DELOYA VS ALLENDE, LOS RIESGOS DE DIVISIÓN EN EL PRI

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Un elemento fundamental que poco o nada se ha calculado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), o de plano no se ha dimensionado adecuadamente, es el descontrol por el jaloneo del Comité Directivo Estatal (CDE) y el extravío de la militancia ante las señales encontradas que les envían sus dirigentes y los aspirantes a la candidatura a la minigubernatura de 2016.

En el primer tema, comienza a hacerse evidente la disputa, abierta y ríspida, entre el director del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (Icadep), Guillermo Deloya Cobián, contra la actual presidenta del CDE, Ana Isabel Allende Cano, a quien él, por cierto, ayudó en su momento a llegar al cargo que hoy ocupa.

Arrepentido, Deloya, quien permanece al frente de la cantera de cuadros del tricolor a nivel nacional, con el aval de César Camacho y de su sucesor en la presidencia del CEN, Manlio Fabio Beltrones Rivera, está desplegando una estrategia estatal para tumbar a la segunda.

Sus operadores son los llamados Deloya Boys y Deloya Girls, encabezados por la ex candidata a diputada federal Arely Ávila, quien además quedó resentida con Ana Isabel Allende, por el poco apoyo en el Distrito 8, que perdió y que se supone era coto de la lideresa priísta.

La tarea es conseguir el apoyo de la militancia para Guillermo Deloya, mientras él busca respaldo de Beltrones, quien no ve del todo bien la permanencia de Allende, pero necesita de un pretexto decoroso para sacarla.

Dos son los temas que debilitan al PRI y a su hoy dirigente de cara a 2016: su cercanía con Adolfo Karam Beltrán, de quien se dice es “rehén”, y la animadversión de la posible candidata del tricolor a la minigubernatura, Blanca Alcalá Ruiz, a quien aseguran, Ana Isabel quiso tratar como empleada y darle órdenes. Grave error.

Esos son dos argumentos que esgrime Deloya ante la dirigencia nacional para relevar a Allende, a la par de la operación de los Deloya Bos y Grils, entre quienes también está Yazmín Tecozautla Zamora, a quien ya colocó como directora de la Escuela Municipal de Cuadros.

Si bien se prevé que el PRI no tenga grandes conflictos para designar a un candidato o candidata de unidad, en cambio la disputa por la dirigencia priísta y los resentimientos, fracturas y confusiones que se están generando en la militancia por el respaldo a los distintos precandidatos, son una lápida que no se ha ponderado bien.

¿Lo ha desatendido por descuido el tricolor?

¿O lo ha ignorado a propósito, esperando que la disciplina partidista se imponga?

El pasado viernes, en el arranque de Diálogos por Puebla en Chignahuapan, foros en los que el tricolor se supone conformará las propuestas para su plataforma electoral de 2016, las fricciones entre Deloya y Allende se hicieron públicas.

El director del Icadep tuvo prácticamente que arrebatarle el micrófono a la presidenta del CDE, cuando ella quiso clausurar el encuentro que inauguró.

Deloya, quien fungió como moderador del panel de Desarrollo Social, de plano ignoró su protagonismo y le dio la palabra a Héctor Sulaimán Safi, presidente de la Fundación Colosio en Puebla y que en el papel es la organizadora. Ana Isabel Allende tuvo que tragar amargo frente a cientos de priístas.

Hay que decir que Deloya no es el único priísta que no la ve encabezando los esfuerzos del PRI para recuperar Casa Puebla en 2016. Deseos e inconformidades de las que Beltrones está debidamente enterado.

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¿PERO QUÉ ASQUEROSIDAD ES ESTO? (Ministros del caso Cacho dicen adiós a la SCJN)

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Este lunes, los Plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), del Consejo de la Judicatura Federal y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) celebrarán la ceremonia de conclusión del encargo de los ministros Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Juan Nepomuceno Silva Meza.

Ella, quien es ministra de la SCJN desde 1995, será recordada por ser una de las que, con su voto, salvaron a Mario Marín Torres de ser señalado por violar las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho Ribeiro, en el proyecto de resolución sobre el caso en el que, el segundo ministro, proponía una condena al “góber precioso”.

Mientras en el Senado de la República se decide quiénes ocuparán estos sitios en el Pleno de la Corte, Olga Sánchez Cordero y Juan N. Silva concluyen sus actividades como ministros, pero comenzaron su camino hacia el juicio de la historia.

gar_pro@hotmail.com

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