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Los encajosos de la 5

Jueves, 2 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

En parte, este blog se llama Encaje Ancho por aquel reclamo popular: “Está bueno el encaje ¡pero no tan ancho!”.

Y si de encajes anchos hablamos, en la 5 Poniente 128 hay para dar y regalar. Sí, son los diputados de Puebla que ahora andan en el jaloneo partidista de garantizarse el control del órgano rector de la próxima legislatura y así “amarrar” al próximo gobernador; pero ningún bando propone reglas serias para que de verdad trabajen.

No llama la atención que la iniciativa de crear una Junta de Coordinación Política para sustituir a la Gran Comisión sea propuesta del PRI y rechazada por la hoy oposición que a partir de enero ya no lo será, el bloque formado por PAN, PRD, Panal y Convergencia.

No es raro que ahora los tricolores aprovechen que la “expresión de la voluntad popular, fuente de la democracia, haya determinado una composición plural del Congreso del estado”, para extinguir la Gran Comisión, súbdita del Ejecutivo en turno.

Tampoco resulta extraordinario que los ganadores de la elección del pasado 4 de julio se resistan a tener una Junta de Coordinación Política que rola la presidencia entre los partidos, porque aprendieron, y muy bien de los priístas, que el control debe ser total y que el poder no se comparte, ni se reparte.

Y menos sorprende que la reforma propuesta por el PRI para Ley Orgánica del Poder Legislativo verse sólo en torno al órgano de control y no a mejorar el trabajo de los diputados, cosa que se les puede revertir.

Entre los defectos del Legislativo se cuenta la “congeladora”, pues ni en la Ley Orgánica ni en el Reglamento Interior se especifica un lapso de tiempo para que las iniciativas sean dictaminadas por las respectivas comisiones.

Tampoco existen sanciones reales para los diputados faltistas, ni para los presidentes de las Comisiones que no llaman a sesiones ni una vez al mes como lo tienen ordenado.

Es común que usted vaya al Congreso y no estén los diputados. Los asistentes le dirán que andan en el distrito, y en las oficinas del distrito, si es que las tienen, le dirán que están en la ciudad capital. De cualquier forma, mientras no hay periodo de sesiones ordinarias su paradero es un misterio, y para comprobar qué hicieron en ese tiempo sólo tienen que entregar un informe por escrito la Secretaría General contando cómo vieron su distrito. Informes que por cierto no se hacen públicos, vaya ni siquiera hay la certeza de que existen.

Además, la legislatura poblana es la que tiene los periodos más cortos de sesiones ordinarias, en comparación al resto del país.

De tal suerte que si no hay un sistema claro de trabajo y sanciones, no hay una mayoría absoluta, los periodos de receso son largos y el órgano de gobierno queda atrapado en vericuetos legales, el Ejecutivo podrá hacer su voluntad sin requerir del aval del Legislativo.