PRD Y MORENA, LA LUCHA POR EL TERCER LUGAR EN PUEBLA

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En el proceso electoral federal de junio de 2015, por primera vez apareció en las boletas el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y cabe señalar que no le fue nada mal en dichos comicios a nivel nacional. Hoy, tiene su propia fracción electoral en el Congreso de la Unión, con 36 diputados federales, y por Puebla lograron obtener tres legisladores por la vía plurinominal.

Después de varios años de activismo político de Andrés Manuel López Obrador y de su abrupta salida del PRD, por fin lograron consolidar la primera etapa de un proyecto nacional de mediano y largo plazo que les ha dado buenos frutos en las urnas, como un partido de reciente creación. Se han consolidado como una fuerza nacional y han desplazado al sol azteca en varias entidades del país, en otras avanzaron, en algunas más se convirtieron en la tercera y segunda fuerza política.

Lo más importante y fundamental para ellos es el proyecto de López Obrador, para que siga presente en la agenda nacional y encabezando algunas tendencias en las principales encuestas que se publican en los medios de circulación nacional.

Actualmente, están metidos de lleno en la disputa por el Constituyente de la Ciudad de México, un primer paso para disputarle el gobierno de la ciudad a Miguel Mancera y al propio PRD. De igual forma participan por vez primera en la elección de gubernaturas en las 12 entidades en donde habrá elecciones para el mes de junio.

López Obrador sabe que el corredor Tlaxcala, Puebla, Oaxaca y Veracruz es sumamente importante para él mismo, puesto que las tres últimas entidades concentran un padrón electoral que representa una buena base de votos para su proyecto por la Presidencia. Sin embargo, también corre sus propios riesgos, puesto que varias de sus dirigencias locales solo trabajan sí AMLO lo ordena.

Como ejemplo de caso, tomaremos Puebla, en donde la disputa por los votos duros de la izquierda será entre MORENA y PRD. La plaza poblana es importante para ambos partidos, la disputa por los votos es fundamental para MORENA, puesto que lograrían posicionarse para el 2018 y lograrían convertirse en la opción más viable para este sector del electorado. El PRD, por su parte, no desea poner en peligro su registro y mucho menos ser desplazados a un quinto lugar.

El problema está en que, por lo visto tras los primeros días de las campañas en el estado, los 153 mil 436 votos que obtuvo MORENA en Puebla en el 2015, y que los ubicó como la tercera fuerza política, hoy los pueden echar a la borda y perderlos, y todo parece que no se han percatado de eso.

Y es que sus dirigentes locales han demostrado que no tienen idea alguna de cómo construir una estrategia electoral para su candidato al gobierno local, Abraham Quiroz. Tienen un partido y la marca de López Obrador, pero la están desaprovechando.

Si Roxana Luna Porquillo es la candidata del PRD, fue para salvar a este partido y evitar que perdiera su registro. Pero los errores que ha mostrado la dirigencia de MORENA en estos días, lograrán que Luna Porquillo rebase por la izquierda al propio Abraham Quiroz, un gris académico que luce extraviado en un mundo que les ajeno porque está lleno de tiburones.

Veamos: Gabriel Biestro Medinilla es un joven que sólo trata de imitar a López Obrador y lo hace muy mal. El dirigente estatal de MORENA no acompaña a su candidato y sólo lo hace cuando los visita “El Peje”. Mantiene un control político y económico junto con Carmen María de su aparato partidario. Evita que le disputen el mando. No permite crítica alguna y se prepara para ser diputado local.

El diputado Rodrigo Abdala Dartigues y Luis Bravo Navarro, ambos del grupo del senador Manuel Bartlett Díaz, llevan a cabo un trabajo de apoyo a su candidato sin coordinación alguna, pero con objetivos claros: posicionarse en el estado para el proceso del 2018.

Tienen un Consejo Consultivo, de intelectuales universitarios, que no son tomados en cuenta y sólo sirven para firmar desplegados.

Durante el arranque de las campañas y los días posteriores, mostraron que no existe una estrategia, que no hay coordinación, que les falta discurso político, que están desperdiciando las redes sociales, que no muestran unidad en MORENA y que no saben cómo explotar su marca.

En el caso del PRD, las tribus salen de un proceso de sumo desgaste interno y sus problemas de división y fracturas siguen presentes. Al igual que MORENA, han escogido la ciudad para hacer campaña y no están “puebleando”, cuando su fuerza radica precisamente en las zonas rurales.

Más allá de sus arranques y exageraciones –como victimizarse y acusar una “persecución” gubernamental totalmente inexistente-, Roxana Luna trae discurso; es un cuadro profesional del sol azteca, formada en este partido y con experiencia en el trabajo social, es una activista natural. Mostró apoyo de su dirigencia nacional, pero hasta ahí, porque el propio Agustín Basave ha mencionado que Puebla no es prioridad electoral.

Ávida de reflectores y espacios en los medios, vive su campaña entre dos flancos internos que se disputan el control partidario, están muy fragmentados y sus disputas son insalvables. Los presidentes municipales han optado por otra vía electoral, la de Tony Gali, y no sólo por las “presiones oficiales”, también por las ambiciones de los dirigentes del FIP que les exigen obra pública y recursos económicos. Sus diputados locales también están fracturados y lo mismo que su dirigencia local.

La primera semana de Luna Porquillo fue muestra de ello, no hubo cobertura partidaria porque es una franquicia sin unidad interna. Sólo estuvo acompañada por una brigada de jóvenes universitarios y sin grandes actos sociales. Su fuerza sigue radicando entre sus huestes de la región de Cholula y algunas pequeñas organizaciones sociales que le han brindado su apoyo.

Tienen coordinación de campaña, dirigida por su hermano Bladimir Luna y el politólogo Nicéforo Gaytán, pero hasta ahora no dan muestra de una estructura electoral y de organización partidaria por todo el estado. Su músculo de fuerzas no rebasa las 500 personas.

Mediáticamente da nota, aunque ya aburrió con sus “escobas” y ahora sus “cacerolas”, pero no tiene una agenda política, sus demandas son las exigencias comunes de siempre. Muestra una carencia de propuestas reales de un programa de izquierda y le gana el resentimiento hacia todo lo que huela a morenovallismo. Tiene un equipo de imagen, pero carece de estrategias de aire. MORENA tiene más actividad en redes que la candidata del PRD.

Tienen más recursos en prerrogativas que Abraham Quiroz y es visible el apoyo de su corriente ADN (Alianza Democrática Nacional).

Roxana Luna Porquillo, al igual que Abraham Quiroz, se disputan el mercado electoral de la izquierda poblana.

Ambos siguen bajo los mismos ejes temáticos de las luchas y batallas sociales, no muestran nada nuevo a los electores jóvenes. Los dos con formación de izquierda y diferentes en edades biológicas, compiten entre sí para ver quién visibiliza más las demandas muy conocidas de los grupos sociales antimorenovallistas (presos políticos, derechos humanos, represión, etcétera).

MORENA quiere ser la tercera fuerza y el PRD lucha por no perder su registro. Qué fatal para las ideas de la izquierda y para los electores que buscan una nueva opción democrática ante el actual bipartidismo político en Puebla.

gar_pro@hotmail.com

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