Archive for Septiembre, 2009

Palou viaja en avión

Miércoles, Septiembre 23rd, 2009

Si alguien sabe de vuelos, escalas y travesías intercontinentales es Pedro Angel Palou. Este escritor poblano compartió a sus 3 mil 169 amigos en Facebook y a todo aquel que quiera y sepa leer, la colaboración que publicó el pasado sábado en El Universal. En su relato el ex rector de la UDLAP nos lleva de viaje con él, nos irrita junto con él, nos impacienta al mismo tiempo y hasta nos hace lamentarnos por el estigma en que se ha convertido la Influenza. A continuación las letras de este escritor poblano.

“Desde hace tiempo vengo oyendo una queja que yo mismo pronuncio: viajar en avión es una tortura, qué épocas aquellas de los trenes o los barcos. La nostalgia, por cierto, de muchos que nunca han viajado por esos medios que ahora la melancolía torna simpáticos -pregúntele a alguien que escapó de la Soah lo que fue viajar en tren, o a un migrante que llegó en barco sobreviviendo al escorbuto y la peste a Ellys Island para ser recluido en cuarentena antes de entrar a Nueva York.

Lo que sí ha cambiado es que antes viajabas; ahora te viajan, te transportan como maleta. Eres un objeto, ocupas un asiento, es lo único que posees mientras te trasladas por los aires. Eres el 10F o el 49J (en CT, clase turbina). Esta vez que les cuento estoy en el 14K, aunque el avión sólo tiene tres asientos de cada lado. En esta aerolínea los números y las letras los puso o un disléxico o un esquizofrénico y se saltó una letra de por medio sólo por jorobar, digo yo.

He entrado a mi lugar junto a la ventanilla y he colocado mis utensilios de supervivencia: un buen libro, un par de audífonos canceladores de ruido -al menos así me los vendieron-, un cuello inflable para evitar la tortícolis, unas anteojeras para evadirme de la luz, como inverso pero igual de moribundo Goethe a medio del Atlántico. Y un infaltable iPod, ese invento sin igual que me permite cargar con toda mi discoteca. En mi maletín, por si acaso, hay más adminículos de vuelo.

Me fijo en mi vecino: si habla español leo en inglés y si habla inglés leo en mi idioma. Detesto las largas conversaciones de avión. La única vez que lo intenté fue con una mujer hermosísima -mi vecina en ese entonces del 22B- a quien le dije algo sobre sus ojos y me soltó un “Ni lo intentes”, que aún ahora me sonroja. En fin, que es mejor el silencio cuando se está tan peligrosamente cerca de alguien por más de medio día. Mi vecino de esta travesía -y su madre, uno y otra en el 14GI- es un niño con SADH (Síndrome de Atención Dispersa e Hiperactividad). No es que sea yo un neurólogo aficionado, sino que la propia madre me lo ha advertido cuando lo dejó sentarse en medio. No hemos despegado y ya me ha golpeado seis veces con su PSP edición limitada color plata en la que intenta un videojuego violentísimo en el que ha matado a todo Asia y África con una bazuca camuflada. Por si fuera poco me ha arrojado a las piernas su abrigo acrílico color naranja que bien podría pasar por un salvavidas. Lo dejo hacer.

La alarma no viene, inicialmente, del bebé de Rosemary que me han sentado, crecidito, al lado. Sino del personal de tierra, un pobre hombre que quizá nunca haya volado y que lleva a la cintura un radio, unos enormes audífonos y un chaleco similar al abrigo del niño vecino. Le dice a la sobrecargo: “Tenemos un problema con el 40″. “¿Por qué?”, responde ella alarmada. “No sirve”.

Ignoro si se refieren al viajero, al asiento o a qué otra cosa. “Cámbialo -le ordena el personal de tierra-, por lo menos hasta despegar”.

Se retiran. El niño me golpea. Veinte minutos después estamos por encima de los 10 mil pies y a la que llaman velocidad de crucero. Pongo música y me dispongo a desaparecer tras las gruesas páginas de mi libro. El niño, aburrido, me da un codazo: “¿Qué lees?”. Le digo que un libro, cosa obvia sólo para que inicie un monólogo que es interrumpido finalmente por la madre salvadora.

Miro hacia atrás buscando inútilmente un asiento vacío. Ignoro cómo disfrutarán su viaje quienes van en primera clase, pero por un instante imagino estar del otro lado de la cortina fúnebre que nos separa.

Busco en mi maletín la solución final, una pastilla: 50 miligramos de Tafil, bendito ansiolítico que después de cenar me llevará en brazos de Morfeo lejos del niño demente que me sigue golpeando al tiempo que intenta ahora ganar las 500 millas de Indianápolis en su artilugio plateado. Su abrigo me da calor en las piernas y se lo paso a su madre, quien condesciende y me regala, no sé por qué, un poco de su crema para los ojos. Me unto el bótox o lo que sea y espero la comida.

Ese es otro de los males actuales en el avión. Un genio malévolo ha decidido que comer en el aire sea un adelanto del Infierno de todos tan temido. La azafata me pregunta: “¿Pasta o pollo?”. Respondo que pollo, que la pasta me da agruras. Ella dice: “Sólo me queda pasta”. “¿Entonces por qué me dice que puedo escoger?”. Ella, ya violenta: “Esto no es restaurante. Se me acabó el pollo. La quiere o prefiere no cenar.”. Tomo resignado lo que debió haber sido una lasaña en el pleistoceno tardío. Me queda el consuelo de que en nueve horas pueda desayunar algo fresco y decente. Pido un whiskey, al menos. Es una marca terrible, pero no me importa. Lo pido en las rocas. Doble. Como si estuviese en un bar, no en este avión que me incomoda.

La azafata esta vez se apiada de mí y me permite cruzarme con el Tafil y el Bourbon. Poco después duermo (no sin antes haber hecho una cola como del metro para ir al baño). Despierto intermitentemente pero la pastilla y el licor me regresan al sueño. Cuando finalmente es de día sé que me he perdido el desayuno. La azafata anuncia el inminente aterrizaje. Sin querer despierto al niño que me ha babeado la camisa. Me peino. Algo de pudor me queda.

La llegada es aún peor. Antes viajar por el mundo diciendo que uno era mexicano era un pasaporte al éxtasis. Después de Fox nadie nos quiere y ahora, además, con la gripe del marrano o la fiebre A H1N1, o influenza yo qué sé, la cosa es terrible. No nos dejan bajar. Llega personal de sanidad disfrazados de Odisea 2001 o de bacteriólogos del ébola.

Nos hacen llenar un cuestionario. Nos toman la temperatura. Nos piden indicar en dónde nos quedaremos, a qué teléfono nos pueden llamar. Fumigan el lugar con unos aerosoles azules y, al fin, de dos en dos nos dejan llegar. Vendrán la espera en migración, la paciencia para recuperar las maletas, la aduana. Huiré del niño y de su madre tan pronto pueda e intentaré salir del aeropuerto lo más rápido que me sea posible. Quisiera no haber salido de casa.

Empiezo a pensar que los nostálgicos del barco y del tren tenían razón. El turismo es la fase superior del capitalismo, habrá que corregir a Marx. Y el turismo es esto. Este viajar sin ton ni son para sacar fotos y atrapar la realidad y llevarla a casa. El que no toma fotos, claro, compra.

Lo curioso de viajar, me digo, es que uno llega a donde nunca quiso ir. Y en avión y sin escalas.”

Violeta y sus diez millones de amigos

Martes, Septiembre 22nd, 2009

Apenas hace un par de días les contaba que Violeta Lagunés Viveros promovía a su talentosa sobrina Xóchitl para que sus amigos en Facebook y Hi5 votaran por ella en su sueño de ser cantante e ingresar a la Nueva Academia de Tv Azteca. Sin embargo, este fin de semana, la panista nos dio dos noticias: una buena y una mala.

La mala, escribió, es que su sobrina fue eliminada del casting de este reality show. La buena, continuó, es que ya no tendrían que enviar mensajes de apoyo.

En su perfil de Facebook, la delegada de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, comunica a sus mil 860 amigos, que se está preparando para ser la mejor mamá del mundo.

Entre otras novedades, la ex diputada federal del PAN también presume que está feliz porque ya tiene diez millones de amigos en las redes sociales. Sí. Según sus cuentas alegres a los poco menos de dos mil en Facebook suma 8 mil 459 contactos en Hi5. Claro está que según el ábaco la suma 10 mil 319. Ustedes se preguntarán ¿y de dónde saca su decena de millón de amigos?, ah pues dicho por ella misa resulta que cada uno ¡vale por mil!

La extrovertida panista, que lo mismo arroja latas de Coca Cola cuando la hacen enojar, se retrata en aviones del ejército o hasta mete las manos al fuego por el ex priísta Rafael Moreno Valle Rosas; posee en su perfil de Hi5 una colección de 153 fotos, entre las que encontramos la siguiente:

Doctor Clarke

Lunes, Septiembre 21st, 2009

¡Vaya recomendación que nos ha dado el Doctor Clarke! Ataviado con su bata blanca, y unas gafas de rapero, este médico de barrio será el ganador inminente del concurso que lanzó el Departamento de Salud de Estados Unidos para promover, de manera creativa, las recomendaciones en contra de la Influenza AH1N1.

No es la primera vez que la administración de Barack Obama recurre a la popular red para compensar el cansancio que pueden crear en la población los repetitivos discursos formales y los farragosos comunicados.

“Te recomiendo lavarte las manos como protección, al frente y al dorso con fruición, mientras cuentas hasta veinte”, recomienda en su video que hasta la media noche de ayer sumaba en You Tube más de 79 mil 850 reproducciones.

En el concurso del Departamento de Salud se inscribieron más de 240 participantes, cuyo ganador, que se anunciará mañana martes, obtendrá 2 mil 500 dólares, poco más de 25 mil pesos mexicanos; y la emisión del ‘spot’ a nivel nacional.

En este caso, el ‘spot’ no sólo convirtió al doctor Clarke como el más famoso del sistema ferroviario de Long Island en Nueva York, lugar donde trabaja, sino que le valdrá miles de visitas a su consultorio, tan sólo por el hecho de haber saltado a la fama con una versión improvisada de rap sobre la influenza humana.

Pero eso no es todo. El médico músico es uno de los impulsores del llamado ‘Health Hop’, que usa el rap para hacer llegar a la gente un mensaje saludable. Lo hizo en 2004, cuando dio recomendaciones para curar males respiratorios en un auditorio repleto de asistentes. El doctor hizo sonidos guturales y cantó al estilo Hip-Hop.

Así que si quieres una consulta o recomendaciones al estilo de barrio, seguro que este médico músico te podrá ayudar.

Gabo y sus putas tristes

Viernes, Septiembre 18th, 2009

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”, con esta frase Gabriel García Márquez inicia el apasionante recuento de su vida en “Vivir para contarla”, su autobiografía publicada en octubre de 2002.

Fue el 4 de octubre de 2005 cuando sin más ni más, la Universidad de las Américas Puebla enviaba un comunicado de prensa notificando de la visita que este genio de la literatura había realizado a dicha institución. Fue una reunión clandestina, a puerta cerrada y llena de sigilo. Fue un fin de semana cuando el entonces rector de esa casa de estudios, Pedro Ángel Palou cumplió uno de sus más preciados anhelos: tener para él solito a un maestro de las letras. Ambos conversaron de política, educación y por supuesto, de literatura. El escenario: los jardines de la Ex Hacienda de Santa Catarina Mártir.

“Entre otras cosas, se llevó a cabo una visita guiada a la biblioteca, donde el escritor de “Cien años de soledad” conversó afablemente con los estudiantes y preguntó a la bibliotecaria “qué libros tiene usted de un tal García Márquez”; así se leyó en el boletín que desató más de un berrinche o coraje en las múltiples redacciones de los medios de comunicación (o al menos ese fue mi caso).

A casi cinco años de distancia, una parte del Premio Nobel de Literatura regresa a suelo poblano. Calma. No se me emocionen. El colombiano no tiene interés en encontrarse ahora con Luis Ernesto Derbez, ni con el gobernador Mario Marín o la alcaldesa Blanca Alcalá. Se trata pues de la adaptación de su novela “Memoria de mis putas tristes”, publicada en 2004 y cuya trama será llevada a la pantalla grande gracias a un jugoso presupuesto de 8 millones de dólares.

Según algunas versiones periodísticas, el secretario de Finanzas y Administración del estado de Puebla, Gerardo Pérez Salazar habría hecho las gestiones necesarias para que dentro de cuatro semanas inicie la filmación de la co producción de México y España en la Angelópolis.

Ahora bien, lo mejor del caso (más allá de la derrama económica y el bullicio que siempre traen las cámaras y tramoyas) es que cabe la posibilidad de que dentro de mes y medio el querido “Gabo” sea visto sentado en alguno de los portales del centro histórico, supervisando la obra en la que narra la historia de un anciano que al cumplir 90 años se regala una noche con una prostituta virgen, enamorándose así por primera vez en su vida.

El perfil de Gabriel García Márquez en Facebook suma 113 mil 953 fans, cuenta con 60 fotos, 58 enlaces y 4 videos, todos ellos comentados por miles de admiradores que agradecemos todos y cada uno de sus personajes plasmados en sus historias.

Jueves, Septiembre 17th, 2009

Las 4 más patriotas

Vaya glamour con el que cuatro mujeres clave en la política local y nacional encabezaron la celebración de las fiestas patrias de este 15 de septiembre: Margarita Zavala de Calderón, Margarita García de Marín y Blanca Alcalá Ruiz, el cuarteto de féminas dejó a un lado las trenzas, el reboso tradicional, y los vestidos tejidos con diseños mexicanos.

Las cuatro prefirieron elegantes vestidos, con aretes y peinados de salón: por una parte, la primera dama de México se engalanó con un vestido largo con diseño serio y una chalina gris, la cual lució durante su estancia en Palacio Nacional mientras presenciaba, junto a sus hijos, el momento en el que su esposo daba el grito de Dolores y resaltaba el Bicentenario de la Independencia.

A nivel estatal, Margarita García de Marín, esposa del gobernador Mario Marín Torres, en años pasados había preferido las trenzas y los vestidos tradicionales mexicanos, sin embargo, en éste, el cuarto año de su marido al frente del gobierno de Puebla lució un atuendo negro, con una chalina clara.

La anfitriona del festejo patrio en la capital, la alcadesa Blanca Alcalá Ruiz, fue quien sin lugar a dudas logró captar la atención de todos enfundada en un color rosa mexicano, plasmado en un vestido de cóctel con un diseño peculiar en el escote, y cuyo corto talle dejaba lucir sus delgadas piernas.

Y kilómetros más al norte, en el vecino Estado de México, quien tiene cautiva la mirada no sólo de la audiencia nacional sino del propio gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, es la famosa “Gaviota”. Así es, Angélica Rivera acompañó al viudo más guapo del país a dar el grito en su respectivo palacio de gobierno, aunque al pie de ellos estaban los tres hijos del priísta, lo cierto es que él sólo tiene ojos y boca para ella, y viceversa. A propósito, la actriz si recurrió a la norma tricolor y realzó su belleza luciendo un vestido rojo.