Qué fue del ex director del Cereso de Cholula (Cuento de Ultratumba)

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Conforme pasan los días, la situación legal del ex director del Cereso de San Pedro Cholula, Daniel Martínez Casco, se complica más y más y más.

La reciente captura -el pasado 7 de abril- en el municipio de Nogales, Veracruz, de tres de los 11 fugados por parte de la policía ministerial de dicho estado y posteriormente -el pasado 12 del mes en curso- de un cuarto sujeto evadido, localizado en el municipio de Cuautlancingo, Puebla, no ha hecho sino alejar todavía más las posibilidades del ex funcionario municipal por salir de prisión, puesto que la información que han proporcionado los criminales en torno a la forma en que se consumó la fuga, es sumamente comprometedora.

La situación del protegido, primero del aún diputado local José Juan Espinosa y posteriormente de Filiberto López Zavala, empezó a enredarse a partir del uno de febrero del 2012, cuando el juzgado segundo de distrito desechó definitivamente el primer amparo interpuesto con motivo de su detención, dictándose dentro del expediente 1783/2011 el siguiente acuerdo: “….archívese el asunto como totalmente concluido. Se declarara que ha causado ejecutoria la sentencia. El expediente es susceptible de destrucción…”.

De hecho, no tuvo que pasar mucho tiempo para que el pasado 24 de febrero del 2012, el mismo juzgado segundo de distrito desechara también de manera definitiva el segundo amparo interpuesto por el ex funcionario municipal, dentro del  expediente 1747/2011, con motivo del ejercicio de la acción persecutoria iniciada por la Dirección Metropolitana Sur de Averiguaciones Previas y Control de Procesos de la PGJ. En esta segunda solicitud de amparo se dictó la siguiente resolución: “…Se sobresee el presente Juicio de Amparo…”.

Con dos resoluciones de un juez federal en su contra y con los comprometedores testimonios de los reos recapturados, Daniel Martínez Casco se hunde sin remedio, particularmente porque además ya se ha podido documentar que desde una semana antes de la fuga, extrañamente no se paró por su oficina, no estuvo localizable, no sólo para sus colaboradores, ni siquiera para su propia familia, andaba sumamente intranquilo, como alguien que camina sobre una capa muy delgada de hielo y que en cualquier momento se romperá.

Días antes que estallara la bomba, ya había perdido el sueño, y no precisamente por la penosa, y lamentable, enfermedad de su esposa. Los detalles, quizá en cualquier momento la PGJ podría ventilarlos y arrojar más luz acerca de esta historia que se comenzó a escribir en uno de los lugares más tenebrosos del sistema carcelario poblano: el Cereso de San Pedro Cholula.

Por si hubiera alguna duda, estos son los vínculos de la página web del Poder Judicial de la Federación, de donde se desprende la información de los dos amparos aquí citados:

http://www.dgepj.cjf.gob.mx/internet/acuerdo/acuerd_ini.asp

http://www.dgepj.cjf.gob.mx/internet/acuerdo/acuerd_ini.asp

gar_pro@hotmail.com

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