Hace unos días el Consejo General del INE aprobó asumir la facultad para que sea este órgano electoral el que realice el conteo rápido para la elección a gobernador (a) de Puebla, así como en el resto de los estados que renovarán el poder Ejecutivo en 2018: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Veracruz y Yucatán, además de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, tal como lo hizo en la elección local de gobernador de Tabasco en el año 2016.
Será la primera ocasión que se realicen conteos rápidos en elecciones concurrentes con una elección federal para elegir Presidente de la República.
Es importante recordar que en Puebla nunca se ha realizado este ejercicio, el cual, si bien tiene como objetivo dotar de certeza al proceso, varias veces ha causado controversia y conflictos al reportar un resultado distinto al reflejado por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), como sucedió hace poco en la elección de gobernador de Coahuila, que recientemente validó el TRIFE.
Esta decisión del INE es producto de las nuevas funciones del Sistema Nacional de Elecciones que surge de la reforma electoral de 2014, cuyo principal objetivo supuestamente era reducir el costo de las elecciones, situación que en los hechos no se ha generado por el significativo aumento que han tenido los partidos políticos con la homologación de sus prerrogativas electorales.
Con esta decisión dicen que ahora sí se busca optimizar recursos, ya que serán únicamente los Capacitadores y Asistentes Electorales del INE los que levantarán el muestreo del Conteo Rápido para las elecciones federales y locales, y será un solo Comité Técnico el que defina desde la esfera nacional cuál será la fórmula de muestreo, evitando duplicidad de funcionarios.
El problema es que los resultados de este inédito ejercicio en Puebla serán dados a conocer el día de la jornada electoral no por el INE, sino por el Consejo General del Instituto Electoral del Estado (IEE).
Situación que plantea un enorme reto, pues requerirá, entre otras cosas, de una gran coordinación entre el Consejo Local del INE, presidido por Marcos Rodríguez del Castillo, y el IEE, que dirige Jacinto Herrera Serralonga.
En ese sentido, ambos tienen la tarea –y más que tarea: la obligación- de explicar a los poblanos a detalle en qué consisten el PREP, el conteo rápido y los cómputos.
En términos de credibilidad y legitimidad de un proceso que se anticipa sumamente ríspido, complejo y competido, las autoridades electorales, tanto estatales como federales, deben transparentar a tiempo estos aspectos tan importantes de la elección de 2018.
Ojalá no salgan a dar la cara hasta después de que los resultados se conozcan, pues ello, sin exagerar, incendiaría el estado de Puebla, sobre todo ante una elección cerrada o marcada por incidentes que siembren dudas sobre la limpieza de los comicios.
¿Por qué se estarán tardando Marcos Rodríguez y Jacinto Herrera?
¿Andarán bien de reflejos?