¿POR QUÉ MEADE SE IRÁ TRISTE Y CABIZBAJO DE SU GIRA POR PUEBLA?

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Ya resulta un lugar común decir que el PRI vive su peor momento del actual proceso electoral, pero los priístas poblanos son capaces de superarse a sí mismos en sus rencillas, división y conflictos, y le devuelven la vigencia a esa frase. Este miércoles, cuando su candidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña, llegue a la capital para un desayuno con empresarios y una gira posterior, encontrará que en la casa tricolor hay desánimo, debilidad, disputas que terminan a golpes o mentadas de madre, falta de liderazgo y la amenaza de abanderados, federales y locales de renunciar ante la evidencia de que no hay condiciones para ganar.

Los dirigentes del tricolor no pueden con el paquete.

No ayudan a su candidato a la gubernatura, Enrique Doger Guerrero, en la misión casi imposible que tiene por delante.

Jorge Estefan Chidiac se ha convertido en un presidente de partido que se limita a aparecer en la foto.

La delegada del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), la jalisciense María Esther Scherman Leaño, o está desaparecida o no le da la cara a la militancia.

Los candidatos se quejan, con justificada razón, de que están solos y su partido no les ha dado ni para la gasolina.

Muchos de ellos han recibido apenas mantas de la campaña de Meade y lo poco o mucho que reparten de utilitarios y propaganda se pagó de sus bolsas.

Los protagonismos fatuos, en cambio, están a la orden del día.

Ahí está la intención que tuvo el ex dirigente municipal José Chedraui Budib, de acaparar la organización del encuentro de la mañana de este miércoles con integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en el Centro Mexicano Libanés.

Eso le valió el pasado 29 de abril la recriminación del coordinador de campaña por la gubernatura, Germán Sierra Sánchez, que le reprochó que no hubiera invitado a Doger.

Por ese y otros temas, algunos de la vida íntima, Chedraui le lanzó un golpe abusivo, pues Sierra es ya un hombre mayor.

Los presentes tuvieron que separarlos, apenas unos minutos del arribo del presidente del PRI, Enrique Ochoa, al Centro de Convenciones.

Dos días después, en redes sociales aparecieron los dos en una foto en la que “planeaban” el encuentro de Meade con empresarios, al que por supuesto ahora sí está invitado el candidato a gobernador.

Antes, también en el arranque de campaña en el Centro de Convenciones, el líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el estado, Leobardo Soto, le mandó a decir, ante los reporteros, “que se vaya a chingar a su madre” al candidato a diputado federal Humberto Aguilar Viveros, operador de Mario Marín, “quinta columna” de Alejandro Armenta en el PRI.

Aguilar había declarado días antes que hay traiciones cetemistas en su contra y que está negociada su cabeza como perdedor en el Distrito 7 Federal con cabecera en Tepeaca.

Y puede que tenga razón, pero lo cierto es que luego de su exabrupto, el ex diputado federal se ha convertido en un invitado incómodo en los arranques y actos de campaña de los candidatos a alcaldes de su demarcación.

En tanto, otro de los sinsabores que se llevará Meade es el amago de renuncia del candidato a diputado federal por el Distrito 13, con cabecera en Atlixco, Juan Manuel Vega Rayet, ante la falta de apoyo.

La dimisión de Vega sería devastadora para el PRI a estas alturas por dos razones: descompondría el trabajo en toda la región, en candidaturas a alcaldías y diputaciones locales, además de que, al ser un personaje cercano al ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, su renuncia tendría una lectura mucho mayor que la regional y estatal.

Seguramente hay quienes verían el tema como un mensaje del hidalguense contra Meade, a quien -se ha especulado- ya no apoya y se prepara para hacerse de la dirigencia del PRI, una vez que pase la jornada electoral.

La derrota de Meade, visto así, sería la victoria de Osorio Chong.

Vega entonces podría tener, para Puebla, el carácter de emisario.

Pero no son todos los problemas que enfrenta el tricolor.

Al cierre de esta entrega, en una decena de municipios se daba un jaloneo con sus planillas, por la intención del Comité Directivo Estatal (CDE) de bajar abanderados, algunos incluso en donde las candidaturas se otorgaron al Movimiento Antorchista, lo que no es buena noticia, por la dependencia del tricolor al antorchismo.

Si se le voltean esos votos, las cosas se agravarán.

El argumento es la necesidad de poner a mujeres, por la paridad de género.

¿Apenas se dieron cuenta de ello en el edificio de la Diagonal?

Pésima organización.

El cambio de candidatos municipales afecta, en algunos casos, incluso a regiones completas, por el trabajo que ya se había realizado.

En el PRI, cuando parece que ya se ha tocado fondo, sus candidatos, militantes y dirigentes, todavía pueden ir más abajo.

Más allá de los apapachos, las fotos y las arengas que recibirá este miércoles Meade en su gira, es muy probable que, a su partida, haya deseado mejor nunca haberse bajado del helicóptero.

Se irá de Puebla -bajo este escenario- deprimido, molesto o las dos.

Dejando, además, la firme sospecha de que siguen pesando más sus inconfesables acuerdos con el ex gobernador Rafael Moreno Valle, que el anhelo de triunfo de muchos priístas poblanos que, ingenuamente, siguen creyendo en los Tres Reyes Magos.

gar_pro@hotmail.com

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