Desencanto local

Lesly Mellado May

La baja votación que obtuvo Miguel Barbosa, el candidato de Morena en la elección de Puebla, a pesar de ganar la gubernatura, tiene que ver con los arrebatos presidenciales y el desencanto local asumido a unos días, en octubre, de que tomaron posesión los alcaldes emanados de este partido en la zona metropolitana de Puebla.

Barbosa obtuvo en este 2019 alrededor de 682 mil votos, cuando en 2018 consiguió un millón.

El PAN mantuvo su voto duro y se llevó 507 mil sufragios.

La diferencia fue de 175 mil votos, una cifra que enciende las alarmas en Morena porque se trata de una porción mínima y grave tomando en cuenta que la campaña de Enrique Cárdenas fue torpe y no tuvo la habilidad de sacar provecho a la aversión que han generado los alcaldes de Morena entre los ciudadanos, no sólo en la zona metropolitana sino en el interior del estado.

Barbosa no dudó en hacer público el lastre que representan para Morena los gobiernos municipales y a unas horas de declararse ganador por el conteo rápido del INE, sentenció que su partido debe responsabilizarse  del desencanto local.

Morena perdió en los distritos de Puebla Capital, San Pedro y San Andrés Cholula; la razón fue evidente y el nuevo gobernador anunció que pondrá empeño en cambiar las cosas: “donde perdió Morena vamos a asumir las responsabilidades; hay que recuperar la dignidad de todos los gobiernos, hay que hacer que las cosas funcionen”.

Ahora falta saber si los alcaldes de estas demarcaciones atienden y entienden el llamado, no sólo por Barbosa, sino por los electores que depositaron su último voto útil en Morena. En un primer momento parece que la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera, será reacia, mientras el nuevo gobernador hacia un mea culpa partidista, ella estaba muy ocupada por posar en primera fila para las fotos de la celebración realizada en el zócalo la noche del domingo.

Un análisis aparte merece lo sucedido en el interior del estado, por ejemplo en la Sierra Norte, donde Barbosa arrasó a Cárdenas en los distritos de Xicotepec y Huauchinango. En el primero fue fundamental la alianza con el legendario Ardelio Vargas; y en el segundo mágicamente los ciudadanos olvidaron la falta de agua, la deficiente recolección de basura y el aumento de la inseguridad que ha marcado la administración municipal de Morena, y salió a votar masivamente por ese partido.

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