ADIÓS A LOS CANDADOS EN EL PRI: PEÑA DESTAPA AL TAPADO Y MEADE MIRA A LOS PINOS

foto-pri-asamblea

Como en los tiempos de antaño del viejo PRI, funcionó la línea pero para ahora, paradójicamente, abrir los ancestrales candados y permitir que un simpatizante sea candidato a Los Pinos en 2018. El presidente Enrique Peña Nieto -quien estará el sábado en la plenaria de la XXII Asamblea Nacional-, hizo valer su condición de “primer priísta del país” y evidenció que el dedazo está más vigente que nunca. Con los cambios a los Estatutos en la mesa que se realiza en Campeche, se abrieron las puertas al secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade Kuribreña, quien ahora tiene boleto para la candidatura presidencial. El gran perdedor es el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien cumplía con los requisitos de al menos 10 años de militancia y condición de cuadro, para ser efectivamente presidenciable en el tricolor, los que ahora se pudren en el bote de la basura del olvido.

De un plumazo, Peña Nieto preserva así su derecho a imponer al candidato que se le antoje, con el pragmatismo como consejero y la cercanía del proceso electoral como aguijón.

Los estatutos, sagradamente resguardados a lo largo de muchos años, cambiaron para que ahora un simpatizante pueda ser el candidato del PRI a Los Pinos.

Ya no es necesario tener la condición de cuadro, es decir, haber sido candidato y dirigente partidista o de sector.

(Se dieron en Campeche, por cierto, otros cambios sustanciales, como la prohibición de que un legislador que haya llegado a una curul o a un escaño por la vía plurinominal repita por esa misma modalidad).

En carambola, la campechana reforma en la Mesa de Estatutos también golpea a Manlio Fabio Beltrones y trae un efecto dominó para Puebla.

Y es que el cuasi destape institucional de Meade mina seriamente las aspiraciones a la gubernatura del subsecretario de la SEDATU, Juan Carlos Lastiri Quirós, quien tiene (o tenía) como mayor fortaleza su cercanía con Osorio Chong.

También dibuja nuevos escenarios para otros aspirantes poblanos.

Los Doger y los Estefan deberán replantearse estrategias. Posiblemente para recular unos pasos el primero y para festejar el segundo.

El delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, ve en su amistad con Manlio Fabio Beltrones un apoyo de lujo, pero ahora tendrá que terminar de convencer al grupo de Meade (el canciller Luis Videgaray versus) de la viabilidad de su candidatura a Casa Puebla, aunque ya cuenta con la bendición de la exiliada Blanca Alcalá, embajadora en Colombia.

Con Osorio Chong, la señal es que Lastiri, el rival más débil por la tremenda cola que arrastra y por tu raquítica popularidad e intención del voto, será esquirol del morenogalicismo porque Casa Puebla está negociada.

Con Meade, en contraste, el mensaje es que el PRI sí querrá recuperar Casa Puebla y para ello requiere al rival más competitivo, es decir, Enrique Doger, según todas las encuestas serias.

En tanto, el todavía dirigente estatal del tricolor, Jorge Estefan Chidiac, es del grupo cercano al hoy -ya con todas las formas y fondo- destapado Meade.

No en vano la excitación que este miércoles invadió al también diputado federal.

Cuentan testigos que trémulo, enrojecido del rostro por la euforia, desde Campeche, Jorge Estefan tomó el teléfono para llamar al titular de la SHCP, su amigo.

Excitado le comunicó que se habían tumbado de los Estatutos del tricolor los candados que le impedían ser candidato a la Presidencia de la República.

Minutos antes, “a nombre del priísmo poblano”, había subido a tribuna para proponer y defender esa modificación al predictamen, en la sesión de la Mesa de Estatutos de la XXII Asamblea Nacional.

Meade ahora puede mirar sonriente a Los Pinos.

La ruta se ve clara.

El dedazo está vivito y coleando.

La línea es la línea y la hora, la que diga el Señor Presidente, el “Gran Elector” en el tricolor.

Es el PRI… ¿qué se le va a hacer?

gar_pro@hotmail.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.