EL “SÚPER SECRETARIO” RODRÍGUEZ ALMEIDA

CEREMONIA DIA DEL BOMBERO

Poco más de dos meses le bastaron a Jesús Rodríguez Almeida para pasar de secretario de Seguridad Pública (SSP) a una especie de “súper secretario”. Hasta el más escéptico quedó sorprendido de cómo en tan poco tiempo logró lo que ni Ardelio Vargas Fosado ni Facundo Rosas Rosas, sus antecesores, consiguieron: apoderarse total y absolutamente del control de la seguridad pública en el estado de Puebla.

Y es que a partir del pasado uno de octubre, Rodríguez Almeida manda donde antes ningún otro titular de la SSP: en el Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (CESP), la Policía Auxiliar, la Academia de Formación y Desarrollo Policial Puebla-Iniciativa Mérida y el Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicación (C4), que por decreto dejaron de depender de la Secretaría General de Gobierno (SGG) y fueron sectorizadas a la de Seguridad Pública.

El cambio más simbólico e importante, y con implicaciones políticas al interior del gabinete, tuvo que ver con el Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (CESP), la entidad que maneja el millonario presupuesto federal para la adquisición de armas, patrullas y uniformes, y para la realización de exámenes de control de confianza y capacitación de los miembros de las fuerzas policiacas.

Ahí dejó de ser titular Juan de la Cerda Hermida, un funcionario eficiente y pieza del ex secretario General de Gobierno, Luis Maldonado Venegas –y no de Facundo Rosas, como se ha divulgado-, y en su lugar llegó un hombre de las enteras confianzas (y lealtades) de Rodríguez Almeida: Carlos Jesús Cadena Lozano, quien se desempeñaba como subsecretario de Desarrollo Institucional y Administración Policial de la SSP. De la Cerda Hermida, quien manejó el Subsemun y el subsidio de la Policía Acreditable cuando trabajó en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, salió limpio y únicamente para dejar el espacio libre para que Rodríguez Almeida pueda desarrollar mejor su encomienda.

El CESP era un brazo estratégico, en muchos sentidos, de la Secretaría General de Gobierno, que ahora además ha perdido el control de la Policía Auxiliar, la Academia de Formación y Desarrollo Policial Puebla-Iniciativa Mérida y el importantísimo Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicación, mejor conocido como C4.

Por si fuera poco, Rodríguez Almeida logró extender sus tentáculos a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito del municipio de Puebla, donde designó a Jorge Alejandro Vázquez Ríos como encargado de despacho de la Dirección de Emergencias y Respuesta Inmediata (DERI), tras la súbita salida de Héctor Emmanuel Navarro Nava.

Asimismo, se le creará una nueva corporación, pues hace unos días llegó al Congreso del estado un decreto para dar luz verde a la denominada “Corporación Auxiliar de Policía de Protección Ciudadana”, que controlará a las empresas de seguridad privada y dependerá de la poderosa SSP, como ya lo hacen la Policía Estatal Preventiva, la Dirección de Vialidad, la Policía Montada, el Departamento de Antimotines, la Dirección de Operaciones Especiales, la Dirección de H. Cuerpo de Bomberos, la Dirección de Seguridad a Instalaciones y Protección a Funcionarios y la Dirección General de Centros de Reinserción Social.

En esta última, ya Rodríguez Almeida había hecho cambios importantes, pues una de sus primeras acciones como secretario fue destituir a la titular, Yazmín Márquez Rodríguez, y al subdirector de Seguridad y Custodia, Marco Antonio Galván Ramírez, ambos involucrados en una presunta red de trata de personas con fines de explotación sexual que operaba desde el penal de San Miguel; en lugar de Yazmín Márquez quedó Alejandro Cruz Maya, quien se desempeñó como jefe de la Dirección de Inspección Policial cuando Rodríguez Almeida fue secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) bajo el gobierno de Miguel Ángel Mancera.

Fue apenas el pasado 9 de agosto cuando el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, lo nombró al frente de la SSP, en sustitución de Facundo Rosas, y en poco más de dos meses logró lo que se creía imposible: cambiar el epicentro del modelo de la seguridad pública en el estado, que por razones misteriosas venía operándose desde la Secretaría General de Gobierno, no desde la SSP, como en anteriores sexenios.

Hoy, totalmente empoderado, con “dientes” –y mando y presupuesto-, Rodríguez Almeida tiene otro escenario, en detrimento de Casa Aguayo, donde el encargado de despacho, el inefable Jorge Benito Cruz Bermúdez, fue incapaz de defender el territorio; de hecho, en breve le entregará a su jefe, Luis Maldonado, una dependencia debilitada al menos por lo que toca al área de seguridad pública, pues sólo le quedó la Dirección de Protección Civil, donde despacha otro inútil, Jesús Morales Rodríguez.

En gira por Oriental, el propio Moreno Valle explicó así el surgimiento del “súper secretario” de Seguridad Pública:

“Evidentemente siempre que llega un secretario le doy todas las facultades y toda la fuerza para que pueda desempeñar su función, yo considero que él (Rodríguez Almeida) debe tener los elementos que le permitan actuar y sobre todo entregarme resultados, yo me entiendo con él porque le tuve la confianza, como con cualquier secretario o secretaria, ellos son libres de formar sus equipos de trabajo”.

Pero ni Ardelio Vargas ni Facundo Rosas recibieron “todas las facultades” y “toda la fuerza” que menciona el jefe del Ejecutivo, porque, entre otras cosas, tuvieron que lidiar –a veces, incluso, batallar y pelear abiertamente- con una SGG que decidía con criterio político el rumbo de la seguridad pública en muchos sentidos. Ahí están, por ejemplo, los desastrosos resultados del operativo de desalojo en Chalchihuapan, en 2014.

Hoy será completamente diferente y Rodríguez Almeida podrá operar, y cerrar el sexenio, sin sombras incómodas, a sus anchas y con todo, todo el respaldo de su jefe, el gobernador de Puebla. Y más ahora que tras los abominables hechos en Ajalpan, barbarie auténtica, va a impulsarse con más fuerza que nunca el mando único policiaco, con lo que su poder prácticamente no tendrá límites.

¿O alguien tiene dudas?

gar_pro@hotmail.com

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