LA LUCHA POR CASA PUEBLA TAMBIÉN PASA POR FACEBOOK

Presentación1

El abandono del PRI en Puebla ya rebasó cualquier límite posible y todos los días se refleja en una despersonalización de sus principales actores, héroes y villanos de un ente totalmente perdido en el espacio electoral, cada vez más consolidado en una tercera posición, muy detrás del PAN y MORENA.

Más concentrado en edificar su camino hacia el Senado, su dirigente estatal, Jorge Estefan Chidiac, se ha alejado deliberadamente de los grupos que pelean la candidatura a la gubernatura en el 2018.

Y por si algo faltara, el Comité Ejecutivo Nacional, encabezado por Enrique Ochoa Reza, no mira ni por el retrovisor a los priístas poblanos, literalmente huérfanos –e inmóviles- desde la derrota de 2010.

Hoy por hoy, el escenario de competencia para el ex partidazo se ve muy complicado en el estado y su posicionamiento a la baja se agudiza, como una enfermedad crónico-degenerativa.

A pesar de ello, existen varios valientes que han levantado la mano para aspirar a ser el candidato a gobernador.

Si el tricolor quisiera ser competitivo ante la ola lopezobradorista y blanquizaul tendría que lanzar a su mejor carta.

Según las últimas encuestas, al momento el único con alguna –remota- posibilidad de dar la pelea por el PRI es el actual delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, con menos negativos que sus rivales internos.

A diferencia del subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri –que no crece en los sondeos ni con levadura-, y la senadora Blanca Alcalá –ausente en los hechos de la vida política poblana, víctima de sus resentimientos y de sus incapacidades para leer y entender las coyunturas-, el ex rector, ex alcalde y ex diputado federal mantiene el perfil competitivo que logró tras su paso por la BUAP, el ayuntamiento capitalino y el Palacio de San Lázaro.

Desde finales de 2016, decidió bajarse del ring político con el fin de conciliar con todos los grupos del PRI (recientemente se reunió en privado con Lastiri, con quien habría pactado una tregua y alcanzado acuerdos -¿inconfesables?- de cara al 2018).

Los asesores de Doger le recomendaron dejar el personaje rijoso de hace unos años –ese Doger que se peleaba con todos, hasta con el espejo- y ello, al parecer, le ha servido para bajar sus negativos e incrementar sus positivos, que lo ubican como el personaje del PRI con mayor intención del voto.

Sin embargo, el pequeño gran problema de Doger sigue siendo el pequeño gran problema del PRI: ¿Quién divide menos al partido? ¿Quién suma a todos los grupos? ¿Quién causa menos encono? ¿Quién está a salvo de traiciones y deslealtades como las sufridas por Javier López Zavala (2010), Enrique Agüera (2013) y Blanca Alcalá Ruiz (2016)?

¿Es Doger ese personaje? ¿El mismo Doger al que sus compañeros de partido señalan por haberlos abandonado en cada guerra electoral, privilegiando sus intereses –y los de su grupo-, por encima de los distintos candidatos a Casa Puebla?

No son pocos los que lo dudan.

Ciertamente, en los últimos tiempos, Doger ha buscado que esa imagen –o esa consolidada percepción- sea cosa del pasado. Incluso, ha decidido concentrarse al cien por ciento en su trabajo como delegado y no se le ve en actividades políticas los fines de semana, como se lo permite la ley.

Quién sabe si esa extraña mesura abona a sus aspiraciones –pues hoy por hoy, el que no se mueve, no sale en la foto-, pero lo que sí le empieza a funcionar es su estrategia de redes sociales, ahí donde se encuentran los nuevos –y potenciales- electores.

Para mala fortuna del delegado del IMSS, no sólo él sino también la mayoría de los personajes que aspiran a la gubernatura de Puebla están comprendiendo bien el mensaje de la modernidad electoral.

Poco a poco comienzan a entender el éxito de las campañas de “El Bronco” en Nuevo León y del inefable Donald Trump en Estados Unidos, y se han enfocado en Facebook como un poderoso y eficaz instrumento para acceder a un mercado que no está en los mítines ni en los medios de comunicación tradicionales.

La gráfica ranking de Facebook –que acompaña esta columna- nos ayuda a entender quién es quién actualmente en esa importante red social y sobre todo quién está invirtiendo y quién tiene una estrategia en esta voraz, abierta y despiadada lucha por ese nuevo mercado de posibles votantes, rumbo al 2018.

Sí, Facebook ha cambiado muchas cosas, pero sobre todo la forma de hacer política.

Y es que sin filtros, permite a los ciudadanos estar más conectados a la política que nunca, y los políticos, por su parte, se benefician del “feedback” de los ciudadanos, identificando con claridad sus intereses y preferencias y dirigiéndose a sus partidarios –y hasta enemigos- de una forma más eficaz.

De hecho, hoy no se gana el poder sin Facebook, y la lucha por Casa Puebla no es ajena a este nuevo escenario.

¿O me equivoco?

gar_pro@hotmail.com

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