Lo que le tiembla a Eduardo Rivera

Lesly Mellado May

Los últimos días han sido de temblores para el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

Disponen de su casa y ni lo toman en cuenta; le llueve el fuego amigo y enemigo; le traban su Plan Municipal de Desarrollo; sus obras nada que arrancan; no atina a “colarse” en la elección del Consejo Estatal del PAN; el líder municipal de su partido, Gerardo Maldonado, en lugar de defenderlo, se ocupa de organizar cursos de cocina y de reflexión con damas de la tercera edad;  y encima de todo eso, le tiembla el Cabildo.

Y no me refiero a la acalorada sesión de la semana pasada, sino a la débil estructura del salón donde sesiona el máximo órgano de gobierno de la ciudad.

Basta con que el regidor Jesús Edgar Alonso Cañete intente levantarse de su silla para que el piso comience a cimbrarse. Lo mismo sucede si alguien camina de prisa o si medio golpea el zapato.

Quienes por trabajo tienen que estar en el salón ya se acostumbraron al movimiento, pero lo cierto es que hace algunos años no se presentaba esta anomalía.

Cabe recordar que buena parte de los corredores del primer piso del palacio municipal se desplomaron en el sismo del 15 de junio de 1999. Entre los daños más graves se contó el del salón de Cabildo.

La reparación corrió a cargo del ayuntamiento entonces encabezado por Mario Marín Torres. Mucho se discutió sobre la forma en que debía reforzarse la estructura, e incluso se habló de cambiar la sede del Cabildo por la debilidad del piso.

Durante el gobierno de Luis Paredes no se percibía lo endeble de la reparación, pues si bien llegaba a cimbrarse la estructura, era prácticamente imperceptible. Aunque se tenía la precaución de controlar el número de personas en el interior del salón para evitar sobrecargarlo.

Ignoro si a la fecha existe un dictamen de Protección Civil sobre el inmueble, pero lo cierto es que actualmente cualquiera sin ser perito logra percibir que existe un riesgo.

No es normal que con el movimiento de una sola persona el piso comience a temblar.

El presidente municipal debe ocuparse del caso. En las últimas semanas se han registrado dos sismos de mediana intensidad que seguramente han afectado la estructura.

Si ya vimos que los “grandes temas” no le han resultado, al menos que se ocupe de tener bien “su palacio”, no sea que un día de estos entre los temblores del planeta y los de su carrera política se le desplome el salón de Cabildo y ahí sí, entierro seguro.

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