Auditoría para Priístas de Puebla (Sonría y Diga No a la Simulación)

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Por lo menos una auditoría –pero podrían ser hasta dos- realizará en el estado antes del 1 de julio el equipo cercano del candidato del PRI a la Presidencia de la República, para verificar que realmente las diferentes estructuras en funciones en Puebla, principalmente la de Promoción al Voto, que encabeza Javier López Zavala, están trabajando en busca del triunfo electoral de Enrique Peña Nieto.

Una fuente bien ubicada en el corazón del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor señaló que el aspirante a Los Pinos conoce muy bien el caso Puebla, es decir, el tremendo cruce de intereses existentes entre el gobernador Rafael Moreno Valle y varios connotados priístas, y quiere asegurarse que en este proceso –su proceso, la elección de su vida- no habrá las traiciones que sin duda marcaron la derrota del PRI en la entidad en 2010.

Según cuentan, aleatoriamente y sin previo aviso se van a elegir múltiples secciones electorales de distritos específicos para que un ojo independiente, ajeno a Puebla, constate que en efecto, 100, 200 o los 500 potenciales votantes de Peña Nieto existen, son de carne y hueso, cuentan con credencial de elector vigente, y fueron visitados y convencidos en persona de apoyar con su sufragio al  abanderado.

La consigna es evitar la simulación, principalmente de personajes como el mismísimo “dirigente” estatal del PRI, Fernando Morales Martínez, quien, como todo mundo sabe –y si no, se lo imagina-, no es sino un morenovallista de clóset. Además, claro, de garantizar el mínimo necesario número de votos que el equipo del candidato se ha puesto de meta, y que pese a todo continúa en 1 millón, para ganar en Puebla.

Para que no queden dudas, será observado con lupa el trabajo del delegado del CEN, Héctor Hugo Olivares; del citado Fernando Morales –a cargo, en teoría, de los candidatos a diputados y senadores-; del coordinador de Promoción y Movilización del Voto, Javier López Zavala, quien de padecer traiciones y engaños puede escribir un libro entero, y de Alejandro Armenta Mier, coordinador estatal de Peña Nieto. Incluso, de doña Silvia Tanús, operadora de lujo y una especie de enlace entre todas las estructuras, que aparte efectúa su propia revisión.

En anteriores procesos en Puebla –véase el caso de 2010-, hubo promotores del voto que se dedicaron a copiar arbitrariamente nombres de la Sección Amarilla para reportarlos a sus superiores como priístas “convencidos”. Por su “trabajo” cobraron miles de pesos.

Todo fue un engaño. Hubo el caso de varios que en sus listados, según se supo después, incluyeron hasta a muertos. Esos votos –y votantes- resultaron, por supuesto, fantasma: sus sufragios nunca llegaron a las urnas. Es más, todavía los andan buscando.

Eso es lo que quiere evitar Enrique Peña Nieto. Y no, no es que le gane la desconfianza. Ocurre, simple y sencillamente, que –como dicen en mi pueblo- la burra no era arisca: los palos la hicieron.

gar_pro@hotmail.com

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