Victoria quiere puente

Lesly Mellado May

Victoria quiere un puente. Arrastra 80 años de historia y sus pies tienen que recorrer un endeble puente colgante para cruzar el río Necaxa, rutina diaria e indispensable para ir de su casa al centro de Chicontla.

El puente de piedra fue derribado por las lluvias de 1999. En su lugar fue colocada una estructura colgante de madera que también ya está a punto de ser vencida por la humedad característica de ese pueblo perteneciente a Jopala, municipio cercano a Xicotepec en la Sierra Norte de Puebla.

Visité Chicontla en marzo de este 2013 cuando el clima regalaba días espléndidos de sol para contemplar el prodigio de la naturaleza; pero también para toparse con la sinrazón humana que ha hecho regla la pobreza y la desigualdad.

Victoria me tomó de la mano y tras saltar dos zangas llegamos al puente. Embarazada, apenas me animé a recorrer cinco metros en los que la constante eran tablas rotas y alambres retorcidos. La anciana se ha aprendido el sitio exacto donde es seguro pisar y me animaba a recorrerlo completo, pero no lo consiguió.

Quería que viera el estado deplorable del sitio y la necesidad de que se construya uno de material.

Le presté mis oídos y mi brazo al que se aferró para exigirme: “Diles en Puebla que quiero puente, puente de piedra, puente bueno, aquí se muere uno…”


Hace más de una década, los del gobierno les dijeron que ese puente colgante era provisional, que un día llegarían a montar uno de material. Pero ese día no ha llegado, porque Chincontla y Victoria no existen a los ojos de quien ha puesto todo su empeño gubernamental en la zona metropolitana porque ahí están los electores.

Ahora que estuve en la sierra y que no paraba de llover me imaginaba a la anciana saltando por el puente. Leí que su municipio, Jopala, está en los 31 que han sido declarados zona de desastre, que podrá acceder al Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN), a fin de atender los daños sufridos por las lluvias severas del 12 al 16 de septiembre.

El anuncio de recursos del Fonden, tal y como pasó en 1999, se dio con mucho entusiasmo gubernamental y mediático, ya veremos si Victoria deja de jugarse lo poco que le queda de vida saltando sobre un manojo de tablas y alambres al que malamente llama puente, o tendrá que esperar otra declaratoria de desastre.

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