FRENO A ANAYA Y PROCESO ABIERTO PARA EL FRENTE, FONDO DEL PACTO DEL BALMORAL

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En la víspera de la concreción del Frente Ciudadano por México, que aprobaron el sábado los partidos Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), y el domingo, entre condicionamientos e inconformidades, pero por mayoría calificada de su Consejo, el PRD, el ex gobernador Rafael Moreno Valle envío mensajes contundentes a sus adversarios.

El panista no está dispuesto en ningún escenario a dejar pasar al presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, Ricardo Anaya Cortés, como abanderado a Los Pinos de esta coalición, que será registrada en los próximos días ante el Instituto Nacional Electoral (INE).

Esa alianza la planeó, propuso y prácticamente la construyó el poblano para encabezarla él. Ese lugar común de “nadie sabe para quién trabaja”, no está en su mente como lamento futuro. En el mismo sobre epistolar, el ex mandatario lanzó también la señal de que dará su resto por conseguir que la elección del candidato sea directa y abierta a todos los ciudadanos, terreno en el que se dice imbatible.

En este último tema, coincide con él la corriente que apoya al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y Alternativa Democrática Nacional (ADN) -a la que paradójicamente pertenece su rabiosa opositora Roxana Luna-.

Estas dos tribus perredistas retrasaron el aval para que el partido del sol azteca se sumara al Frente y consiguieron condicionar su registro a la definición de métodos y candidatos, que ahora deberá negociar la presidenta nacional, Alejandra Barrales.

En este contexto y horas antes de estos sucesos, se comenzó a desplegar la estrategia morenovallista.

Con la reunión del viernes pasado en el restaurante Balmoral del Hotel Presidente Intercontinental, sentado a la mesa con la ex albiazul y ahora aspirante ciudadana, Margarita Zavala, y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, Moreno Valle terminó por romper lanzas y declararle abiertamente la guerra a quien despacha como jefe de la militancia panista.

El simplismo de suponer que el encuentro milimétricamente calculado, con medios convocados en una “casual coincidencia” -estuvieron televisoras y los principales diarios-, fue para conformar únicamente un grupo de Todos Unidos contra Anaya, que han bautizado como TUCA, es equivocado.

El proyecto ulterior es el afianzamiento de la alianza PAN-PRD-MC, aún con una pálida posibilidad que Moreno Valle la encabece, si hay elección abierta.

Sin embargo, está también la opción de sepultar a Anaya, al dejar pasar a Mancera a la candidatura presidencial y, en una hipótesis que se antoja audaz, a la esposa de Felipe Calderón, como abanderada aliancista al gobierno de la Ciudad de México.

El supuesto toma sentido, pues Zavala Gómez del Campo daría la batalla en igualdad de género a Claudia Sheinbaum Pardo, la virtual candidata del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) en la capital del país.

El Pacto del Balmoral no fue para fundar un pueril y rabioso club para hablar mal de Ricardo Anaya, sino para aniquilarlo políticamente, pero con un plan subyacente de ganar-ganar.

El emplazamiento para el queretano se reafirmó cuando un grupo de morenovallistas, el sábado luego de que fue avalado por el PAN el Frente, se manifestaron en la sede panista en la Ciudad de México, para exigir “No a la decisión de Uno”.

(Paradoja: esos mismos panistas nada dijeron en seis años en que el morenovallismo impuso a los candidatos por la decisión de uno).

Pero más allá de eso, lo del Balmoral es contundente.

La ecuación Zavala-Mancera-Moreno Valle tiene destino y meta.

“Anaya no pasa”, se traduce de las señales, para quien las sepa -y quiera- leer.

gar_pro@hotmail.com

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