Que nadie se entere

Lesly Mellado May

Paulina Camargo. 19 años. Embarazada. La PGJ de Puebla la declara desaparecida. La familia llora su muerte. Dicen que su cuerpo y el de su hijo están sepultados bajo toneladas de basura.

Su caso mueve al morbo: el novio la habría asesinado por estar embarazada.

Ahora resulta que las madres solteras tendrían que agradecer a los padres de sus hijos que huyeron, pero no las mataron.

Hoy que todos lamentamos la historia de Paulina, vale la pena retomar datos sobre la violencia en el noviazgo, difundidos por el Instituto Nacional de las Mujeres.

La violencia hacia las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, aún prevalece en nuestro país y se manifiesta de distintas maneras y en distintos ámbitos.

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2011, 36.9 por ciento de las mujeres solteras de 15 a 29 años han sufrido algún incidente de violencia por parte de su novio o pareja a lo largo de la relación.

El tipo de violencia predominante entre las jóvenes solteras de 15 a 29 años por parte de sus novios es la emocional: a 36.7 por ciento de ellas las han humillado, ignorado, les han pedido que cambien su forma de vestir, les han tratado de controlar sus movimientos o decisiones, les han hecho sentir miedo, amenazado con algún arma o con matarlas o matarse.

Las prevalencias de los otros tipos de violencia son: física a 3.3%, es decir las han golpeado, empujado o jalado el cabello, pateado, tratado de ahorcar o asfixiar o agredido con un arma; sexual a 2.3 por ciento, es decir las han tocado o manoseado sin su consentimiento, les han exigido o han usado la fuerza física para obligarlas a tener relaciones sexuales; económica a 0.9 por ciento, es decir les han quitado su dinero, terrenos, propiedades, etc.

De las mujeres solteras de entre 15 y 29 años que han sufrido violencia física y/o sexual en su más reciente relación de noviazgo: 21.4 por ciento reportó moretones o hinchazón; 5.7 por ciento declaró cortadas, quemaduras, pérdida de dientes, fracturas, un aborto o parto prematuro; 5.3 por ciento tuvo ardor o sangrado vaginal u otro tipo de hemorragias; en 72.3 por ciento de los casos hubo consecuencias de otro tipo.

En particular, en el grupo de solteras de 15 a 29 años, sólo dos de cada cien de las que vivieron violencia en su relación de noviazgo se acercaron a una autoridad a pedir ayuda (1.5%). Este grupo prefiere buscar ayuda con sus familiares (12.6%).

Las mujeres seguimos guardando en secreto las violaciones a nuestros derechos elementales, pero es urgente denunciar, no sea que un día nos topemos con un hombre cuya lógica le indique que matándonos logrará que nadie se entere, que junto a nosotras quedarán enterradas sus historias de horror.

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