LA ESTAFA MAESTRA Y EL INICIO DE LA CAÍDA Y CACERÍA DE LOS PELDAÑOS MÁS BAJOS

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Exactamente 78 días después de la aprehensión de su ex jefa, amiga y socia, Rosario Robles, llegó el turno del ex subsecretario de Sedesol y Sedatu, el poblano Juan Carlos Lastiri. Luego de versiones de un levantón, al mediodía el gobernador Miguel Barbosa aclaró que se trató de su arresto, por delitos relacionados con enriquecimiento ilícito, en el contexto de la llamada Estafa Maestra. El político serrano, que intentó llegar al Senado por el PRI en 2018, estaba aparentemente tranquilo sobre su posible vinculación en el presunto desvío de cientos de millones de pesos a través de esas dependencias en el sexenio de Enrique Peña. Hacía vida discreta en su natal Zacatlán, pero no se escondía. Con él, podría haber comenzado la cacería de los peldaños más bajos de esta trama macabra.

A los ojos de muchos, el caso de la Estafa Maestra y la permanencia de Rosario Robles en la cárcel de Santa Martha Acatitla se venía debilitando.

Jurídicamente por momentos ha parecido palidecer.

La defensa ha venido bombardeando literalmente con amparos este tema, que es la joya de la corona de la Cuarta Transformación (4T).

Con ella justifica que, efectivamente, va contra la corrupción del pasado.

De ahí que la aprehensión de Lastiri se vea como estratégica y necesaria para el caso.

Parecería también anunciar la caída de los escalones más bajos de la trama.

La Estafa Maestra, bautizada así periodísticamente, se describe como una compleja red de 128 empresas fantasma, con las que presuntamente funcionarios de la administración del priísta Enrique Peña Nieto desviaron más de 400 millones de dólares.

En ella, se involucró a 11 dependencias del Estado, ocho universidades públicas, empresas privadas y más de 50 servidores, en distintos niveles el gobierno federal.

En esta trama, Rosario Robles es la protagonista y Lastiri, por obviedad, al ser siempre su mano derecha, también tiene mucha vela en el entierro.

Hay dos momentos en los que el entonces funcionario federal tuvo una participación relevante.

El primero, cuando como subsecretario de Prospectiva, Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), encabezó la firma de nueve convenios con universidades públicas y empresas, consideradas fantasma, por 2 mil 224 millones de pesos

Luego, también en el diseño y firma de un convenio por 338 millones de pesos, con fines de desarrollo social, que se otorgó de manera multianual.

Por sus irregularidades, este convenio con entidades privadas y públicas fue investigado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que encontró los elementos para una denuncia penal, en octubre de 2015.

Hacia finales de agosto de ese mismo años y con esas sospechas a cuestas, pues el presunto desvío no se supo con certeza hasta el 5 septiembre de 2017, con un reportaje del portal Animal Político, Robles y Lastiri llegaron a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

El poblano nuevamente como subsecretario.

Lo que siguió es historia:

Lastiri fue en 2018 candidato al Senado, pues debió guardar sus ansias de ser el abanderado priísta a Casa Puebla, candidatura que recayó en Enrique Doger.

Con el cuidado que debe tener este tema, por los prestigios de las personas, no se pueden soslayar, sin embargo, otros nombres vinculados al hoy preso en el Reclusorio Oriente, Juan Carlos Lastiri Quirós.

En versiones periodísticas y en documentos internos de algunas dependencias, a las que Garganta Profunda tuvo acceso- destacan sus colaboradores Juan Manuel López Arroyo, José Antonio Orozco Martínez, Armando Saldaña y Enrique González Tiburcio, como muy cercanos del zacatleco.

Todos ellos fueron llamados a trabajar con él en sus pasos por la Sedesol y la Sedatu.

De manera particular, Juan Manuel López Arroyo, fue en Sedesol director de la Unidad de Planeación y Relaciones Internacionales.

En tanto que de la Sedatu fue delegado en Puebla.

A él, junto con su compadre Lastiri, se le ha endilgado la responsabilidad del supuesto desvío de 60 millones de pesos, que en 2015 se habían etiquetado para Puebla, para el pago de los sueldos de los Coordinadores Técnicos Sociales (CTS).

Hasta antes de este 30 de octubre, Lastiri parecía muy tranquilo.

Si bien no tenía actividad política, sino un bajo perfil, no estaba a salto de mata.

Salía diariamente a hacer ejercicio, por su afición al atletismo.

Particularmente en este octubre, publicó en distintos días una decena de selfies con ropa deportiva, casi de madrugada, haciendo ejercicio en sitios emblemáticos de Zacatlán, en donde hace décadas fue presidente municipal.

Fue así, en su actividad deportiva, como este miércoles, cuando estaba en compañía de otras cinco personas, que fue arrestado en un operativo fulminante, de agentes federales.

Tal fue el grado de contundencia, que se llegó a pensar en un levantón o un secuestro.

Al cierre de esta entrega, ha trascendido que muchas de sus cuentas podrían ser o ya fueron congeladas.

Que algunos de sus bienes están en proceso de incautación.

Lastiri, a quien muchos acusar de haber traicionado al PRI en el pasado proceso electoral extraordinario, para apoyar a Morena, no las tiene, visto está, todas consigo ante la 4T.

Que se recuerde, es el caso más significativo de un político poblano involucrado en temas de corrupción.

El proceso puede ser largo, antes de conocer el tamaño de su presunta responsabilidad.

Aún no hay que concluir juicios.

gar_pro@hotmail.com

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