La periodista del periódico español El Mundo, Isabel García, viajó hasta Manabí, una ciudad de Ecuador para encontrar a Adolfo Hitler, Alía Babá, Burger King, Vick Vaporup, Alka Seltzer, Blanca Nieves, entre otros personajes de carne y hueso con peculiares nombres.

En su reporte publicado en el suplemento Crónica, nos cuenta que el juez Adolfo Hitler Flores de Valgas Alava nació el 12 de julio de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. “El mismo día, pero a miles de kilómetros de distancia, en Londres, De Gaulle y Churchill firmaban la primera Carta de las Naciones Unidas para evitarle al futuro agresiones a la paz mundial como la que en aquellos meses escenificaba el III Reich”.

Chone es un pueblo de 20 mil habitantes que, de acuerdo con la leyenda escrita en las actas de nacimiento, es la “cuna de las mujeres bonitas y los hombres responsables”. Sin embargo, este poblado ubicado a siete horas de distancia de Quito (por carretera), también presume de ser la capital mundial de los nombres raros, ya que los padres de familia se inspiraron en películas, caricaturas, marcas de comida, perfumes, autos, etc.

La historia de este Adolfo Hitler vivo se atañe a que el padre del juez, no hacía más que escuchar en aquellas viejas radios que un tal Hitler estaba haciéndose con toda Europa. Y no se le ocurrió otra cosa que honrar sus hazañas llamando así al quinto de sus 17 hijos.

“Conocí a una tal Alka Seltzer. Le pusieron así porque esas pastillas fueron las únicas que aliviaron los dolores de su madre en el parto”, le reveló a la periodista uno de los habitantes de este pintoresco lugar.

También figuran una niña a la que pusieron Sunami sin t (nacida poco después del huracán que arrasó Indonesia en diciembre de 2003) o Roberto.-. (así con punto y raya).

Según esta enviada especial, también existen: Folla Sentado, Purificación Conejo Enamorado, Elisa Amado Condón, María Rosa Duro Penetro, Manuel Larrosa Espinosa, Josefa Tetas Avanza, Mercedes Ponte Alegre, Javier Marco de la Puerta, Antonio Lalanza Veintemilla, José Antonio Cabeza Grande, Carmen Toro Bravo, Manuel Toro Manso.

Yo soy Aries, y Adolfo Hitler también lo era. Ambos nacimos en abril. Un día como hoy nació el protagonista del genocidio más aterrador de la historia. Aquí un artículo que hace un par de años me encontré y que describe a los nacidos bajo el signo del cuchillo, es decir entre el 21 de marzo y el 20 de abril.
 
¿Y dices que nació el mismo día de Hitler?

Eso mismo dije! Claro que con una diferencia en el calendario de 60 años.

Pero ambos pertenecen al signo de Aries. El signo del cuchillo, y la fascinación por la sangre.

Pero… habrá alguna forma para que hombres como ellos no lleguen a tener tanto poder?

Es imprevisible, la gente por regla general, no se basa en la astrología para elegir un jefe de estado… y ni lejanamente podrían haber considerado el signo zodiacal para votar o no por él. Sin embargo cuántas penas se habría ahorrado la humanidad si Hitler no hubiera llegado a tan alto grado de poder e influencia en su país y el mundo… si su ego inconmensurable no hubiera rebasado los límites. Y dime ¿porqué dices que Aries es el signo del cuchillo?

Verás, cada persona del mismo signo zodiacal tiene motivaciones básicas que lo identifican, y que son sorprendentes.

Claro que la influencia del país en el que se nace, el nivel de preparación, de cultura y de oportunidades en la vida que tiene cada persona, forman digamos, las variantes en el comportamiento.

Así pues, un Aries en un entorno hostil, que ha tenido una niñez desdichada, puede ser el asesino serial que mata a cuchilladas.

Un Aries que ha tenido medianas oportunidades y una niñez más o menos normal pudiera ser un excelente tablajero, un profesional para cortar la carne.

Y para concluir con el ejemplo, un Aries en un entorno feliz desde la niñez, con toda clase de oportunidades en la vida, puede ser un gran médico cirujano como el Dr. Barnard, el primero en el mundo en hacer un transplante de corazón.

Como vez todos tienen en común el cuchillo y la sangre, y su relación con él.

Gobernados por el planeta Marte, representado por el dios de la Guerra, consideran la vida como un campo de batalla, en el que no aceptan perder por ningún motivo.

La gente de este signo es literalmente incapaz de aceptar su derrota: ni siquiera la reconoce aunque les esté mirando a la cara.

Y de acuerdo a las leyes marciales, para ganar, todas las estrategias son válidas.

No son ajenos a uno de los principios elementales de Maquiavelo “el fin justifica los medios”.

-Pero dime Gabriela ¿podemos considerar que Aries no es un signo totalmente negativo?

-No, definitivamente. Recuerda que su elemento es el fuego y por ello es un signo de gran energía, su vitalidad es una constante a lo largo de la vida.

De hecho, por ser el primer signo del Zodíaco, representa el nacimiento.

Es un signo de proyectos ambiciosos, y con su gran capacidad para el trabajo.

Su total confianza en si mismo, lo empuja a realizar y concluir lo que emprende, y difícilmente se puede culpar a un Aries de haragán.

A propósito ¿no pedimos al mesero un café cortado?- recordó Sandra.

En ese momento, se acercó el susodicho con una bandeja y colocó el café en la mesa.

-¿Por qué me trajo un café capuchino?- le preguntó Gabriela.

-Porque usted me lo pidió- contestó el empleado con actitud triunfante, voz segura y mirada penetrante.

-Me parece que no- Yo le pedí un café cortado- le contestó ella enfática.

-Si usted desea se lo cambio , pero definitivamente usted me pidió un capuchino-

-Sí, cámbielo por favor, y le sugiero que anote en una libreta lo que le piden los clientes.

-Mi sistema de trabajo es eficaz y nunca olvido lo que me dice un cliente- le contestó él y sus mejillas habían adquirido una tonalidad sanguínea.

-¿Qué Signo zodiacal es usted?- le preguntó Gabriela.

Soy Aries, le contestó el mesero con un orgullo que no le cabía en el pecho.

 

El que anda muy contento es Pedro Ángel Palou García ya que su última novela “El dinero del diablo” lleva tres semanas en el segundo lugar de la lista de libros más vendidos en Ghandi.

 

El precio de la versión económica es 198 pesos y está ubicado justo en medio de dos grandes de la literatura mundial: Dan Brown y José Saramago, ambos vendedores de libros al por mayor. En esta ocasión el creador del Código Da Vinci lidera la lista con El símbolo perdido, mientras que el portugués hace lo suyo con su reciente producción literaria, Caín.

 

El ex secretario de Cultura del gobierno del estado de Puebla se cuela con una historia que relata una serie de asesinatos en las recámaras del Vaticano, sin aparente vinculación. Sin embargo, las respuestas a la misteriosa trama podrían esconderse en las intrigas palaciegas de 1929, cuando crece el poder de la Santa Sede a la sombra de los genocidas Benito Mussolini y Adolfo Hitler y en las extrañas circunstancias del final del Papa Pío XI y su sucesión por Pío XII.

 

De acuerdo con la reseña del libro, “las muertes acontecen a gran velocidad mientras el padre Gonzaga, experimentado detective, llega desde oriente próximo para investigar los crímenes; le acompaña Shoval, una enigmática forense israelí. Desde Ammán hasta el centro de Roma hay un camino más largo del que se pueda sospechar. Los protagonistas están atrapados en un juego de sombras donde nada es lo que aparenta: ni en el pasado, ni en el presente”.