Baño Mixto

Pienso. Me tomo una selfie. La subo a Facebook. Y luego existo. Este sería el nuevo cogito ergo sum que René Descartes regaló al racionalismo occidental. De cómo se teje el lazo entre dos seres completamente desconocidos que coinciden en un sanitario, trata Baño Mixto, una singular puesta en escena hecha en Puebla.

Lo que pasa en este baño mixto no es el hilo negro, es el hilo con el que hemos bordado nuestras relaciones amorosas, una, dos, tres o las veces que hemos necesitado de un suéter que nos cubra del frío, que nos proteja de la soledad, que nos abrigue esperanzas o caliente el cuerpo, el corazón y las hormonas.

Al fin y al cabo ¿qué es el amor?. Nadie lo sabe con exactitud. Todos hablan de él. Muchos presumen en su nombre. Otros tantos gozan con su falta. Lo cierto es que inicia con una mirada. Con ver en los ojos del de enfrente la imagen de lo que no es, de lo que nos falta, de esa descarga eléctrica que apague nuestra sed.

Baño Mixto aborda un encuentro casual en tiempos de Whatsapp, con la crudeza que implica vaciar nuestra existencia en las redes sociales. Es un guión salpicado de sarcasmo, donde los emojis, las alertas y los memes están antes que el contacto físico, ese que está en peligro de extinción.

En medio de risas, orgasmos fingidos y reflexiones de chavorucos, los dos personajes nos dan cuenta de que estas nuevas formas de comunicación enmascaran la inseguridad, el miedo al rechazo, el temor a la frustración por caer en amor otra vez y otros tantos detalles que se juegan en el juego del enamoramiento.

Este fin de semana Paola Aguilar y Luis Paraguirre, despedirán su temporada en El Nicho, un foro escénico que alberga a producciones alternativas, locales y talentosas. Si no lo conocen, pueden aprovechar este sábado 25 de noviembre para darse una vuelta por la 15 oriente número 8, justo frente al Parque de El Carmen.