Este martes amanecimos con la conmoción nacional por la muerte de El Tata. A los 81 años de edad la voz del actor y comediante mexicano Jorge Arvizu se apagó dejando un legado invaluable para la cultura popular. En las redes sociales muchos lamentaron el deceso de quien inmortalizó la frase “Quiero mi cocoool” o cuya voz distinguió por décadas enteras a personajes icónicos como Benito Bodoque y Cucho de la caricatura Don Gato y su pandilla, así como a Pedro Picapiedra, Bugs Bunny, El Tío Lucas, El Pájaro Carpintero, entre otros.

Entre los videos que más circularon en cuanto se dio a conocer la muerte, está este donde baila e interpreta al ritmo de la frase que acompañó a su personaje El Tata, nacido en la serie setentera La criada bien criada, posteriormente llevado a La Carabina de Ambrosio.

Entre la gama de más de 80 personajes que dobló en series de televisión y cine, también está Pablo Mármol y el Super Agente 86. Aquí una demostración que hizo en el programa Sábado Gigante.

En los últimos años, Jorge Arvizu se metió de lleno a la política y vida social del país. El 23 de octubre de 2012 formó parte de una protesta en el Senado de la República, a donde no dudó en llegar a expresar sus puntos de vista sobre la situación que se vivía en México.

Y es que El Tata, era simpatizante del Peje, Andrés Manuel López Obrador. Aquí una entrevista con el Diario Reforma en la que explicaba por qué respaldó al ex perredista en el proceso electoral de hace dos años.

Finalmente, dejamos una entrevista imperdible a cargo de la escritora Cristina Pacheco.

Todos, todos sin excepción viajamos a la prehistoria gracias a Pedro Picapiedra, Vilma, Pablo Mármol, Betty, Pebbles y Bam bam. La caricatura de Hanna Barbera que marcó a generaciones enteras está de manteles largos porque resulta que hoy el mundo de Piedradura cumple 50 años.

The Flintstones, como se llama la serie en inglés, salió al aire por ABC el 30 de septiembre de 1960. La popular caricatura creada por Joseph Barbera y William Hanna inspiró décadas más tarde a la familia del futuro, Los Supersónicos, y hace 20 años a la familia disfuncional pero al mismo tiempo común y corriente de finales del siglo XX: Los Simpson.

Los Picapiedra pertenecen a la generación de caricaturas tradicionalistas llenas de humor blanco con las que crecimos a quienes se nos explicó el concepto de familia en el que hay un papá y una mamá. El papá trabaja y tiene permitido irse de parranda con los amigos, tener mal carácter y proveer a la familia del sustento; mientras que la mujer de los años 60 era la ama de casa que veía por los hijos, se dedicaba a las labores domésticas y a “hacer creer” que el marido tenía la razón en todo.

Los tiempos han cambiado. Los chamaquitos de hoy pueden pasar horas enteras viendo atrocidades como Los Padrinos Mágicos o aventuras sofisticadas como las de Ben10, en las que los padres y la inocencia brillan por su ausencia; vaya, la función social se remite a haz el bien y lucha contra el mal.

Hoy con tanta tecnología se extrañan los animales prehistóricos que servían lo mismo de botes de basura, cámaras fotográficas, refrigeradores, planchas, lavaplatos y hasta transportadores de carga.

¿Recuerdan al mamut que hacía la función de regadera?

El detalle más inolvidable, sin duda, es el famoso “troncomóvil”, ese en el que subían hasta a la mascota (Dino) y se movía gracias a los pies. Después de ver la caricatura no hubo quien no agarrara su coche de juguete y simulara estar en Piedradura.