EL DÍA DE JAIRO (EDIL AUXILIAR AL PASTEL CON BANQUILLO DE LOS ACUSADOS AL FONDO)

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No lo ande contando en voz alta, y menos a los distinguidos e indignadísimos y honestísimos integrantes de la Liga de la Justicia, pero en los próximos horas habrá noticias de impacto en torno al horroroso caso Chalchihuapan, por más que los lugares comunes, las reiteraciones sobre lo mismo, las verdades a medias y las mentiras completas sigan tratando de imponer una única versión de lo sucedido el pasado 9 de julio en el kilómetro 14 de la autopista Puebla-Atlixco.

Por principio de cuentas, este martes, por ejemplo, después de analizarlo por cerca de cinco días, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tomó finalmente el acuerdo de llamar oficialmente a comparecer al presidente auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan, Jairo Javier Montes Bautista, para que responda una serie de preguntas sobre su verdadera participación en los hechos que derivaron en la lamentable muerte de José Luis Tehuatlie Tamayo.

De acuerdo a lo trascendido, Jairo Javier Montes Bautista debe presentarse este mismo miércoles ante el presidente de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, de la misma forma que ya lo hicieron el secretario de Seguridad Pública y el procurador General de Justicia del gobierno del estado de Puebla, Facundo Rosas Rosas y Víctor Carrancá Bourget, respectivamente.

Y es que está señalado como uno de los principales responsables de la violencia desatada entre vecinos de la junta auxiliar y policías estatales el día del bloqueo y el desalojo de la autopista a Atlixco, que dejó un saldo de 9 habitantes y 40 granaderos lesionados, además de la irreparable pérdida de un inocente menor de edad; un muerto del que hoy todavía, a un mes de distancia, se siguen obteniendo jugosos dividendos políticos.

En diversas fotografías, videos y reconstrucciones de lo sucedido aquel día en que se desataron los demonios, el edil auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan aparece a la cabeza del grupo de manifestantes que violentamente hizo frente a los uniformados atacándolos con piedras, palos y cohetones; incluso fue él quien, radicalizado y mesiánico, se negó a entablar diálogo con los representantes del gobierno e incitó al grueso de los quejosos a iniciar el rifirrafe con los policías, quienes lucharon, literalmente, por sus vidas.

Hoy, ante la CNDH, Jairo Javier Montes Bautista va a tener que aclarar su papel en los hechos, acreditar sus dichos y sobre todo demostrar con pruebas lo que ha venido pregonando de forma por demás irresponsable ante diversos medios de comunicación sobre las causas del fallecimiento de Tehuatlie Tamayo.

De no hacerlo, y peor: de no presentarse (el que nada debe, nada teme), quedará como un mentiroso –uno más- o como alguien que, obedeciendo órdenes de terceros interesados, sólo ha buscado cumplir un objetivo político.

Hay que recordar que tres familiares del edil auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan tienen antecedentes penales por delitos contra la salud, delincuencia organizada y portación de armas.

Y es que están relacionados con el aseguramiento en 2012 de un predio en el que se hallaron precursores químicos para la producción de metanfetaminas.

La propiedad donde se realizó dicho aseguramiento pertenece a Pedro Crisóforo Montes García, padre del edil auxiliar, y por ese hecho la Procuraduría General de la República le inició una investigación, al igual que a Calixto Montes García, tío del funcionario, y a Pascual Xelhua Montes, primo del citado Crisóforo.

O sea que no es la blanca paloma que presume.

Sin duda será muy interesante ver lo que Jairo Javier Montes Bautista dice o deja de decir al ombudsman Plascencia Villanueva, quien hasta el momento ha cumplido su oferta de realizar una investigación apegada a la legalidad y sin sesgos partidistas, en la que se escuche a todos los involucrados y en la que no se adelanten conclusiones o se haga eco de afirmaciones interesadas, manipuladas o preconcebidas.

Será aproximadamente en unos 30 días cuando termine el trabajo que está realizando el primer visitador de la CNDH, Luis García López, y se pueda conocer un dictamen final; un dictamen que, por supuesto, exhibirá los errores o excesos que seguramente cometieron algunos jefes y mandos policiacos –y por lo que tendrán que ser castigados-, a la vez que dejará en claro la actuación de algunos vecinos de Chalchihuapan que, como el presidente auxiliar, incitaron irresponsablemente a la violencia, con las consecuencias ya conocidas por todos en términos de víctimas y lesionados, más allá de la cuestión política y las guerras de odio emprendidas por los obvios, repetitivos, enemigos del régimen morenovallista.

gar_pro@hotmail.com

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