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Aguas con el Grooming

Miércoles, Agosto 12th, 2015

“Un acosador puede tardar hasta 12 minutos para hacer que un menor se quite la ropa y se tome fotografías”. Me fui de espalda cuando leí esta primera sentencia en un artículo que Daniel Casados (@BlueCoat) escribió para la revista Forbes México. El autor fue contundente en el inicio de un interesante texto sobre qué es y con qué se come el “grooming”.

La reflexión giró en torno a esos 25 millones de niños de primaria que, en pleno receso escolar, se volcaron a internet. Sí, los cursos de verano no bastaron para tenerlos entretenidos. Y es que el último estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México 2015, realizado por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), confirma que a partir de los ocho años, se incrementa el número de niños que abren la puerta grande a internet con el fin de buscar entretenimiento o tareas escolares.

Según el autor, el “grooming” se entiende como una práctica online en la que “adultos buscan ganarse la confianza de un menor fingiendo empatía, cariño, etcétera, con fines de satisfacción sexual: buscan obtener imágenes del menor en situaciones de desnudez, sexuales o pornográficas, hasta la posibilidad de cometer abuso sexual sobre éste”. ¡Qué miedo!.

“El acosador generalmente es un adulto, y se vale de las nuevas tecnologías y medios (como celulares, foros y redes sociales) para establecer canales de comunicación directa con el menor, a fin de lograr lazos de amistad con éste. Tan sólo en 2013 se detectaron más de 12,000 cuentas personales falsas a través de internet, las cuales exhibían imágenes de explotación sexual infantil”.

¡Qué horror!

“Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indican que cada año alrededor de 1.2 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de trata en el mundo. Es el tercer delito más lucrativo, después del narcotráfico y tráfico de armas, generando entre 8,000 y 10,000 millones de dólares al año”.

Lo peor de este caso es que en México no existe una ley que tipifique el grooming como un delito que pueda recibir un castigo a fin de proteger a nuestros niños.

“Papás, ¿saben qué están haciendo sus hijos en internet?, ¿conocen cuáles son las redes sociales en las que participan?, ¿qué están publicando y con quiénes mantienen mayor comunicación?”, tres simples y básicas preguntas que BlueCoat lanza a los responsables de los hombres del mañana.

Toy Stories: 16 niños y sus posesiones más valiosas

Miércoles, Julio 8th, 2015

Durante tres años, el fotógrafo Gabriele Galimberti viajó alrededor del mundo para documentar la vida de varios couch surfers; sin embargo, mientras hacía su tarea se topó en el trayecto con una constante: niños.

Al artista le llamó la atención las diversas maneras en que los pequeños se entretienen, dependiendo de sus recursos, de su cultura y del país en el que habitan. Así nació Toy Stories, una
colección de imágenes en las que los niños posaron con lo más valioso que tienen en su vida: sus juguetes.

Más allá de reflexiones sobre las carencias, los perfiles infantiles o la influencia de los adultos en los juegos de los hombres del mañana, creo que las imágenes hablan por sí solas:

1. Julius, 3, Lausanne, Suiza.

2. Tyra, 3, Stockholm, Suecia.

3. Watcharapon, 4, Bangkok, Tailandia.

4. Naya, 3, Puerto Viejo de Talamanca, Costa Rica.

5. Abel, 4, Nopaltepec, México.

6. Maudy, 3, Kalulushi, Zambia.

7. Allenah, 4, El Nido, Filipinas.

8. Mikkel, 3, Bergen, Noruega.

9. Arafa y Aisha, 5, Bububu, Zanzibar.

10. Shotaro, 5, Tokyo, Japón.

11. Sofía, 4, Avon, Inglaterra.

12. Enea, 3, Colorado, EE.UU.

13. Chiwa, Mchinji, Malaui.

14. Pavel, Kiev, Ucrania.

15. Niko, Homer, Alaska.

16. Tangawizi, Keekorok, Kenya.

Apaga el celular

Martes, Mayo 19th, 2015

¿Cuándo fue la última vez que presionaste el botón que te de la opción para apagar el celular? ¿Lo has apagado alguna vez? Este domingo que todos replicaban las millonarias cifras de usuarios de internet, de aplicaciones, whatsapp, Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest, You Tube, pensaba en la vida antes de este sub mundo digital.

No se requiere ser un psicoanalista, sociólogo o antropólogo profesional para afirmar que la ansiedad es la epidemia nuestra de cada día. Veo a todos estresados porque mandaron un “whatss” o un “inbox” y las palomitas azules o la leyenda “Visto” los llena de estrés y ciento un pensamientos de por qué la otra parte no ha respondido.

Los niños y adolescentes son quienes hoy no conocen la paciencia. Quieren todo ya. A un clic. Van de clic en clic reproduciendo los videos de su interés, jugando on line o chateando con sus amigos. Eso sí, no los pongas en un patio mientras los adultos están en una reunión porque no saben idear juegos recreativos. “Se aburren” sin el celular.

No creo ser la única que al abrir los ojos por la mañana, antes que ver qué hora es en el celular, observa la fila de notificaciones perdidas que llegaron durante toda la noche mientras dormía. Tampoco la única que es lo que ve después de darle el beso de las buenas noches a su marido. Lo escribo y admito con miedo que lo hago.

Escribo esto como un primer intento para cambiar los hábitos. Para tener un sueño reparador es necesario erradicar el vibrador o la luz intermitente de las notificaciones que de vez en cuando me despiertan a media noche. Para quitarme la tentación de que las ondas electromagnéticas por dormir con el teléfono a un costado me provocarán un día un cáncer en el cerebro o algo así. ¿Qué nos cuesta apagar el celular por lo menos mientras dormimos?. Una cosa es segura, el mundo ahí va a seguir cuando lo prendamos, la diferencia es que nosotros tomaremos el control de estar conectados de una manera menos dependiente y más saludable.

Calor de hogar

Lunes, Noviembre 24th, 2014

La semana pasada me conmovió la imagen de una pareja de adultos que fue envuelta en papel con un moño en la parte superior para simular el regalo que se le entregó a una pequeña de seis años de edad llamada María del Sol. Se trató de una integración de menores a familias adoptivas por parte del Patronato del Sistema Estatal DIF que encabeza Martha Erika Alonso de Moreno Valle.

La pequeña, como el resto de los menores que viven en Casa del Sol y Casa de la Niñez, sueñan con una familia, con hermanos, con alguien a quien llamar a papá y una mamá en quien refugiarse cuando tengan miedo a la oscuridad, cuando tengan un hoyo en la panza por el hambre, o quieran que alguien les celebre un logro o aprendizaje nuevo.

En la más reciente entrega de menores en adopción, otros pequeños llamados Elías, María Belén, Samantha y Santiago, también fueron incorporados a una nueva familia que los eligió aún cuando no son ya unos bebés, al contrario, son niños que ya caminan y hablan. Y es que la mayoría de quienes se inscriben en programas para adoptar buscan a recién nacidos en aras de formarlo desde sus primeros meses de vida, es por ello que quienes tienen más tiempo en el albergue van viendo más alejada la posibilidad de tener una familia, así que noticias como la difundida la semana pasada merecen ser compartidas.

Según datos del propio DIF Estatal, a raíz de que se han reducido los engorriosos trámites y se ha agilizado el Proceso de Adopción en Puebla, se ha concretado la adopción de 178 infantes, 34 de ellos en este 2014.

Creo que si queremos una mejor sociedad, debemos partir de la niñez de hoy, es ésta la que guiará mañana lo que quede del planeta. Lo único que nuestros niños necesitan es calor de hogar, una familia en la que los papás se hablen con cariño y no a gritos, en la que haya respeto, amor y sensibilidad para con el resto de los seres vivos.

Para ver la conmovedora escena, dale play al siguiente video:

El incidente del perro a la media tarde

Miércoles, Octubre 22nd, 2014

¿Cómo le vamos a decir a Galia que Milah ya no está con Max? ¿Cómo decirle que dejo de respirar en un abrir y cerrar de ojos entre el neumático de un auto y los brazos de su hermano de 11 años?

Pensaba si existirá el cielo de los perros. Lo gogleé. Y encontré que más de uno ruega porque así sea. Yo también.

Nunca he tenido un perro. Ni se me antoja. Pero tuve un hermano que nació con más amor y compasión hacia los animales que a su familia o a los seres humanos en general. Así que - como suele hacer con todas sus responsabilidades -, delegó el cuidado de su última mascota a su hijo mayor.

Milah llegó a acompañar a Max en el cambio de casa. Él decía que era su única amiga en la nueva colonia a la que se mudó con sus abuelos. En cuatro meses, la perrita nunca se halló en otro rincón de la casa que no fuera debajo de la cama de él. Dormían y amanecían juntos. Yo temía que un día se volviera alérgico, pero no hubo tiempo para ello.

La tarde del lunes, como era costumbre, la Schnauzer pimienta salió corriendo para juguetear con su amo. Ambos disfrutaban correr libres bajo la llovizna. Para todos era un alivio que el puberto saliera a caminar con ella y dejara un rato el celular o los videojuegos.

El grito desgarrador de Max se escuchó en todo el fraccionamiento. Me asomé a buscarlo para cerciorarme que estaba jugando pero no lo alcanzaba a ver en el parque. Corrí del otro lado para salir al balcón pero tampoco lo veía, sin embargo escuché que unos hombres preguntaban “¿dónde vives niño?”. Así que baje corriendo para saber qué había pasado.

Creo que para todos los que aman a sus mascotas y tienen un lazo que los hace valorarlos como parte de la familia debe ser díficil verlos morir. Así que no imagino el trauma que representa para un niño recoger a su perrita bañada en sangre. Cuando yo iba a media calle, vi a Max que venía ya hacia la casa, tenía las mejillas manchadas de rojo. Respiré aliviada cuando vi que no era suya sino del pobre animal. Al llegar a la veterinaria más cercana, el doctor no tenía nada que hacer, así que todos nos despedimos de Milah.

Él lloraba, mi papá lo abrazaba y también lloraba. Mi esposo le pedía perdón por siempre corretearla para sacarla del cuarto y llevarla al jardín. Yo no encontraba palabras… hasta que pude decirle: “Dale las gracias por haberte acompañado este tiempo… va a estar contenta en el cielo de los perros corriendo a sus anchas”. Amén.