LAS DUDAS EN LA SOLEDAD DE LA MAMPARA Y ANTE 6 BOLETAS

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Una lección que dejarán a los partidos y a los ciudadanos los actuales procesos y la próxima jornada electorales es la conveniencia, o no, de realizar en Puebla elecciones concurrentes. Hasta antes de la Reforma Política de 2012 para empatar los comicios en el estado, ya con el el morenovallismo, la elección de gobernador vivía su propia y aislada dinámica. Ahora, por primera vez, el poblano enfrentará este 1 de julio en la soledad de la mampara decisiones a través de seis boletas.

¿Será eficiente la capacitación de los partidos a sus militantes para conseguir que sufraguen diferenciadamente, si es que así conviene? ¿El efecto AMLO sepultará la operación de estructuras?

Son dudas razonables, que hoy quitan el sosiego a muchos.

Entre los estrategas políticos hay la percepción de que el ciudadano promedio, principalmente ese 67 por ciento que está en el interior de la entidad, podría enfrentar una seria confusión y dificultades con las seis papeletas que recibirá.

Su definición sobre el Presidente de la República, senadores, gobernador o gobernadora, diputados federales y locales, así como alcaldes en los 217 municipios, puede convertirse, en algunos casos, en un verdadero galimatías.

Encima, están las “sub-decisiones”, por llamarles de alguna manera, de por qué partido votar.

Esas, sin embargo, ya recaen en el terreno de la conveniencia de cada partido y el éxito que tenga en capacitar a sus huestes, a su estructura.

Ejemplo: Andrés Manuel López Obrador aparecerá tres veces en la boleta, una por cada partido que conforma la alianza Juntos Haremos Historia: Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), del Trabajo (PT), y Encuentro Social (PES).

Así José Antonio Meade (PRI, PVEM y Panal) y Ricardo Anaya Cortés (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano).

Análogamente ocurrirá con las boletas en la elección para gobernador en Puebla.

La estrategia morenovallista, otro ejemplo, de ir con cinco diferentes partidos en apoyo de la panista Martha Érika Alonso Hidalgo, pero promover el voto diferenciado en algunas alcaldías y diputaciones locales, entraña un nivel de complejidad, que requiere casi, casi, de instructivo.

Se puede dar por descontado que en los centros urbanos, principalmente en la capital poblana, en donde se concentra el 33 por ciento de los potenciales votos del estado, los militantes respondan con agilidad en ese escenario.

¿Y en el resto de la entidad, en donde está el otro 67 por ciento?

A todo lo anterior, hay que sumar la fuerza de la ola lopezobradorista, que es en la que se han montado todos los candidatos, de ideologías y orígenes distintos y hasta antagónicos, que se transfugaron -válgase la expresión- a MORENA.

Por eso no hacen campaña.

En principio nadie los conoce y, con soberbia, creen que el efecto AMLO ya les hizo la tarea.

El voto en bloque, el carro completo, la aplanadora electoral, términos y conceptos acuñados en el rancio priato de más de 80 años que sufrió el país, hoy se vuelven a escuchar.

Finalmente, entre la capacitación que reciban y la decisión que tomen, también los ciudadanos poblanos promedio están ante una difícil, la más en la historia, jornada electoral.

Y muchos la enfrentarán dubitativos, en la brevísima soledad de la mampara, con seis papeletas en la mano, este 1 de julio.

gar_pro@hotmail.com

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