LAS “PERLITAS” DE ÉDGAR SALOMÓN (TERCERA PARTE)

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No. Tratándose de dinero, dinero fácil, el ex diputado priísta Édgar Salomón Escorza no tiene ninguna clase de escrúpulo.

Durante casi tres años ha estado cobrando del gobierno un jugoso bono económico, encubierto en lo que se conoce como “cochinito legislativo”.

Una especie de gratificación discrecional por los servicios prestados al morenovallismo, que no fueron pocos.

Por eso, precisamente por eso, Édgar Salomón casi se vuelve loco cuando no logra recuperarlos de ningún modo.

No es para menos: está a punto de viajar a Oxford, en Inglaterra, para tomar parte de un curso intensivo en políticas públicas y necesita, le urge ese dinero.

Alrededor del 23 de enero, un amigo suyo le comenta:

-Oye, pero esos recursos… ¡ya estaban presupuestados!

-¡Qué poca madre! Se los llevaron –responde Salomón, fuera de sí.

-Eso, desde el presupuesto, ya estaba, no es posible que se los chinguen.

-No, pues yo sé, amigo, pero ya nos dieron cuello estos hijos de la chingada, ¿no? ¡Qué poca madre! ¡Qué poca madre!

Está, pues, acorralado.

Desesperado.

Desquiciado.

Ya no tiene el PIN de la BlackBerry del gobernador.

Ya nadie le contesta las llamadas.

La guerra sucia contra Luis Maldonado y Mario Riestra no dio ningún resultado.

Pero no es tonto.

Así que rápidamente diseña otra estrategia: sorprender al mismísimo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, César Camacho Quiroz, para que sea él, entonces, quien le financie su viaje “de estudios” a Europa.

E increíblemente… ¡lo logra!:

Le saqué un apoyo económico y se lo saqué rápido”, presume, ya feliz de nuevo, con el alma otra vez en el cuerpo.

Me voy el 1 de febrero, ya tengo todo”.

En su infinita ignorancia, Camacho Quiroz ni siquiera imagina que ha apoyado a uno de los grandes quintacolumnas del PRI en Puebla.

Manzana podrida que ni siquiera dudó cuando decidió que sus lealtades no estaban con su partido, sino en la acera de enfrente.

Uno de los diputados que, a cambio del bono legislativo –alrededor de 1 millón de pesos bajo la fantasmal partida de “gestión social”-, desde el Congreso sentó las bases para la derrota del tricolor en las elecciones del 2013, aprobando las candidaturas comunes, guardando silencio ante la nueva distritación y avalando la elección de consejeros electorales afines al morenovallismo, por ejemplo.

Precisamente uno de esos priístas que fueron seducidos por el poder en turno y que recibieron sin ningún empacho los “cañonazos” de los que habló en su presentación mediática el nuevo delegado del PRI, “El Negro” René Juárez Cisneros, y que sin duda han causado el cisma de un partido cooptado, sumiso y fracturado, a las órdenes del “enemigo”.

Esos grandes, brillantes, célebres, astutos soldados del partidazo de Camacho Quiroz, quien –está visto- no sólo no los expulsa, sino que los cobija.

Les cumple sus caprichos.

Les cree sus mentiras.

Se traga sus discursos.

Se deja chamaquear.

Por ellos.

Los mismos.

Los de siempre.

Los grandes, brilllantes, astutos traidores confesos: su voz sí es su voz.

Sin ningún escrúpulo.

gar_pro@hotmail.com

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