EL DÍA “D” PARA EL MORENOGALICISMO

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Este martes es el día clave para el morenogalicismo, pues hoy se lleva a cabo en la Ciudad de México la que puede ser la última sesión de la mesa de negociación con el precandidato de la coalición “Por México al Frente”, Ricardo Anaya Cortés, para terminar de definir candidaturas, cuotas de votación y otros puntos fundamentales de cara a las elecciones del próximo 1 de julio en Puebla, estado si alguno estratégico para que el PAN pueda aspirar a regresar a la Presidencia de México.

Entre Ricardo Anaya y el ex gobernador Rafael Moreno Valle hay ya definiciones, mismas que este lunes, en el marco del primer informe del gobernador Tony Gali Fayad –al que asistieron tanto el citado Anaya como los líderes de los partidos que integran la alianza: PAN (Damián Zepeda), PRD (Manuel Granados) y Movimiento Ciudadano (Dante Delgado)-, se ratificaron: Martha Erika Alonso, candidata a Casa Puebla, y Tony Gali López, candidato al Senado por la primera fórmula. También que el Partido Nueva Alianza (PANAL) no se sumará a la megacoalición que arropará a la ex secretaria general del blanquiazul, como candado para prever traiciones e impedir que Moreno Valle cumpla probables acuerdos con el priísta José Antonio Meade al tiempo que logra que su esposa suceda a Tony Gali en el gobierno estatal.

El único punto que tiene atorada la negociación final, y que en caso extremo podría incluso cambiar todo y desandar lo avanzado en las últimas semanas, es la candidatura a la alcaldía de Puebla. Una carrera para la que al parecer sólo quedan dos opciones: Eduardo Rivera Pérez, como posición de El Yunque –respaldada por Anaya y los morenovallefóbicos-, y el presidente municipal de esta capital, Luis Banck Serrato –impulsado tanto por Moreno Valle como por Gali Fayad-

Y es que como ha descrito una “garganta profunda” al tanto de los detalles, Eduardo Rivera, quien se ha reunido al menos dos ocasiones desde diciembre pasado con el gobernador Gali para avanzar en una negociación avalada incluso por la propia Martha Érika Alonso, no ha dejado de encarecer el acuerdo y de sobrevalorar su capital político, llevando al límite su posición pero con el riesgo de quedarse sin nada.

La fuente señala que Eduardo Rivera –ausente ayer del informe de Gali, lo cual fue señal obvia de que aún no hay un arreglo final con él- “está pidiendo los cuernos de la luna”, es decir, además de la candidatura a la presidencia municipal de Puebla, la mayoría de las posiciones en el Cabildo, diputaciones federales y diputaciones locales; también cero intromisiones en su campaña por parte del morenovallismo y total libertad para la designación de su gabinete en caso de ganar la elección. También, claro, “carpetazo” a los procesos iniciados por el Congreso del estado por irregularidades en su última cuenta pública y el fin del embargo de su domicilio particular.

El problema, entre otros, es que si bien “Lalo” Rivera está bien posicionado en las encuestas y claramente es competitivo, sin la estructura de Moreno Valle –y sin la intervención del gobernador Tony Gali- no triunfará, como en 2010, cuando hizo mancuerna con el entonces candidato a la gubernatura. Punto toral que por alguna razón -¿soberbia tal vez?- ha perdido de vista, con el peligro de quedarse como “el perro de las dos tortas”, más allá de que tenga velas encendidas con MORENA o el propio PRI, como ha amenazado cada vez que se ha sentado a negociar con representantes del morenogalicismo.

Tras pedir lo imposible –ser candidato a Casa Puebla- y entercarse, al ex edil se le ofreció primero ser candidato a diputado federal por el distrito que quisiera; luego la segunda fórmula al Senado, y al final, la multimencionada candidatura a la alcaldía de Puebla; sin embargo, a todo ha dicho que no, ha intentado poner condiciones, y ahora tiene en vilo la negociación final entre Moreno Valle y Anaya, con el riesgo de que todo –absolutamente todo- cambie de un momento a otro.

Por eso es muy importante este martes. Y es que hoy se sabrá si Eduardo Rivera se moderó en sus pretensiones o si se rompe la mesa con él, y entonces el juego será otro, algo completamente diferente a lo previsto. Un juego en el que aparecerían nuevos nombres y sin duda nuevos desafíos para el morenogalicismo, esa ecuación de intereses y fuerzas que ha hecho del pragmatismo la vía más fácil para ganar, mantener y tratar de prolongar el poder local, apuesta de la que depende el futuro del grupo que sacó al PRI del gobierno del estado y que podría, si le salen las cosas, sumar casi 15 años al mando de Puebla.

gar_pro@hotmail.com

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