. Son obras de arte, saturadas con la pasión y la personalidad de su creador.

No es accidental entonces que el director y guionista Paul Thomas Anderson haya marcado con su monograma su octava película (en inglés se llama Phantom Thread; he ahí la pe y la te). El hilo fantasma escenifica algunos capítulos de la vida y carrera ficticias de Reynolds. Es una película profunda, intensa y extravagantemente personal. Eso no quiere decir que es autobiográfica; me tienen sin cuidado y poco sé sobre los detalles de la vida personal de Anderson.

No todas las películas sobre artistas son un autorretrato de su director, aunque El hilo fantasma tiene algunas analogías en cuanto a la profesión de Reynolds con respecto a la de Anderson. El diseñador de prendas, interpretado por Daniel Day-Lewis, vuelve de sus bosquejos un drama que manipula el color y el movimiento de la forma humana para construir un objeto material que también es artificial, idealizado y fantástico; un lujo a partir de un sueño. Lo asisten artesanos disciplinados que cortan y cosen sus ideas para que sean utilizables (buen momento para mencionar que el editor de la película es Dylan Tichenor, Mark Bridges diseñó el vestuario y Anderson fue su propio director de fotografía).

El resultado de este obrar colectivo es un vehículo muy singular para la belleza y el placer, aunque en un entorno sujeto a lo que dicen los mercados y lo que disfrutan ciertos gustos; sería fácil verlo como trivial. “Es tan solo una película. Es tan solo un vestido”.

El hilo fantasma es como una pieza de música de cámara —íntima, con pocos personajes—, romántica y barroca en la misma medida, con hermosas armonías y cambios de tono cautivadores. (Ahora es un buen momento para mencionar que la composición musical corre a cargo de Jonny Greenwood, de Radiohead). Daniel Day-Lewis, como en otra de sus colaboraciones con Anderson (Petróleo sangriento) es la representación misma de la obsesión, aunque en esta ocasión lo que lo empuja es la búsqueda de una perfección artística, no el dinero o el poder. En ese afán se convierte en parte de un triángulo emocional complejo.

Los otros lados son su socia y hermana, Cyril (Lesley Manville), y Alma (Vicky Krieps), una mesera que no es de origen inglés que trabaja en un restaurante provinciano muy británico y quien se convierte en la modelo, amante y musa de Reynolds. Se trata de un cargo temporal. Brevemente, conocemos a Johanna (Camilla Rutherford), la predecesora de Alma, quien osa molestar a Reynolds durante el desayuno y es despedida por Cyril con un vestido hecho a la medida como premio de consolación. El único pecado cometido por Johanna es requerir algo de atención por parte de su amante, una demanda que él considera molesta.

Fuente: NYTIMES

Servicios

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PUEBLA PUEBLA