GILBERTO HIGUERA, EL ÚLTIMO CAPRICHO DEL EX FISCAL VÍCTOR CARRANCÁ

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La llegada de Gilberto Higuera Bernal como encargado de despacho de la Fiscalía General del Estado (FGE) no es sino resultado de un acuerdo hecho por el ex fiscal Víctor Carrancá Bourget con el mismo grupo en el poder que lo trajo a Puebla en 2010.

Ciertamente, Víctor Carrancá fue la cabeza que el morenovallismo entregó para saciar la sed de venganza de una muy importante e influyente facción del lopezobradorismo.

Carrancá fue el autor material –no se sabe si también intelectual- del agravio a la empresaria Dulce María Silva, futura esposa de César Yáñez, uno de los hombres más cercanos al hoy presidente electo de México, por mucho tiempo portavoz de Morena y próximo coordinador general de Política y Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Silva fue detenida en medio de múltiples irregularidades por la fiscalía de Carrancá en marzo de 2016 y estuvo injustamente recluida un año y dos meses en el Cereso de Puebla, acusada de recibir un terreno propiedad de Edmundo Tiro Moranchel, procesado por defraudar a cientos de ahorradores poblanos. De hecho, el Centro de Promoción y Difusión de los Derechos Humanos “José Luis Tehuatle” la consideró desde el inicio como “presa política”.

La afrenta, que siempre estuvo ahí entre los pendientes de Yáñez, adquirió obviamente otra dimensión una vez que López Obrador ganó arrolladoramente la Presidencia de México el pasado 1 de julio; el momento de pasar la factura llegó más rápido de lo esperado y entonces Víctor Carrancá fue –como lo comentó hace unos días el periodista Ricardo Morales en sus “Serpientes y Escaleras” de Efekto10.com- la ofrenda que el morenovallismo, metido en la defensa política y jurídica del triunfo de la gobernadora electa Martha Erika Alonso, vio más viable para calmar la ira de los nuevos Dioses de México.

Pero para dejar la FGE Víctor Carrancá puso una condición, y no menor: poder elegir a quien sería su sucesor.

Por eso se reformó la Ley Orgánica de la Fiscalía en el Congreso del estado y por eso, precisamente, llegó a su relevo Gilberto Higuera Bernal, un personaje ajeno a Puebla y a los poblanos, como el propio Carrancá, pero de todas, absolutamente sus confianzas que, obviamente, no sólo le cuidará las espaldas, sino que supone nunca lo traicionará.

De hecho, altos funcionarios del gobierno del estado, como Diódoro Carrasco, secretario General de Gobierno, se enteraron horas antes de que el encargado de despacho de la FGE sería el ex subprocurador de la PGR. Las apuestas oficiales estaban a favor del Dr. Gustavo Huerta Yedra, el ex fiscal de Investigación Metropolitana y a quien hace unas horas el gobernador Tony Gali nombró subsecretario de Investigación e Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, al mando de Jesús Morales Rodríguez.

A Víctor Carrancá, soldado (para mal o para bien) del régimen, se le concedió, pues, un último –y caro- capricho.

A ver por cuánto tiempo…

Por cierto: la “entrega” de la cabeza del ahora ex fiscal Carrancá al lopezobradorismo debe leerse obligadamente como una buena señal para el morenovallismo en el marco del Caso Puebla -entiéndase por Caso Puebla el inacabado litigio por la gubernatura-.

¿Y es que por qué negociar o pactar –incluso sentarte a dialogar- con un grupo político al cual supuestamente le quieres anular la elección por la gubernatura, arrebatarle su Plaza Mayor y exterminarlo de la faz de la tierra?

¿Tiene alguna lógica?

No, esta no es una buena noticia para Luis Miguel Barbosa Huerta y su grupito de radicales y porros comandados por José Juan Espinosa y Gabriel Biestro.

gar_pro@hotmail.com

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