APUNTES PARA ENTENDER POR QUÉ EL PRI, A PESAR DE SUS LABERINTOS, SUPONE QUE PUEDE SER COMPETITIVO EN LA NUEVA GUERRA POR CASA PUEBLA

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Aun tratando de superar círculos viciosos y de sanar fracturas, el PRI poblano (o lo que queda del PRI poblano) ve en la elección extraordinaria una oportunidad real de ser competitivo por la gubernatura. En los diagnósticos que por separado han informado a la presidenta del CEN, Claudia Ruiz Massieu, las cabezas formales del tricolor, y al coordinador de los senadores, Miguel Ángel Osorio Chong, los disidentes del Grupo Renovación -la mayoría marinistas-, hay la coincidencia en que, por las divisiones en el PAN, la aparente fragilidad del morenovallismo, tras la trágica muerte de sus líderes, y los pleitos intestinos en MORENA, el horizonte se ve prometedor. La diferencia irreconciliable entre los bandos es quién será el candidato: los primeros rechazan que Enrique Doger repita; los otros, no ven mejor carta que el ex rector.

La nueva guerra por Casa Puebla, en un contexto diametralmente distinto al de julio pasado, hace pensar a muchos priístas que esta vez pueden elevar la bajísima votación, de alrededor de 550 mil sufragios de 2018, y “competir para (ahora sí) ganar.

De ahí que al igual que en el lopezobradorismo y el PAN-morenovallismo, el pleito intramuros por la postulación sea fuerte en el Revolucionario Institucional (PRI).

Si de verdad logran los priístas conseguir la unidad luego y eso los lleva a ser competitivos, ese es otro tema.

La primera aduana es la candidatura, para la que Enrique Doger Guerrero ha vuelto a levantar la mano, con legitima aspiración y en un clima mejor, para su causa, que el año pasado.

Sin embargo, tiene frente a sí a adversarios bien identificados, que apuestan todo en su contra.

Entre ellos, el ex diputado federal y ex dirigente estatal, Jorge Estefan Chidiac, quien durante el conflicto postelectoral se convirtió en aliado de facto del ex candidato morenista, Luis Miguel Barbosa Huerta.

Además emerge, un vez más, por enésima ocasión, el marinismo con su juego doble.

Por un lado el ex gobernador Mario Marín ha enviado a sus principales esbirros a generar el caos interno.

El Grupo Renovación, cuyas cabezas son Valentín Meneses, Alberto Jiménez Merino, Alberto González Morales, Adela Cerezo Bautista y Juan Manuel Vega Rayet, se reunió el pasado 12 de diciembre con Miguel Ángel Osorio Chong en la Ciudad de México y despotricaron con beligerancia contra Doger.

Exigieron la dirigencia estatal para uno de ellos, con la consecuente destitución del diputado local Javier Casique Zárate.

Por cierto, este martes él puso hielo al tema, al recordar que solamente desde el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) puede convocarse a una nueva elección de dirigentes.

Renovación”, que congrega a muchos “cartuchos quemados”, propuso también al gerente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Puebla, Alberto Jiménez Merino, como candidato en la extraordinaria.

Sí, el mismo que hace apenas unos meses pedía trabajo en MORENA, para medio ir sacando los gastos de la casa.

Ese grupo, sin embargo, es solamente -nos dicen fuentes confiables- uno de los brazos del siniestro Mario Marín.

El otro está metido en el lopezobradorismo poblano e impulsa al senador Alejandro Armenta Mier a la candidatura de una reedición de la alianza Juntos Haremos Historia(MORENA-PT-PES), en sustitución de Barbosa.

Marín, acostumbrado a las conspiraciones como sello de la casa, juega en los dos partidos.

De ahí que se proponga a Jiménez Merino, el político más timorato de la entidad, para facilitarle las cosas a los morenistas con Armenta como abanderado.

En el mismo tenor de la estrategia marinista, aunque no hay que descartar su torpeza natural, está la reaparición del notario chiapaneco y candidato derrotado en 2010, Javier López Zavala, quien se ve como posible abanderado del tricolor.

Su patética cantaleta de que él consiguió la última votación superior a 800 mil votos para su partido, ya no hay quien la soporte.

En esos escenarios y con esos hilos moviéndose, se ve la apuesta de góber precioso.

Si no gana con una, ganaría con la otra, pensará.

El dogerismo, y así se ha informado ya en el CEN, enfrenta también el embate de Jorge Estefan y lo poco que queda del grupo que creó como dirigente estatal.

El hoy presidente de la Comisión de Financiamiento del tricolor nacional traicionó desde el año pasado a su partido y a quien podría ser nuevamente candidato.

El frustrado candidato de Lista Nacional al Senado de la República pactó -aseguran- el apoyo para Barbosa Huerta en el pleito postelectoral, a cambio de convertirse él en el secretario de Finanzas y Administración de la administración interina, en los momentos en que se pensaba que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) daría un revés a la fallecida Martha Érika Alonso Hidalgo.

El acuerdo iba más allá y suponía que si ganaba Barbosa en la elección extraordinaria, Jorge Estefan trascendería en el mismo cargo en su administración.

La versión toma consistencia, cuando viene a la memoria que varios alcaldes priístas de la Mixteca y otras regiones, fieles seguidores de Estefan, se alinearon a MORENA desde hace varios meses, como lo reportamos en la entrega “ALCALDES INSIGNIA DEL PRI EN FUGA… HACIA MORENA”, del pasado 18 de noviembre.

http://www.pueblaonline.com.mx/garganta_prof/?p=11181#.XDUtvVxKjIU

Finalmente, las explicaciones llegan y los cabos terminan atándose solos.

Si en medio de sus laberintos, el PRI lograra la unidad, lo que se ve difícil, sin duda tiene posibilidades, remotas, pero factibles de dar una batalla competitiva hacia el próximo 2 de junio.

La historia nos ha enseñado que en política, nadie debe considerarse derrotado a priori.

Y el PRI poblano todavía respira.

(Por cierto, para este miércoles está citada en el CEN del PRI la coordinadora de los diputados locales del tricolor, Rocío García Olmedo, para el tema del gobernador interino. ¿Cuál será la línea de la dirigente nacional, Claudia Ruiz Massieu, para sus cuatro diputados estatales? ¿Apoyar la propuesta morenovallista, es decir, Jesús Rodríguez Almeida? ¿Sumarse al perfil que finalmente empuje el bloque de Juntos Haremos Historia, o lo que quede de este bloque dadas las públicas diferencias entre Gabriel Biestro y José Juan Espinosa? ¿O mantenerse neutrales respaldando a algún dizque ciudadano dizque impoluto dizque apartidista? ¡Qué nervios!

gar_pro@hotmail.com

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