CONGRESO CON MAYORÍA OPOSITORA Y LA GOBERNADORA MARTHA ERIKA ALONSO, LA COHABITACIÓN

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Por primera vez en la historia del estado, el Congreso local se convertirá en un verdadero y dinámico espacio de deliberación, negociación y corresponsabilidad en la toma de decisiones. Con una mayoría de oposición, la gobernadora electa, Martha Erika Alonso Hidalgo, tendrá en una de sus mayores virtudes el diálogo permanente, la mejor herramienta para impulsar reformas y definiciones en Puebla, a partir del próximo 14 de diciembre, cuando rinda protesta. Se conforma así, entre el Legislativo y el Ejecutivo, una inédita especie de cohabitación política que demanda madurez y altura de miras.

“Estoy convencida que cuando hay comunicación, cuando hay voluntad, las cosas se pueden resolver. Yo soy una persona que siempre privilegia el diálogo ante cualquier conflicto y esa será mi postura a lo largo del sexenio. Estoy convencida que todas las personas que estarán ocupando una curul son personas que comparten lo mismo que yo, que es que le vaya bien a Puebla”, le respondió la gobernadora al periodista Jorge Rodríguez Corona sobre el tema de la mayoría opositora, en una entrevista publicada este jueves en El Sol de Puebla.

Efectivamente se acabaron los días en que el Congreso era apenas una oficialía de partes de las propuestas del Ejecutivo, que estaban destinadas a la aprobación sin debate.

Esos tiempos en que el mandatario en turno, pues ocurrió lo mismo con el priato que en la transición, se erigía como el Gran Legislador.

El nuevo escenario, sin embargo, es previsible que se encuentre con una gobernadora paciente y hábil para construir acuerdos, con base en el cabildeo y el diálogo.

No es la primera vez que ella en lo personal tendrá ante sí un reto similar, aunque antes fue en otras arenas políticas.

De los 41 diputados locales, 22 llegan por la coalición Juntos Haremos Historia.

De esos 22, 14 son del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), 9 de mayoría relativa y cinco plurinominales; 4 llegan por la vía uninominal por el Partido Encuentro Social (PES), y cuatro más por el Partido del Trabajo (PT), tres de mayoría y uno de representación proporcional.

Juntos conforman el bloque de 22 diputados locales que tienen la mayoría simple y pueden obstaculizar o modificar cualquier propuesta, más aún las reformas constitucionales, que llegue desde el Ejecutivo.

A su favor, sin embargo, Martha Erika Alonso tendrá a partir del 15 de septiembre, cuando se instala la LX Legislatura local, una nada despreciable bancada natural de 14 diputados de los partidos que apoyaron su candidatura.

Del PAN llegan a esta legislatura seis (3 de mayoría y 3 pluris); por el PRD dos de mayoría relativa; por Movimiento Ciudadano tres (dos de mayoría y uno plurinominal); dos de Nueva Alianza (uno y uno, por cada vía) y uno de mayoría relativa de Compromiso por Puebla.

El diputado que coordine los trabajos del Grupo Legislativo panista será, también en consecuencia, una suerte de supra-coordinador de las otras fracciones afines a la mandataria poblana.

Cada vez con más insistencia, el nombre de Gerardo Islas Maldonado suena para esa responsabilidad.

Pero la gobernadora electa tiene además la posibilidad de sumar a su causa a otros cinco diputados, del PRI (4) y del PVEM (uno), para de facto tener una alianza parlamentaria con 19 curules en total.

Con esta configuración ya definida por los cómputos del Instituto Estatal Electoral (IEE), en un gesto de responsabilidad, MORENA también deberá tener mucho cuidado para escoger, con pincitas, a su próximo coordinador legislativo.

En apariencia, el dirigente del ese partido en el estado, Gabriel Biestro Medinilla, y el rijoso y camaleónico José Juan Espinosa Torres están en la primera línea para ocupar ese cargo.

Sin embargo, su sola mención envía malas señales por ser ellos protagonistas de la violencia postelectoral en Puebla.

Hay otros nombres.

Muchos buscarán quedarse con esa poderosísima posición, que brindará notoriedad mediática y política y abrirá las vías de diálogo directo con el Ejecutivo.

La pelea entre los morenistas será a muerte.

En algunos países europeos se denomina “cohabitación política”, al momento en que las elecciones arrojan a un jefe de Gobierno de distinto partido que el del jefe de Estado.

En México el Presidente de la República tiene las dos figuras, pues es jefe de Estado y de Gobierno a la vez.

Guardando las proporciones, hoy Puebla ofrece una suerte de cohabitación, pero entre Legislativo y Ejecutivo.

¿Cuáles han sido los elementos indispensables para el éxito en casos así?

Sólo dos: madurez y diálogo.

De lo contrario, los grandes perdedores no serán el PAN ni Morena, sino los poblanos, auténticos rehenes de la lucha intestina por el poder.

gar_pro@hotmail.com

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