“Este 5 de julio no se nos debe olvidar ir a votar”, nos dijo Max con sus seis años y ya sin el diente superior de enfrente. “Si no votas, después no te quejes”, “Si nosotros no contamos los votos, entonces ¿quién?, “¿Vas a votar por los grillos de siempre?”, frases sacadas de todos y cada uno de los spots con los que el IFE bombardeó la televisión y la radio durante casi tres meses, formaron parte de la sobremesa de los ciudadanos comunes y corrientes ajenos al teje y maneje de la política poblana.

Los priístas están, otra vez, borrachos de triunfo. Hoy sólo ven su “carro completo”, sus 16 flamantes curules en San Lázaro. Lo que ahora será interesante ver es el nivel de diputados con los que el tricolor representará a los poblanos (todos por igual). ¿Qué papel podrán hacer en las grandes ligas sí de todos ellos, no más de 4 tienen las tablas para moverse en el ámbito nacional?

La batalla que se libró en el ciberespacio incluyó la creación de grupos de rechazo al partido azul, tal fue el caso de la comunidad poblana “Di no al PAN”, que en Facebook apenas superó los 70 simpatizantes. Uno de ellos, “subió” el siguiente video (a mi parecer de muy mal gusto) que para algunos muestra cómo el PRI en Puebla ganó el voto de los hombres.

En el otro frente de batalla, los panistas han quedado catatónicos. Muchas horas después de que la aplanadora priísta sacudió la capital, el todavía diputado federal por el distrito XI, Alfonso Bello Pérez, difundió en su perfil de Facebook la imagen de una casilla de su demarcación que no le pareció correcto que estuviera ubicada junto a una barda del PRI.

“Festejen todo lo que quieran priístas que lo mejor para Puebla está por venir… ñaca ñaca ñaca”, escribió el domingo Violeta Lagunes en su estado de ánimo de su perfil en Hi5 cuando aún faltaban cuatro horas para que las casillas cerrarán y en clara alusión al proyecto de Rafael Moreno Valle con miras a Casa Aguayo.

Pasamos a otro personaje a quien también llaman “gobernador”, al menos en el mundo virtual. También en Hi5, Javier López Zavala, hace unas horas recibió el siguiente mensaje de su amigo “El más sabroso”: “Hoy le ganamos a los panistas y lo volveremos a hacer para la candidatura a gobernador”. Ahora si, la batalla por la sucesión ha comenzado.

Con el ojo cuadrado me quede cuando esta mañana al abrir mi correo leí en la bandeja de entrada que Gael García Bernal, sí, mi novio, el guapisisisimo, siempre sexy y antojable cursi que quiero que me quiera; bueno él, me había mandado un mail.

De inmediato abrí el mensaje y cual fue mi sorpresa al darme cuenta que no, no se trataba de ninguna carta de amor o alguna invitación a comer. El forward (es decir la cadena) que circula en Internet lleva el título: “Basta ya… únete a la campaña‏“.

Realmente me indigné, y con justa razón. Creo que todas las fans esperábamos aunque sea unas fotos del guapo actor para comenzar el día de buenas, pero no, en lugar de ello, aparece la propaganda de un tal Carlos Veana Zetina.

Valiéndose de la estrategia del mailing, esa técnica de reenviar correos a listas de contactos masivas, este candidato a diputado federal por el distrito 11, se da el lujo de usar el nombre de un actor “gancho” para que quienes dormimos en la demarcación que aspira a representar, nos vayamos con la finta y “conozcamos sus propuestas”.

La imagen que nos piden reenviar a nuestros contactos incluye un mensaje en el que los partidos políticos simulan un juego de naipes en el que la mejor carta, el As pues, es este joven poblano que asegura ser alguien como tu y como yo.

Así las cosas, este junior soltero de 37 años, ofrece leer nuestras denuncias, descargar el ringtones oficial y hasta un video. En pocas palabras, no ha perdido el tiempo y contrario a quienes se quedaron en el obsoleto tríptico, él si ha aprovechado tanto el vacío legal que impera en la regulación de campañas en la web como las herramientas del marketing político.

El desangelado video que también usa el tema de la película “Rudo y Cursi” lleva en You Tube 20 días, registra apenas las 29 reproducciones, es decir, ni dos por jornada.