Así fue desde la zona de Plaza Dorada con dirección al centro de la ciudad

En octubre próximo, el Archivo General de la Nación (AGN) liberará 19 mil páginas de 168 expedientes relativos al movimiento estudiantil del 1968, elaborados por las áreas de seguridad y espionaje del Estado durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz

En octubre próximo, el Archivo General de la Nación (AGN) liberará 19 mil páginas de 168 expedientes relativos al movimiento estudiantil del 1968, elaborados por las áreas de seguridad y espionaje del Estado durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.

El archivo, que se dará a conocer por el Centro Cultural Universitario Tlatelolco –en una iniciativa a la que participa Proceso, entre otros medios–, proviene de los expedientes de las extintas direcciones Federal de Seguridad (DFS), de Investigaciones Políticas y Sociales, de Policía y Tránsito del Departamento del Distrito Federal, así como de la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia –mejor conocida como el Servicio Secreto–, y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) estableció hoy que dichos documentos se presentarán con los datos personales, pues la liberación de los expedientes “coadyuvará al conocimiento de la verdad histórica de los hechos, para evitar que se repitan las violaciones a los derechos humanos”.

Durante la sesión del pleno del organismo autónomo, el comisionado Oscar Guerra Ford planteó que las fotografías, informes médicos y nombres de los estudiantes asesinados permitirán “demostrar (las) violaciones a derechos humanos”, mientras que los documentos oficiales exhibirán “el trabajo de vigilancia y espionaje realizado por servidores públicos del Gobierno Federal”.

“Diversa información contenida en informes elaborados por servidores públicos, dan cuenta del seguimiento y trabajo de espionaje que el gobierno daba a diversos dirigentes estudiantiles a quienes les imputaban religión, ideología e incluso preferencias sexuales, entre diversa información que puede ser catalogada como sensible”, aseveró.

Fuente: Proceso