EL (ENÉSIMO Y RETORCIDO) DESTAPE DE LASTIRI

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Dándole, como es su costumbre, un uso perverso a su cargo en el gobierno federal; solapado por la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga; colgándose de la estructura partidista y gubernamental para sus fines, el subsecretario poblano del ramo, Juan Carlos Lastiri Quirós, sigue realizando destapes de su aspiración y se da el lujo del exceso, al afirmar con micrófono en mano: “seré el gobernador”.

A pesar de las quejas que el mismo presidente estatal del tricolor, Jorge Estefan Chidiac, ha presentado en las reuniones con el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) por sus actos adelantados, Lastiri no ha sido reprendido y, en el colmo de la burla, se afianza de los delegados regionales y distritales del Comité Directivo Estatal (CDE) para hacer sus mítines, así como de delegados y personal que cobra un sueldo que se paga del erario federal.

Apenas el pasado 4 de marzo en Zacatlán, Lastiri torció todas las reglas de su partido, las constitucionales y hasta las de cortesía.

El aprendiz más desleal del marinismo se destapó, una vez más.

Se colgó abiertamente de la estructura de su partido, al que desoye en sus llamados al orden y al cese de los actos anticipados.

Su mitin, que se promocionó como “regional”, estuvo muy desangelado y no tuvo esos alcances.

Acarreó a los poco más de 300 asistentes, a través de los delegados del PRI: el regional, Raúl Pérez Carrión, y René García Vargas, el distrital.

Es decir, Lastiri, de quien todos se quejan y a quien todos repudian, se da el lujo de burlarse en el rostro mismo del presidente del CDE, Jorge Estefan, incapaz de controlar a sus propios empleados.

En el mitin que se realizó en el Salón MG, otro diputado federal, Lorenzo Rivera Sosa, fue testigo de honor y declarado impulsor del proyecto lastirista.

Por supuesto, Lencho Rivera recobró la cordura.

Se ha dado cuenta de que su sueño de ir él por la gubernatura es absolutamente inviable.

Sin embargo, está ahora en los brazos de la pesadilla lastirista.

A pesar de que era sábado, hay que preguntarse qué hacían el delegado de la Sedatu y la delegada del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanía (Fonart) recibiendo peticiones de la gente y prometiendo que darán soluciones.

Sí, Juan Manuel López Arroyo y Esperanza Martínez González, respectivamente, tienen todo el derecho de asistir a actos políticos fuera de horarios laborales.

Lo que no pueden es ofrecer apoyos, a cargo del erario federal, para impulsar la perversidad de proyectos políticos como el de Lastiri.

Así como tampoco acompañarse de personal de las dependencias y utilizar vehículos oficiales para ir a echarle porras a su jefe político.

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Lastiri el precoz, el adelantado, electoralmente hablando, volvió a vociferar que es “el bueno”.

Pero no habla de cómo crear una Puebla mejor.

Asegura que el PRI se está quedando atrás y que debe ir a enfrentar la competencia desde ahora.

Pero no propone soluciones a los problemas del estado.

Presume que tiene mucha experiencia en los tres órdenes de gobierno y en los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Pero es incapaz de plantear un proyecto viable para las regiones que visita.

Lastiri, el incontinente, también anda ya repartiendo candidaturas.

A su fallido operador en aquella zona, pues todavía no se nota su “trabajo”, Juan Carlos Becerra Barranco, ya le prometió la Presidencia Municipal de Zacatlán.

También ofrece el paraíso a ex diputados, ex alcaldes y todos quienes cándidamente creen  en él.

Es el doble juego de Lastiri, quien esconde información a su jefa Rosario Robles, quien también es el enlace responsable del Gobierno de la República, para los casos que tienen que ver con Puebla.

Ella, tan acostumbrada a comprar mentiras a precio de oro, como lo hizo en su época perredista, se traga todas las trampas de su subalterno.

Es también Lastiri, el silencioso, quien ni pío dice en las reuniones del CEN, en las que lo señalan como traidor y más de uno de sus compañeros priístas le ha sentenciado: “cualquiera menos tú” para 2018.

Es Lastiri, el apestado, cuando quiere sumar liderazgos, pues ha traicionado a todos en el pasado.

A Mario Marín Torres lo utilizó. Luego, lo desconoció.

A Juan Manuel Vega Rayet ya le ha fallado en varias ocasiones y lo volverá a hacer.

A Alberto Jiménez Merino le dijo en su cara “Beto, estoy contigo” y luego lo abandonó a su suerte en la época en que eran diputados federales en la misma LXI Legislatura.

A la ingenua Blanca Alcalá le hizo prácticamente lo mismo el año pasado y la dejó morir sola ante las fauces del morenovallismo.

A Jorge Estefan lo desafía públicamente y se burla de su autoridad.

A los diputados locales del PRI los manda a denostar en sus medios orgánicos.

Es Lastiri, el doble filo, el desleal, el adelantado, el que asegura: “seré el gobernador”.

***

ATZITZINTLA Y LA CONEXIÓN BARBOSA

Un tema preocupó mucho este fin de semana al senador perredista Luis Miguel Barbosa e incluso lo distrajo de la disputa interna que mantiene en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), por la coordinación en la Cámara alta.

La noticia de la aprehensión del presidente municipal de Atzitzintla, José Isaías Vázquez Reyes, por su presunta colusión con Los Zetas y su probable complicidad en el crimen contra tres policías ministeriales que investigaban el robo de combustible en la zona, le pega en imagen y en operación política.

La cercanía de Vázquez Reyes y Barbosa es públicamente conocida y hasta presumida por ellos mismos.

El alcalde que hoy está en el penal de Tepexi es parte de la corriente barbosista ”Militantes de Izquierda“, que aglutina al Frente Progresista, Patria Nueva y Unidad Democrática Nacional.

Ésta será -o sería- el trampolín del senador poblano para la dirigencia nacional del partido del sol azteca o a la gubernatura de Puebla.

Apenas el viernes, Luis Miguel Barbosa reconoció en una entrevista que para el segundo camino se ha preparado con “estructura y operación”.

En ese proyecto, la pieza más importante como operador en esa zona del oriente del estado era José Isaías Vázquez Reyes.

Fungió como su mano derecha y operador ahí.

Sus acuerdos políticos fueron muchos.

Las visitas del alcalde acusado de estar vinculado con el crimen organizado a la oficina del senador fueron muchas.

Inoportunamente muchas, visto ahora desde la perspectiva que dejó el reciente caso develado por la Fiscalía General del Estado.

De ahí que no extrañe que la jefa de las operaciones de Barbosa en el estado, la presidenta estatal del PRD, Socorro Quezada Tiempo, haya salido de inmediato a defender a Vázquez y descalificar la investigación del caso, aunque al alcalde ya se le había señalado por malos pasos desde 2015.

Luis Miguel Barbosa, que se está jugando una carta decisiva en su carrera política en el Senado, también ahora tendrá que hacerse espacio en otra pista para, ahora como abogado, defender a su aliado.

Incómodo –e impresentable- aliado.

gar_pro@hotmail.com

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