Archivo de Abril de 2012

El Centenario del 5 de Mayo

Domingo, 15 de Abril de 2012

Lesly Mellado May

El centenario de la Batalla del 5 de Mayo fue usado por el entonces presidente Adolfo López Mateos para difundir e inaugurar obras públicas con las que, según su discurso, llevaba a México a la modernidad del siglo XX.

Cincuenta años después, la fórmula se repite y es ahora el gobernador  de Puebla, Rafael Moreno Valle,  el que lanza megaobras para “celebrar” la Batalla del 5 de Mayo.

De acuerdo al recuento hecho por Celia Salazar Exaire y Edgar de Ita Martínez en el libro “150 años de la Batalla del 5 de Mayo en Puebla 1862-2012” editado por el INAH, en 1962 como hoy, la fecha fue aprovechada para la propaganda gubernamental.

Para 1962, el presidente de México era Adolfo López Mateos, quien decidió inaugurar varias obras el 5 de mayo para celebrar el centenario.

Entonces sí hubo un interés del gobierno federal, que en el Distrito Federal amplió la avenida Río Churubusco hasta la cárcel de mujeres y modernizó la calzada México-Puebla que  tomó el nombre de Zaragoza.

Tras la inauguración de estas vías el 5 de mayo de 1962, el entonces presidente de la república y su comitiva tomaron la autopista México-Puebla. El gobernador de Puebla, Fausto Ortega, esperó en el kilómetro 28, donde se realizó la ceremonia oficial de apertura.

Al llegar a la caseta de cobro en San Martín Texmelucan, López Mateos bajó del automóvil y pagó el primer peaje. Salazar y de Ita registran que para realce de la apertura se lanzaron ocho globos rojos monumentales de los que se colgaron pendones con nombres de los héroes de la batalla de Puebla.

En Puebla, con motivo del centenario en 1962 se dotó de infraestructura a Los Fuertes de Loreto y Guadalupe:

Se construyó el Centro Cívico de Mayo en la zona de Los Fuertes de Loreto y Guadalupe, que incluía un auditorio, el de La Reforma; una plaza de banderas; una escuela de artesanías, un museo de historia y salón de exposiciones de todos los artículos típicos del estado (hoy edificio ocupado por el INAH).

Además se construyó el monumento a La Victoria que se ubica en el frente del Fuerte de Guadalupe.

“Soberbio conjunto escultórico de figuras simbólicas en bronce con base de cantería escalonada, que termina en hermosa fuente; obra del escultor poblano don Ernesto Tamariz y de los arquitectos Vicente Mendiola y Everardo Morales. Costeado por suscripción pública con el costo de millón y medio de pesos. Fue idea y realización del presidente municipal don Eduardo Cué Merlo”, describe Emma García Palacios en su libro “Monumentos de la Ciudad de Puebla”.

Nos quieren propinar tacos placeros

Domingo, 1 de Abril de 2012

Lesly Mellado May

Un “buen” festejo cívico en México tiene como condición la edificación de un monumento y la rehabilitación de los que ya existen en alusión al jolgorio que se llega al medio siglo, al centenario, al bicentenario…

En Puebla, le están cambiando la fachada a la zona de Los Fuerte de Loreto y Guadalupe: nuevas piedras, nuevas láminas, nuevos colores, nuevos chorritos de agua. Todo para celebrar el 150 aniversario de la Batalla de Puebla.

Y si alguien duda que es mera fachada, basta con recorrer las obras. En la explanada del Fuerte de Loreto están colocando cantera, al de Guadalupe le están cambiando el piso a la entrada, al museo Imagina le pusieron nuevo color y al del INAH le colocaron láminas a las paredes exteriores. Eso sí, no podían faltar los chorritos de agua que tanto divierten a la chamacada.

El monumento para el 150 aniversario se construye frente al Fuerte de Loreto, y es diseño de Enrique Norten.
Poco o nada se ha dicho sobre la comercialización de los espacios. Pero alguna pista saltó la semana pasada que anduve por esos lares.

Frente al Museo Imagina, ahora pintado de rojo, me abordó un amable y osado encuestador: ¿le gustan los tacos placeros?

Y es que andan haciendo un estudio de mercado para determinar si en el glorioso cerro donde se derramó la sangre mexicana y al que ahora le invierten millones en nuevas fachadas, es conveniente vender tacos placeros o gorditas de guisado.