Asalto al PAN

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Tres años tardó Rafael Moreno Valle en concretar el viejo proyecto de controlar por completo al Partido Acción Nacional en el estado.

El último fuerte era el Comité Directivo Municipal de Puebla capital y ese, ese ya pasó también a manos del gobernador de Puebla.

La vieja guardia panista rindió la plaza y se quedó sin armas, sin ejército, sin instrumentos y sin argumentos para negociar y mantener sus ya de por sí raquíticos espacios de gobierno al interior del partido.


Basta ver la conformación y sobre todo el origen de los integrantes de quienes integrarán el nuevo CDM para darse cuenta que el Asalto al PAN, entendido esto como la estrategia para hacerse del poder interno, ya se consumó.

Le pese a quien le pese, le guste a quien le guste, sobre todo a esa ultraderecha caduca y decimonónica que nunca supo cómo librar la guerra, que se aisló en su ideología barata y convenenciera, y que al final del camino ni siquiera fue capaz de quedarse con las migajas.

Hoy no hay otro poder en el PAN que el poder de un gobernador como Moreno Valle que, en una entrevista con El Sol de Puebla, acaba de resumir perfectamente la fórmula para mantener la disciplina y el control político: “Exijo lo mismo que doy. No exijo más pero tampoco menos”.

Sin contar a Martha Érika Alonso, que formará parte del comité que encabezará Pablo Rodríguez Regordosa, por lo menos 14 de los nuevos miembros de la nomenclatura panista en la ciudad de Puebla son morenovallistas o tienen alguna liga o nexo con prominentes operadores del grupo en el poder.

Se trata de:

Manuel Herrera Rojas: suplente de Pablo Rodríguez, su “mano derecha”, operador de la campaña de 2013.

Fernando Sarud Hernández: miembro activo, trabaja en la Sedeso.

Oscar Pérez Córdoba: miembro activo.

Alejandro Escandón: funcionario del poder Judicial.

Blanca Jiménez Castillo: diputada federal, ex directora del Instituto Poblano de la Mujer, se perfila como secretaria general.

Eduardo Louviere Hernández: miembro activo.

Enrique Cruz Pardo: miembro activo.

Enrique Rojas Márquez: miembro activo.

Jesús Giles Carmona: ex dirigente estatal juvenil.

Jesús Zaldívar Benavides: ex diputado local.

Marta Fernández de Castro: cercana a Martha Érika Alonso de Moreno Valle.

Mario Riestra Piña: ex presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado.

Gabriel Oswaldo Jiménez: regidor electo, sobrino del alcalde electo Tony Gali.

Margarita Santos Paulino: miembro activo.

Sin contar a la esposa de Pablo Rodríguez, Mónica Rodíguez Della Liecchia, el resto de los integrantes del nuevo CDM pertenece a El Yunque o bien al grupo político que encabeza el todavía edil Eduardo Rivera Pérez: Jonathan Soriano, Carlos Enrique Pando, Raquel Rosalía Razo y Maricarmen Mota.

Como diría Gustavo Madero: una minoría “frustrada” que poco o nada podrá hacer para impedir que la única voz cantante sea la del morenovallismo.

¿Qué fue de los duros del PAN? ¿Los que iban a dar la batalla hasta el final para derrotar a quien veían y señalaban como “intruso”?

Unos desertaron.

Otros fueron cooptados con un puesto público.

Y a los demás ni siquiera hubo necesidad de comprarlos, pues decidieron quedarse a observar, impotentes, cómo Moreno Valle se apoderaba poco a poco de todos y cada uno de los órganos de gobierno del Partido Acción Nacional.

Ese Asalto al PAN que en tres años ha sido con concretado y que definirá el futuro del partido por al menos la siguiente década, tiempo suficiente para ver el surgimiento de una nueva clase política azul, ciertamente muy distinta a la que soñaron los fundadores pero menos hipócrita, más práctica y con más conocimiento de por qué y para qué se usa el poder.

¿O me equivoco?

gar_pro@hotmail.com

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