Archivo de Julio de 2010

¿Qué animal robó la elección?

Jueves, 15 de Julio de 2010

Lesly Mellado May

El líder del PRI en Puebla, Alejandro Armenta Mier, aseguró que les robaron la elección. Aquí está la foto del 4 de julio cuando acudió a votar.

¿Quién fue el ladrón?…. ¿la cebra, el pingüino, el cuello de la jirafa, lo sujetos no identificados, la manita que está dentro de la urna o de plano los niños?

El no poder

Miércoles, 14 de Julio de 2010

Lesly Mellado May

Por la mañana del 4 de julio: “Ahora en Puebla se va a reproducir el triunfo de Zaragoza, por fin otra vez, los hijos de Maximiliano llorarán su derrota, por fin los vamos a fusilar, por supuesto que sí, a golpe de voto en las urnas como ya está ocurriendo en estas primeras horas…”

Por la tarde del 8 de julio: “Desgraciados ladrones, deberían de ir al cerro de Tlacotepec, ante el Cristo que ustedes defienden a pedir perdón de rodillas y decirle los pecados que cometieron. ¡Rateros! ¡infames! ¡malditos! ¿Por qué lo hicieron?, ¿por qué asaltaron?, ¿por qué esa conducta?, ustedes quieren llegar limpios al poder, llegan llenos de estiércol…”.

Ahora mi frase chapulinesca (sí del colorado y con chipote chillón): El poder es canijo, y el no poder, po’s es más canijo.

La voz de poder y no poder es de José Alarcón Hernández, representante del PRI en el Instituto Electoral del Estado. A ojos de muchos un hombre siempre dispuesto a mostrar buena educación; para otros tantos un priísta que una cara (la buena) da en lo público y otra a los subordinados del partido. Este proceso electoral sacó lo peor de su persona y no sólo debajo de la mesa, sino en las sesiones del consejo general.

Se trata (a mi gusto) de un símbolo del viejo y nuevo PRI. Un hombre de poder, acostumbrado a ejercerlo sin cortapisas que creyó morir dejando a su partido en Casa Aguayo, pero que un día de julio la realidad lo contradijo: la alianza PAN, PRD, Panal y Convergencia se llevó la gubernatura de Puebla, la mitad de los ayuntamientos y la mayoría en el Congreso.

Apenas empezaba la jornada electoral del 4 de julio y el hombre de poder amenazaba con fusilamientos: “Los hijos de Maximiliano llorarán su derrota, por fin los vamos a fusilar”, asestó en la sesión del IEE.

También, con poder, advirtió un llanto magdaleno y no precisamente para quienes al final del domingo efectivamente llorarían: “Definitivamente no hay que llorar la derrota con anticipación, no lloren todavía, espérense al rato, los ciudadanos ya tomaron su decisión, solo es cuestión de horas para que ratifiquen que está su voluntad política precisamente a favor, a favor de un partido político (el PRI) que no hizo alianzas, alianzas de esas vergonzosas (PAN, PRD, Panal, Convergencia), cuando tuvieron que unirse hasta con los que le mentaban la madre aquel día primero, cuando aquella vez les decían que no estaban a favor del presidente (Felipe Calderón), que no había sido elegido por la mayoría”.

Algo tenía don Pepe, se susurraba en el consejo. Sabía algo que el resto no, por algo en ese momento todavía era un hombre de poder. ¿Por qué vociferaba el hombre de la “prudente” y (la más) pudiente voz en el consejo?

“Corrijan, todavía serán perdonados si es que solo corrigen sus conceptos y sus actitudes (sic). Bueno ya no podrán rectificar esa bancada que hicieron, pues yo no sé si es de abono…abono de vaca y abono de buey, eso es lo que hicieron, y así se cubrieron para querer presentar una cara limpia”, concluyó con su intervención mañanera en la sesión del 4 de julio.

Alarcón, aún con poder, soltó esta frase: “Hoy es el día en el cual los electores después de escudriñar a los candidatos valorar sus ofertas y puntear conductas y actitudes, emitirá su juicio implacable”.

Sí, el juicio fue implacable.

La sentencia: el no poder.

Las palabras del no poder: Desgraciados, ladrones, rateros, infames, malditos…

Élites antimarinistas

Lunes, 5 de Julio de 2010

Lesly Mellado May

Hace algunos meses escribí en este blog que la batalla electoral en Puebla era PRI contra PRI, que sólo priístas pueden vencer a priístas porque para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo.

La sabiduría popular también reza que sólo la cuchara sabe lo que la olla tiene adentro. Afuera dicen que en este estado se acabaron 80 años de PRI y que la alianza derecha-izquierda logró hacerse de uno de los bastiones emblemáticos del tricolor.

No pocas veces dije que el estilo autoritario del gobierno estatal nos hacía algo así como un museo de sitio del viejo país. Y aunque mi generación celebra en redes sociales que nos llegó la alternancia, me parece que aún estamos lejos de que suceda.

Para empezar, Rafael Moreno Valle no es panista, no piensa como panista ni opera como panista. De hecho, es un nieto distinguidísimo (no sólo de sangre) de la familia revolucionaria.

A pesar de ello, logró usar al PAN y a sus seguidores para llegar al poder. Su triunfo me sorprende no electoralmente sino por el impacto que genera en los ciudadanos que todavía confían. En el año 2000, Vicente Fox ganó la elección presidencial usufructuando la idea del cambio; cambio que nunca llegó, los panistas superaron por mucho a los priístas y no para bien.

Una década después, los poblanos votaron por el cambio, paradoja, representado por un priísta. ¿Habría que celebrar el triunfo de los optimistas?

En las redes sociales el júbilo no acaba. Los conozco, fueron mis compañeros de banca cuando nos educaban en un semillero de panistas. Los conozco, están seguros que con un cambio de partido mágicamente su vida será distinta. Los conozco, no moverán un dedo para hacer de esto que llaman un triunfo, una democracia participativa.

Es sano que llegue al Ejecutivo y al Legislativo una alianza de grupos antimarinistas. Es bueno porque el marinato se vislumbraba terrible. Sin embargo, veo difícil el cambio.

Se repartirán el pastel tres élites: priístas antimarinistas; hombres de derecha, de negocios, que nunca dudaron en hacer acuerdos con el PRI; y sicarios autodenominados de izquierda que siempre estuvieron al servicio del tricolor.

¿Estarán dispuestos a una reforma constitucional que acote poderes, que permita el referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular?

¿Darán autonomía a las oficinas de Transparencia, la Contraloría y el Órgano Superior de Fiscalización?

¿Acabarán con la fábrica de votos que representan los pobres de este estado?

¿Desmantelarán el patrimonio cultural intangible priísta (acarreo, corporativismo, clientelismo, torta y refresco, matraca…) o lo promoverán para ser incluido en la lista de la Unesco y procurarán su preservación?

El poder enferma sin distingos partidistas…