ANTORCHA Y CTM SIRVIERON A DOS AMOS Y CON LOS DOS QUEDARON MAL

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El Movimiento Antorchista (MA) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), en Puebla, jugaron un doble papel en la pasada elección, en donde sirvieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el que se supone militan como organizaciones, pero dieron más votos a la alianza “Sigamos Avanzando”, que encabezó Tony Gali Fayad. En el primer caso, los antorchistas le “cumplieron” a la candidata Blanca Alcalá, principalmente en la Mixteca, en donde está su cuna, Tecomatlán, y en donde gobiernan los municipios de Tepexi de Rodríguez, Santa Inés Ahuatempan y Cuayuca de Andrade, mientras tiene influencia en muchos más.

Acatlán de Osorio, junto con Izúcar de Matamoros -dos cabeceras distritales locales que integran a los anteriores municipios-, en conjunto forman el distrito electoral federal 14, que representa en San Lázaro el tambaleante presidente del PRI estatal, Jorge Estefan Chidiac. Esos fueron los únicos dos de los 26 locales de la entidad que ganó Blanca Alcalá, con contundencia. Antes de las impugnaciones, se prevé que la senadora haya triunfado en cuatro, en total.

En esas regiones, el MA respondió, mientras que en el escenario urbano sus votos fueron contundentes para que Tony Gali arrasara en la ciudad de Puebla, en donde los antorchistas controlan varias colonias y las zonas más pobres.

Lo mismo pasó en las regiones de Ajalpan y la Sierra Norte, en donde su voto fue azul y por el proyecto de la administración morenovallista; ahí está como prueba la frialdad de los números del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y las actas computadas.

Un caso especial fue en la cabecera de Huitzilan de Serdán, el otro bastión del MA en antigüedad y presencia en Puebla, en donde si bien el PAN en solitario fue vencido por diferencias en algunos casos de dos a uno por el PRI, también extrañamente se dieron muchos votos para Compromiso por Puebla y el Partido del Trabajo, los que también postularon a Gali.

Eso equilibró las cosas en las 15 casillas, aunque el triunfo fue para Blanca Alcalá en ese municipio, pero por muy poco.

La organización de Aquiles Córdova Morán demostró que es aliado de Rafael Moreno Valle, antes que del PRI, y que, a pesar de haber comprometido sus 100 mil sufragios con la priísta, resultó un mejor respaldo del proyecto albiazul, al llevar también información privilegiada de la operación que realizaban los operadores del tricolor.

El diputado federal y líder del antorchismo en Puebla, Juan Manuel Celis Aguirre, participó directamente en reuniones cerradas en las que estuvo la candidata Blanca Alcalá, a sabiendas de que la dejarían sola en su lucha.

Incluso, el distrito electoral federal que Celis representa en la Cámara baja, el 13 con cabecera en Atlixco, lo perdió la senadora con licencia, quien tuvo información de sobra de sus operadores, de que los antorchistas recibían en los días previos al 5 de junio la instrucción de votar a favor de Gali, de voz de sus dirigentes municipales.

Ella no hizo nada, confió, tuvo una fe infructuosa en el MA poblano que, como ya antes he comentado, prepara la fundación de un Partido de los Pobres de México, para lo que ya lleva trabajo avanzado.

“En el PRI siempre se nos ha tratado como arrimados, como apestados, siempre. No sé si exactamente todos, (pero) siempre ha estado presente una fracción que, según yo, nunca nos ha digerido… no nos quieren y, desgraciadamente, la mayoría de veces tengo una sensación por lo que leo, que esta corriente es la que se impone, la que nos mira mal, la que nos patea, la que nos insulta, incluso ha habido gente que dice ‘Antorcha no es del PRI’ y luego ‘vénganse, hay que votar por el PRI’, ¿cómo le vamos a hacer?”, fue la declaración en una entrevista publicada por El Universal, el pasado 21 de marzo, con la que Aquiles Córdova Morán anunciaba o desnudaba su intención de no respaldar con firmeza al PRI.

LEOBARDO, EL GALISTA

Con más eficiencia, a diferencia del MA, la CTM de Leobardo Soto Martínez sirvió a Gali. Al PRI y a Blanca Alcalá apenas le aportó un par de actos de campaña. No más.

Los cetemistas de Soto dieron sus porras y confeti a Alcalá, pero los votos a Tony.

Las cifras también desnudan la operación. Leobardo, quien asegura que la CTM-Puebla tiene algo así como 74 mil agremiados, la tuvo más fácil que el MA, pues su fuerza electoral está dispersa por toda la entidad y no concentrada en regiones y municipios, como el antorchismo.

El voto obrero es mayoritariamente urbano y en los siete distritos de la ciudad es en donde más grave fue la caída de Blanca Alcalá.

Particularmente en el territorio que conforma el Distrito 12 federal, el que representó Leobardo Soto en la LIX Legislatura, el PRI perdió abrumadoramente.

Otro dato es que en el municipio de Rafael Lara Grajales, cuna de los Soto y del padre del diputado local, el desaparecido líder obrero Salomón Soto Téllez, ni las apariencias se cuidaron.

En esa población, de 18 casillas, Blanca Alcalá apenas ganó en una. De ese modo quedó en evidencia que la marcha-mitin que Leobardo Soto le organizó a su compañera de partido en mayo pasado, con supuestamente “10 mil” militantes, no se reflejó, ni por equivocación, en las urnas.

En las apariencias y con las cifras del PREP como espejo, Antorcha cumplió con el PRI y con Gali; con Blanca y con Moreno Valle. En tanto, la CTM “disimuló” lo que ya antes Soto había pronosticado, que “la mejor opción es Gali”.

Sin embargo, en ese doble juego de los antorchistas y la CTM de Leobardo, cabe la reflexión de su utilidad, para el lado priísta y el morenovallismo, de los dos bandos con los que juegan y, como reza el dicho, “quien a dos amos sirve, con uno queda mal”.

En esta elección puede que, en realidad, con los dos hayan fallado.

gar_pro@hotmail.com

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