EL J.J. EN SU LABERINTO (TEORÍA SOBRE EL TIRO POR LA CULATA)

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Vaya ironía de la vida. El presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, también conocido como el #EdilBala, envío a uno de sus trabajadores a operar las redes sociales de su esposa Nancy de la Sierra, candidata del PRI por el distrito 3 con cabecera en Teziutlán.

El objetivo fijado consistía en que, por ahí de la cuarta semana electoral, su operador comenzaría a revivir en redes sociales el caso Chalchihuapan acusando a Juan Pablo Piña, el candidato del PAN y ex jefe de la Oficina del gobernador, de encubridor.

El nombre de este operador es A.A.G., “El Chester”, ex reportero de La Jornada de Oriente y hoy trabajador de la oficina de Comunicación Social del gobierno de San Pedro Cholula.

La primera semana de campaña, un miércoles, “El Chester” acudió por la noche a las oficinas del Comité Directivo Estatal del PRI.

El objetivo era ponerse a las órdenes del partido tricolor para apuntalar la campaña de Nancy de la Sierra en redes sociales. De hecho, se vio con otros operadores de redes sociales del resto de candidatos de la coalición PRI-Verde.

Ahí fue planteado que los community managers crearían bots, tuitearían en cinco distintos horarios específicos, y que todos se apoyarían en los momentos de campaña negra.

Pero A.A.G. tenía algo que el resto no: todo el apoyo económico y de infraestructura tecnológica del ayuntamiento de San Pedro Cholula.

Con bots creados en la administración de José Juan Espinosa y ocupando como replicadoras a diversas direcciones IP del ayuntamiento, nuestro personaje le dio fuerza a su campaña.

Estos son algunos de los bots que criticaron a Juan Pablo Piña con el caso Chalchihuapan: @Soyelfin666, @PIRHUAN, @snakes199, @NicolPoter, @scoobytazo, @Deliaromeroo.

La estrategia de campaña negra lucía bastante prometedora hasta que José Juan se convirtió en lo que él tanto criticó: un alcalde asesino.

El presidente municipal de San Pedro Cholula calificó por meses al gobierno del estado como represor. No desperdició oportunidad, ya fuera en entrevistas, ruedas de prensa o redes sociales, para atacar a la administración estatal y a su máximo representante, el gobernador Rafael Moreno Valle.

Hoy, sin embargo, el destino le jugó una mala pasada. La lamentable muerte del joven Ricardo Cadena Becerra se convierte en un grave ejemplo de la triste realidad de las policías municipales: cuerpos de seguridad cuyos integrantes carecen de capacitación y entrenamiento físico, incapaces de acatar protocolos básicos.

La muerte de este joven es sumamente poderosa en cuando a simbolismo. En febrero pasado, Espinosa Torres consideró “excesiva” la propuesta del Congreso del estado de Puebla para hacer más severas las penas contra quienes hacen graffitis en mobiliario urbano o histórico.

Aunque la iniciativa de ley -hoy aprobada- también incluía espacios para el arte urbano, José Juan la atacó sin clemencia, poniendo por delante más el hígado que la inteligencia. Al final, su gobierno no solo criminalizó la protesta, sino que asesinó a sangre fría y por la espalda a un joven que ni siquiera grafiteaba con laca, sino con tiza.

La familia del desafortunado muchacho ahora está inconsolable, y no es para menos: una salida a un bar y una travesura de juventud se convirtió en el pretexto para un homicidio a sangre fría.

Ante esta verdadera pesadilla que vive el presidente de San Pedro Cholula, vale la pena formularse las siguientes preguntas:

¿Cómo puede José Juan Espinosa seguir sosteniendo su discurso de un gobierno tolerante –un gobierno “de bien”- y cargar contra la administración estatal por una presunta represión cuando su policía asesina directamente a personas, y no “por accidente” como sostuvo inicialmente erigiéndose en Ministerio Público?

¿Seguirá ordenándole a “El Chester” que ataque a Juan Pablo Piña con el tema de Chalchihuapan cuando incluso ya circulan memes del #EdilBala señalándolo como asesino?

¿Continuará presumiendo que él estuvo en contra de la criminalización del graffiti cuando sus policías no detienen sino matan a los artistas urbanos?

¿Los Yunques, sus nuevos amigos –encabezados por Juan Carlos Mondragón Quintana-, darán la cara por José Juan Espinosa, apoyándolo con su teoría de que la muerte del joven fue “un accidente”, o harán mutis ahora que se han dado cuenta de lo que es capaz un presidente municipal confundido, enfermo de poder y de soberbia, y extraviado en su propio laberinto?

¿Y Roxana Luna, la autonombrada representante del pueblo bueno contra el gobierno malo, por qué en este nuevo incidente no reaparece con protestas, mítines, declaraciones y choques al estilo Chalchihuapan? ¿Será que no le ve futuro a este negocio?

gar_pro@hotmail.com

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